La empresa estatizada necesita reunir fondos para realizar las inversiones prometidas.
A la caza de dólares. Galuccio fue a Londres en busca de inversores./TELAM
Por Martín Bigegaray
A partir de una modificación en el precio del gas que le pagará el Estado, YPF contará con más recursos –podrían ser hasta US$ 3.500 millones– para financiar inversiones. Pero también tendrá que subir los precios de los combustibles que le vende al público el año próximo.
“Por supuesto que requeriremos ir aumentando los precios en las estaciones de servicio”, le explicó Miguel Galuccio, CEO de la empresa, a Clarín , en el marco de una conferencia para generar interés en la compañía. La última suba, que rondó el 3%, había sido en octubre. “El precio del petróleo es diferente al del gas. Cada trimestre ganamos dinero en petróleo y tenemos un negocio saludable”, describió. No detalló en qué momento llegarán los aumentos. “La frecuencia (de las subas) estará dada por las condiciones de mercado”, agregó.
En las estaciones de servicio hablan de una caída en las ventas durante el año. “El mercado está lento en comparación a cómo venía creciendo. Pero YPF aumentó su participación, por lo que cada vez despacha mayores volúmenes ”, aseguró Galuccio.
La comisión que regula el funcionamiento del sector podría fijar los precios de YPF y sus competidores en 2013. La sospecha que existe es que Shell, la segunda del mercado, se está quedando con los clientes de mayor poder adquisitivo y eso no gusta en YPF, que es la líder.
A fines de agosto, cuando se anunció que YPF desembolsará US$ 37.200 millones en los próximos cinco años y que US$ 26.000 millones saldrían de su caja, los analistas en Wall Street dudaron. Para pasar de poner US$ 3.500 millones anuales a US$ 5.300 millones por año desde 2013 a 2017, los especialistas esperaban algunos cambios en la política de precios . “En ese escenario, los volúmenes de producción deberían subir entre 20% y 30%, tal como planea la empresa. Aún así, YPF dependería de un aumento de precios real de entre 15% y 25%” , escribieron analistas de un banco de inversión.
Pero esa posibilidad sería inviable en términos políticos . El aumento del gas en “boca de pozo” (pasará de pagarse US$ 2,50 por millón de BTU a US$ 7,50) sería la carta de Galuccio para garantizarse los futuros ingresos de YPF.
El país importa gas de Bolivia a más de US$ 10. Lo que se le pagará a YPF es menos. Sin embargo, en el Gobierno costó mucho trabajo la implementación de esa medida.
Galuccio la exhibió en Londres como un gesto exitoso de la comisión que supervisa el funcionamiento del sector petrolero. Pero su titular –el viceministro de Economía, Axel Kicillof– se resistió a esa decisión , hasta que la Presidenta tomó la decisión al respecto.
El ejecutivo le explicó personalmente a la mandataria por qué el aumento del gas era decisivo para su gestión y Cristina puso luz verde, según comentaron varios industriales presentes en la jornada de la UIA donde la Presidenta lo anunció y Galuccio dio los detalles técnicos y su impacto.
Clarín
“Por supuesto que requeriremos ir aumentando los precios en las estaciones de servicio”, le explicó Miguel Galuccio, CEO de la empresa, a Clarín , en el marco de una conferencia para generar interés en la compañía. La última suba, que rondó el 3%, había sido en octubre. “El precio del petróleo es diferente al del gas. Cada trimestre ganamos dinero en petróleo y tenemos un negocio saludable”, describió. No detalló en qué momento llegarán los aumentos. “La frecuencia (de las subas) estará dada por las condiciones de mercado”, agregó.
En las estaciones de servicio hablan de una caída en las ventas durante el año. “El mercado está lento en comparación a cómo venía creciendo. Pero YPF aumentó su participación, por lo que cada vez despacha mayores volúmenes ”, aseguró Galuccio.
La comisión que regula el funcionamiento del sector podría fijar los precios de YPF y sus competidores en 2013. La sospecha que existe es que Shell, la segunda del mercado, se está quedando con los clientes de mayor poder adquisitivo y eso no gusta en YPF, que es la líder.
A fines de agosto, cuando se anunció que YPF desembolsará US$ 37.200 millones en los próximos cinco años y que US$ 26.000 millones saldrían de su caja, los analistas en Wall Street dudaron. Para pasar de poner US$ 3.500 millones anuales a US$ 5.300 millones por año desde 2013 a 2017, los especialistas esperaban algunos cambios en la política de precios . “En ese escenario, los volúmenes de producción deberían subir entre 20% y 30%, tal como planea la empresa. Aún así, YPF dependería de un aumento de precios real de entre 15% y 25%” , escribieron analistas de un banco de inversión.
Pero esa posibilidad sería inviable en términos políticos . El aumento del gas en “boca de pozo” (pasará de pagarse US$ 2,50 por millón de BTU a US$ 7,50) sería la carta de Galuccio para garantizarse los futuros ingresos de YPF.
El país importa gas de Bolivia a más de US$ 10. Lo que se le pagará a YPF es menos. Sin embargo, en el Gobierno costó mucho trabajo la implementación de esa medida.
Galuccio la exhibió en Londres como un gesto exitoso de la comisión que supervisa el funcionamiento del sector petrolero. Pero su titular –el viceministro de Economía, Axel Kicillof– se resistió a esa decisión , hasta que la Presidenta tomó la decisión al respecto.
El ejecutivo le explicó personalmente a la mandataria por qué el aumento del gas era decisivo para su gestión y Cristina puso luz verde, según comentaron varios industriales presentes en la jornada de la UIA donde la Presidenta lo anunció y Galuccio dio los detalles técnicos y su impacto.
Clarín
