“La apuesta por el gas natural no convencional extraído mediante fractura hidráulica es una decisión energética, económica, ecológica y estratégicamente errónea”. Se puede decir más alto, pero seguramente no más claro. Ecologistas en Acción publicó ayer un informe -“La ruina de la fractura hidráulica”- en el que asegura que esta técnica “no se sostiene sobre cimientos energéticos o económicos sólidos”. La oenegé ecologista insinúa en su informe además que la expropiación del yacimiento de gas de Vaca Muerta en Argentina podría haber sido una componenda entre Repsol y el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Cuanto mayor es la Tasa de Retorno Energético (TRE) de una fuente energética -explica Ecologistas en Acción en su informe-, mayor es su rentabilidad, pues mayor cantidad de energía logramos para una inversión o gasto energético dado. Así, por ejemplo, cuando se dice que la TRE es de 10:1, estamos diciendo que recuperamos diez veces más energía de la que fue preciso emplear para obtener esa energía. Al comienzo de la era del petróleo, la TRE de este combustible fósil alcanzó los 100 puntos. Sin embargo, y según el informe publicado ayer por esta oenegé, actualmente, y dada la creciente dificultad para extraer esa materia prima, esa TRE se hallaría en torno a los 20 puntos (otros autores la rebajan incluso por debajo de los 10). Pues bien, la TRE del gas natural no convencional extraído mediante la técnica de fractura hidráulica no superaría, según Ecologistas en Acción, la relación 3:1. Todo esto -concluye el informe- “nos debe llevar a la conclusión de que explotar estos yacimientos no tiene mucho sentido desde un punto de vista energético”. Esa es una de las conclusiones clave que presenta el informe “La ruina de la fractura hidráulica“.
Sobreestimaciones que podrían haber alcanzado hasta el 400%
Pero no es la única. Y no lo es porque, según los ecologistas, “cada vez hay más indicios de que, alrededor de esta técnica extractiva, se ha levantado una burbuja especulativa”. La fractura hidráulica -asegura el informe- “ha estado sistemáticamente basada en estimaciones de reservas muy superiores a las que se pudieron extraer finalmente”. La ONG ecologista pone como ejemplo de ello “el único lugar del mundo donde se ha desarrollado la técnica extractiva de forma masiva”, Estados Unidos, donde -según este informe- las sobreestimaciones de recurso habrían oscilado entre un 100 y un 400% con respecto al gas natural no convencional que finalmente se pudo extraer de las explotaciones. Es más, ese error en la estimación también lo estarian cometiendo las empresas españolas. Según Samuel Martín-Sosa, portavoz de Ecologistas en Acción, “hablar de reservas para setenta añosen el estado español, como ha hecho recientemente la asociación española del sector de los hidrocarburos, Aciep, es caer en la misma trampa de cálculos desproporcionados”.
De la especulación
El informe ahonda en el ejemplo estadounidense: “de acuerdo a los datos -señala-, el 80% de los pozos de este país no es rentable económicamente”. Además -añade-, “existen importantes empresas de operación, con deudas sustanciales, lo que conduce a fusiones y adquisiciones de las que se benefician las empresas financieras de Wall Street”. Pero aún hay más, porque, según Martín-Sosa, el declive de la rentabilidad de los pozos es “vertiginoso” y son muchas las empresas que se han arrojado a “una carrera sin sentido, y se han metido en un un ciclo de especulación y endeudamiento alarmante”. Otra forma de especulación relacionada con la fractura hidráulica que se ha dado en Estados Unidos -explican los ecologistas en su informe- afectaría concretamente a los terrenos donde puede haber yacimientos: “algunas compañías adquieren los terrenos no tanto para explotarlos, sino con la intención de bloquear las prospecciones de la competencia, o para que otras empresas les compren dichos derechos”, explica el informe. Al final, los grandes beneficiarios -insiste Ecologistas- son los “grandes actores inversores financieros”.
