YPF: la producción de petróleo cayó un 40% desde el 2003

A un año de la estatización, un duro informe del especialista Alieto Guadagni habla de una “década perdida” en materia energética. En estos diez años se consumieron el 60% de las reservas gasíferas y un quinto de las petroleras. El riesgo de continuar con la importación de combustible.
En materia energética, los últimos diez años fueron una “década perdida”. Ese es el lapidario diagnóstico que hace el especialista Alieto Guadagni en el último informe lanzado en conjunto por las consultoras Econométrica y Quantum Finanzas.
En el trabajo, Guadagni hace una analogía con la frase que utilizó Cristina en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso el primero de marzo, cuando comparó la última década con la de los 80’, que se caracterizó por una caída en el producto en todos los países de la región.
El durísimo “informe especial” se titula “A un año de la estatización de YPF”. El nombre viene a colación del primer aniversario desde que la presidenta envió al Parlamento el proyecto para expropiar el 51% de las acciones de la mayor compañía del país.
Guadagni recorre los pavorosos números del sector energético durante el kirchnerismo. Señala que a pesar de su estatización el año pasado, YPF produjo un 40% menos de petróleo y un 38% menos de gas respecto al 2003, cuando se inició la supuesta “década ganada”, según el kirchnerismo.
Según Guadagni, el año pasado se produjo solamente el 75% del crudo y el 82,6% del gas que se registró en el 2003. “Estamos produciendo en todo el país menos de 2/3 del petróleo que producíamos a fines de la década del 90”, indica el trabajo del especialista en energía.
En ese sentido el documento rememora que “todos los meses desde hace 10 años cae nuestra producción, la política petrolera vigente muestra nada menos que 120 meses de caídas en la producción de petróleo. Algo similar ocurre con el gas cuya producción viene cayendo en el país todos los meses desde el 2004”.
El balance del año
La expropiación de YPF, que estaba en manos del grupo español Repsol, lejos estuvo de mostrar resultados prometedores a lo largo del año pasado. La totalidad del sector hidcrocarburífero sufrió una baja del 3,1% en la producción de gas y del 4,3% en la de petróleo durante el 2012.
“El pobre nivel de las inversiones de los últimos años ya consumió la quinta parte de las reservas de petróleo del país y casi el 60 por ciento de las gasíferas. Reemplazar con importaciones las reservas perdidas de hidrocarburos equivale al valor monetario de 500 millones de cabezas de ganado”, estima Guadagni.
Pero lo cierto es que este año también va a ser complicado para el CEO de YPF, Miguel Galuccio. El patrocinado acuerdo con Chevron para explotar la formación Vaca Muerta está empantanado ante la posibilidad de que se embarguen los bienes de la empresa estadounidense por un juicio que mantiene en Ecuador por daños ambientales.
Pero la principal preocupación en este momento son los devastadores efectos del incendio que afectó la refinería de Ensenada como consecuencia del temporal de la semana pasada. Galuccio informó que recién en dos meses podrá volver a funcionar al 80% de su capacidad. Además, señaló que se deberá importar un 50% más de combustibles, pasando del 10 al 15 por ciento de su producción total. Esto podría implicar unos 1200 millones de dólares más, si se tiene en cuenta que el año pasado la petrolera compró en el exterior combustibles por $800 millones.
El accidente es particularmente grave porque la planta de Ensenada es la tercera más grande del país y llega a representar el 35% de los combustibles que se consumen internamente. A eso se le suma el hecho de que YPF ocupa el 50% de la refinería a nivel nacional.
El panorama de los dos primeros meses del año tampoco es alentador. La producción de gas cayó 2,7% y la de petróleo bajó 4,2%, continuando la tendencia bajista registrada en el último trimestre, cuando cayeron un 2,7% y 4,9%, respectivamente. El 2012 cerró con una caída del 2,3% en gas, mientras que el petróleo mejoró un 2,2%. En total, la producción de hidrocarburos de YPF se redujo un 0,6%.
