El jefe de Repsol, accionista mayoritario de la petrolera, vendrá a una reunión de directorio la próxima semana; sigue la ofensiva oficial
Por José Luis Brea | LA NACION
La próxima semana volverá al país el presidente de Repsol, Antonio Brufau, para encabezar, el miércoles 22, una reunión de directorio de YPF, empresa de la que la petrolera española es accionista mayoritaria. Será la segunda vez en 15 días que el alto ejecutivo aterrizará en Buenos Aires y lo hará en una semana clave para el futuro de la compañía que conduce Sebastián Eskenazi.
La escalada verbal y normativa contra YPF sube un poco de tono todos los días y el último capítulo es la amenaza de la Secretaría de Energía de aplicarle fuertes sanciones si no abastece plenamente de gasoil al mercado, pese a que el propio Gobierno no la deja acceder a los dólares necesarios para poder importar ese combustible y cubrir así toda la demanda.
Ese mismo día 22, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, se reunirá con cámaras que agrupan a las estaciones de servicio de todo el país y con sindicatos del sector “para detectar posibles faltantes de combustibles y garantizar el abastecimiento al mercado”. Tanto esas entidades como los gremios han sido muy críticos en los últimos años con el desempeño de YPF. El Gobierno amenaza con recurrir a la estatal Enarsa para cumplir su objetivo (ver aparte).
En el Ministerio de Planificación dijeron no estar al tanto de la visita de Brufau ni de un eventual encuentro con De Vido. Y en YPF afirmaron que no está previsto ningún contacto con el ministro y que Brufau podría retornar a España al cabo de 24 horas.
Por otra parte, el viernes próximo volverán a reunirse los gobernadores de las provincias petroleras nucleadas en la Organización Federal de los Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi), en una cumbre en la que los mandatarios deberían difundir, tal como anticiparon hace una semana, un informe sobre la productividad de cada uno de los yacimientos petroleros del país y las inversiones necesarias para aumentar su rendimiento.
Fuentes allegadas a YPF buscaban ayer bajar la expectativa en torno de esta segunda visita de Brufau: “Originalmente la idea era realizar la reunión de directorio en marzo, pero luego la empresa se dio cuenta de que vencía el plazo legal para convocarla, por eso la adelantó”, dijeron. Para restarle dramatismo afirmaron que “no habrá que esperar definiciones; es una reunión operativa, no de contenido decisivo”. No obstante, fuentes del mercado familiarizadas con el conflicto entre la petrolera y el Gobierno dijeron que en YPF se viven días de intranquilidad. “Podría haber participado de la reunión de directorio por teleconferencia, pero el tipo [por Brufau] viene a la Argentina; obviamente está preocupado”.
En la empresa, con todo, dejan trascender que no piensan en la reestatización: “No creo que este despliegue en contra sea una cuestión de presiones para negociar cosas o para que baje la cotización de las acciones o el valor de la compañía. Hay sí un intento de avance o de mayor control”, que se verá por dónde pasa.
Por la tensa relación con el Gobierno la petrolera no quiere dar pasos en falso, por eso se decidió no postergar la reunión de directorio y se prefirió hacerla antes de la reunión de la Ofephi para que no se la viera como una reacción a lo que los gobernadores puedan anunciar ese día.
En tanto, en la sede de Repsol en Madrid había ayer absoluto hermetismo, aunque en el sector energético español circuló la versión de que Bufrau no se sintió desairado por la presidenta Cristina Kirchner por no haberlo recibido en su anterior visita al país, hace 10 días. “No tenía previsto reunirme con ella”, les habría comentado a algunos colegas de otras compañías.
La versión también indica que el jefe de Repsol comentó que nadie le comentó nada sobre un proyecto de estatización de YPF y que ningún funcionario argentino dijo explícitamente que existe ese proyecto o que esté “en carpeta”.
De todos modos, la tensión está en aumento y promete sumar nuevos capítulos la próxima semana.
La Nación