Otra burbuja
La cadena de eslabones de la burbuja sería tal y como sigue: primero sobreestimas el recurso (como se sobrevaloraba la vivienda en la España de la burbuja inmobiliaria); Wall Street se calienta y comienza a promover el gas de esquisto de manera frenética, con lo que los precios del gas se sitúan por debajo de los costes de producción (según estimaciones de Ecologistas, “las empresas han recibido ayudas [de la administración EEUU] por valor de 10.000 millones de dólares entre 1980 y 2002“); dicha bajada de los precios es inducida por otra parte -dice el informe- “con la intención de hacer más atractivas las empresas dedicadas a la fractura hidráulica y sus acciones; con las fusiones y compra-venta de acciones -e incluso de empresas enteras- los actores de Wall Street salían beneficiados”; ahora bien -concluye el informe-, como toda burbuja financiera, se confiaba en que la extracción de gas de esquisto se mantuviera en cantidades constantes en sintonía con las primeras estimaciones realizadas [también en España se decía que el único valor seguro era el ladrillo; la vivienda nunca baja…]; y “todo ello da como resultado un escenario en el que las bases físicas sobre las que se quiere asentar el negocio financiero no se sostienen”.
La Vaca que nadie quería
“La ruina de la fractura hidráulica” también presta atención a una empresa española, Repsol, e insinúa -o parece hacerlo- que la expropiación de la que fue objeto en Argentina no habría sido sino una componenda de la multinacional española y el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El informe lo explica exactamente en estos términos (reproducimos literalmente): «en noviembre de 2011, YPF, filial de Repsol, anunció el descubrimiento del que podía ser ‘el mayor yacimiento de petróleo y gas de su historia‘, Vaca Muerta. Se trata de una formación de petróleo y gas no convencional situado en la provincia de Neuquén, Argentina. El día del anuncio de las reservas estimadas, Repsol subía más de un 6% en bolsa. Mientras los expertos ponían en duda si los recursos anunciados eran explotables, Repsol estaba centrada en cerrar la venta de Vaca Muerta. Para ello mantuvo más de un centenar de reuniones en pocos meses con la intención de vender el yacimiento, mientras las inversiones en el mismo eran mínimas. Repsol intentó la estrategia de coger el dinero y echar a correr. Sin embargo, YPF fue expropiada por el Gobierno Argentino…».
Qué es el fracking
La fractura hidráulica es una técnica que permite acceder al gas y al petróleo no convencional a grandes profundidades. Grosso modo, consiste en perforar, inyectar en cada pozo agua a alta presión a la que se añaden pequeñas cantidades de sílice (3%) y aditivos químicos (menos del 2% de la mezcla); y fracturar así la roca madre hasta conseguir que el gas que contiene adsorbido se libere poniendo el pozo en producción. Según explica elEnte Vasco de la Energía (el gobierno vasco ha sido uno de los principales defensores de esta técnica en España, “la respuesta de cada yacimiento a esta estimulación es distinta en cada caso. Cada yacimiento devuelve una parte variable, entre el 10% y el 80%, de la mezcla de agua y aditivos utilizada en la fracturación, lo que supone prever distintas instalaciones de acogida y tratamiento de la mezcla hidráulica utilizada”.
Comisiones Obreras (que se opone al fracking por sus impactos ambientales) explica la fractura hidráulica en estos términos: “consiste en hacer una perforación vertical hasta la capa de pizarra; a esta perforación se le pone un tubo de acero, con un recubrimiento de cemento para proteger los acuíferos de los aditivos químicos que posteriormente se utilizan; una vez se alcanza la pizarra, se realiza una perforación horizontal, a través de la propia capa de pizarra; esta perforación horizontal tiene, como media, un kilómetro y medio de longitud, aunque puede llegar hasta los tres kilómetros; una vez se ha realizado la perforación horizontal en la capa de pizarra se utilizan explosivos para provocar pequeñas fracturas; y una vez provocadas estas fracturas se inyectan, por etapas, miles de toneladas de agua a muy alta presión, mezcladas con arena y aditivos químicos; este agua a presión fractura la roca liberando el gas que luego, junto con el agua, la arena y los aditivos retorna a la superficie (retorna entre un 15 y un 80% del fluido inyectado)”.
Ecologistas en Acción define el fracking, o fractura hidráulica, como una técnica consiste básicamente en la realización de una perforación en el suelo de entre mil y tres mil metros de profundidad hasta alcanzar el sustrato que, potencialmente, contiene gas metano en sus poros (principalmente pizarras bituminosas). Una vez alcanzada esa profundidad, se procede a realizar perforaciones más o menos horizontales para así fracturar el sustrato mediante la utilización de explosivos y la inyección a grandes presiones de un fluido de fractura compuesto por agua, arena y productos químicos. Con ello se consigue la extracción del
gas metano, que al liberar la presión fluye hasta alcanzar la superficie.