“Las reservas de gas se reducen durante el 2012 un 7,5 por ciento, mientras las de petróleo aumentan uno por ciento. Esta caída en las reservas de gas es preocupante, sobre todo teniendo en cuenta los nuevos recursos en Vaca Muerta. Es pertinente volver a recordar la importante distinción entre “recursos” y “reservas”, ya que para pasar de recursos a reservas se requieren no solo importantes inversiones en exploración y desarrollo sino también el cumplimiento de requisitos de sustentabilidad ambiental y rentabilidad financiera de esta sin versiones”, continúa el estudio.
Por otro lado, el informe recuerda que las utilidades del año pasado fueron un 12% menores que las del 2011, lo cual afecta en forma directa al “plan de los 100 días” de Galuccio, que planea financiarse principalmente con las ganancias de la compañía, a las que estima en más de U$S5.000 millones al año cuando el año pasado fueron de poco más de U$S2.000 millones.
Respecto a la exploración, en pesos constantes los gastos en exploración cayeron un 18% respecto a un año atrás.
Las perspectivas del 2013 no parecen demasiado alentadoras. “Son altas las probabilidades que siga cayendo la producción total de hidrocarburos”, dice Guadagni. Sobre todo si se cumple el pronóstico de un repunte de la economía de la mano de una buena cosecha con precios altos en la soja.
El déficit energético
En el 2012 el PBI creció sólo un 1,9% pero aún así se importaron 10 mil millones de dólares en energía y en el primer bimestre de este año ya crecieron un 52%. Esto da una idea del costo que tiene la crisis energética en términos macroeconómicos: no sólo se comió el superávit de la balanza comercial, llevándose gran parte de las divisas que entran al país, sino que perjudica la situación fiscal, porque el gas importado de Bolivia es mucho más caro que el producido localmente.
“Habrá que prestar especialmente atención a la evolución de la producción de gas, ya que si continua su declinación añadirá en el 2013 más de 2000 millones de dólares a nuestras importaciones”, advierte Guadagni.
Hoy el gas importado representa el 60% del costo de abastecimiento y un 23% del consumo total. “La caída en la producción nacional tiene un inmediato efecto multiplicador sobre las importaciones, ya que si la producción de gas cae un 3 por ciento las importaciones suben nada menos que un 10 por ciento. Si además el consumo de gas sube en el año 2013 un 3 por ciento el impacto total sobre las importaciones gasíferas significaría un incremento del 23 por ciento”, detalla el informe.
El efecto Eskenazi
La jugada de Néstor Kirchner en el 2008 para evitar tomar una medida drástica como una estatización fue introducir a la familia Eskenazi en el negocio, quien se quedó con el 15% de las acciones del la compañía, en ese entonces en manos de Repsol. Lo escandaloso de ese acuerdo fue que por ellas no pagó ni un peso: se financió con las utilidades futuras y endeudamiento.
Las consecuencias de esta operación fueron completamente nefastas. “Entre diciembre del 2007 y diciembre del 2011, caen todas las magnitudes productivas de la empresa líder y lo que fue particularmente grave caen fuertemente, por falta de inversiones, sus reservas de gas”, explica el documento.
Así, durante esos años la producción de crudo cae un 17% y sus reservas un 6,3%, mientras que la de gas lo hace en un 37,5% en su producción y de más del 35% en reservas.
“Estas cifras negativas son de una magnitud que debieron haber alertado a tiempo a las autoridades energéticas, ya que el significativo retroceso desde el 2008 era muy evidente, especialmente en gas, justamente el insumo estratégico en nuestro país donde este hidrocarburo cubre nada menos que la mitad del consumo total de energía, cuando el promedio mundial es de apenas el 22 por ciento”, dispara el informe.
“En ninguna década se había registrado un retroceso productivo en hidrocarburos como el actual”, concluye el estudio.
LPO