Manzano: "Vos traeme un negocio, que yo se lo llevo a Cristina"

El ex ministro menemista José Luís Manzano se reunió en un restaurante palermitano con dos empresarios muy ligados al menemismo, Jorge Neuss y Alberto Dodero, a quienes les ofreció a los gritos y ante el asombro del resto de los comensales acercarle negocios a la Presidenta. La obsesión del mendocino por convertirse en un magnate petrolero.
El encuentro ocurrió días atrás en To, un restaurante palermitano de sushi donde habitualmente cenan los ricos y famosos, como Marcelo Tinelli que semanalmente concurre. Esa noche, una mesa llamó la atención del resto de la clientela. En el discreto primer piso del establecimiento, cenaban tres empresarios. Pero uno levantó la voz, entusiasmado, repitiendo: “Vos traeme el negocio, que yo se lo llevo a Cristina”.
Se trataba nada menos que de José Luís Manzano, el empresario mendocino y ex ministro de Carlos Menem, que arengaba a Jorge Neuss, herededo de la desaparecida firma de bebida gaseosa de sabor pomelo, y a Alberto Dodero, dueño de los astilleros homónimos y también muy ligado a la década de los ’90.
Neuss fue un hombre muy cercano a Carlos Menem. Jugaban golf habitualmente. Su relación era tan estrecha, que incluso el ex presidente riojano le había prometido el ministerio de Defensa si ganaba en 2003. Pero el sillón de la Casa Rosada finalmente lo ocupó Néstor Kirchner.
Kirchner anuló, en 2004, el millonario contrato que tenía la francesa Thales Spectrum -Neuss era accionista- por el control del espacio radioeléctrico, en medio de denuncias por corrupción que habrían causado un perjuicio al Estado por unos 302 millones de pesos.
Pero los tiempos cambiaron, y la otrora mesa menemista hablaba de los posibles negocios en la actualidad. Manzano, muy entusiasmado, golpeaba la mesa y gritaba: “Vos decime cuál es el negocio, que yo se lo llevo a Cristina y ella te dice cuánto hay que poner”.
Neuss y Dodero, avergonzados, le rogaban que bajara el tono de voz. La situación generó asombro entre las mesas contiguas, que comenzaron a prestar atención al diálogo de sus vecinos. “Yo se lo llevo a Cristina”, repetía el mendocino.
Quienes pudieron continuar “espiando” en la conversación de los empresarios, escucharon cómo se referían a negocios relacionados al petróleo y a nuevos emprendimientos en Puerto Madero. Algunos especulaban con que, en realidad, esos proyecto estén vinculados a la Isla Demarchi, porque en Puerto Madero ya prácticamente está todo explotado.
Cabe recordar que Neuss fue propietario desde 1997 de Glacco, una compañía petrolera, y también es dueño de una empresa contructora que erigió el museo de Amalita Fortabat en Puerto Madero.
En el mundo empresarial, por otra parte, todos saben que Manzano está obsesionado con ingresar de lleno en el negocio de la energía. En su entorno repiten que perdió el interés en los medios de comunicación y que ahora quiere convertirse en un magnate petrolero.
De hecho, cuando la Presidenta se reunió con los directivos de las principales petroleras estadounidenses, como Exxon y Chevron, Manzano estuvo presente. Suele repetir el mendocino que con Vaca Muerta, Neuquén se convertirá en una suerte de Texas.
LPO