El pasado martes 21 de Mayo, una coalición global de activistas y economistas, presentaron un informe de doscientas páginas que devela una variedad de iniciativas para dejar los combustibles fósiles bajo tierra. La red EJOLT, financiada con fondos europeos, compiló una serie de campañas y propuestas novedosas que buscan detener el flujo de crudo en sus fuentes.
El 9 de mayo, por primera vez en la historia de la humanidad, la concentración de partículas de dióxido de carbono cruzó la línea de las 400 ppm. Se calcula que si el 20% de las reservas mundiales de crudo, gas natural y carbón fueran consumidas, el descontrol del cambio climático es más que seguro. El informe muestra cómo y dónde el proceso de dejar el crudo en el subsuelo debe comenzar, en algunos de los lugares más prístinos del planeta. Estas reservas por lo tanto nunca se quemarán (NT: “unburbable fuel” es el término utilizado por la revista The Economist. 4-mayo-2013)
La película “Has el cálculo”, de Bill Mc Kibben y la campaña 350.org que busca desalentar la inversión en combustibles fósiles, se ha vuelto últimamente muy popular. En ella se remarca cómo los mercados están sobrevaluando las empresas petroleras, cuyo precio se basa en reservas que no podrán ser consumidas. Pero la creativa resistencia a la economía petrolera viene tiempo atrás. Como señala Joan Martínez Alier, profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona, “Es hora de escuchar las iniciativas que vienen de aquellas personas que han sufrido más la explotación petrolera. Tienen grandes ideas de sobre cómo dejar el crudo en el subsuelo, el carbón en el hueco y el gas bajo el césped” (NT: el eslogan dice en inglés “leave the oil in the soil, the coal in the hole and the gas under the grass”).
Este informe es una contribución de activistas y académicos que tienen años de experiencia documentando casos de resistencia, o son parte del movimiento de justicia ambiental. En 1995, la comunidad Ogoni, del Delta del Níger se las arregló para expulsar a Shell de su territorio. Su propuesta de “dejar el crudo en tierra” fue recogida por la organización nigeriana Environmental Rights Action. Luego, en el 2006, la organización ecuatoriana Acción Ecológica, propuso dejar bajo tierra 580 millones de barriles de crudo del Bloque ITT, localizado en el Parque Nacional Yasuní, hogar de pueblos en aislamiento voluntario y lugar de la mayor biodiversidad del planeta. Esta propuesta fue apoyada por el gobierno ecuatoriano. Ecuador estaría haciendo un gran esfuerzo financiero que garantizaría su propio bienestar y el de la humanidad. El país ha pedido contribuciones internacionales equivalentes a la mitad del dinero que recibiría, aproximadamente, 3.600 millones de dólares, pagados en diez años. Estas contribuciones serían depositadas en un fideicomiso administrado por el PNUD, destinado a la inversión social, reparación ambiental en zonas afectadas por el petróleo, y el desarrollo de energías alternativas. Parte del dinero está llegando, pero no con la agilidad que se esperaba. La Iniciativa Yasuní-ITT, se encuentra hoy en serio peligro de ser cancelada. Se teme el anuncio del final de la Iniciativa Yasuní-ITT y la apertura del área para su perforación, el próximo 24 de Mayo, cuando Rafael Correa inicie su tercer mandato,
El informe resalta por qué la Unión Europea y otros países ricos deben urgentemente apoyar iniciativas como la del Yasuní, y otras propuestas para dejar el crudo bajo tierra. El concepto ha causado controversia en muchos países petroleros, que ha sido inspiración para una nueva palabra: Yasunizar.
“Hacia una nueva civilización post-petrolera” da una nueva perspectiva desde el Ecuador y Nigeria, presentando casos que van desde Colombia hasta Canadá, de Italia a España, o de Noruega a Nueva Zelanda. El informe también da cuenta del surgimiento del “Fracktivismo”, que es el activismo contra una peligrosa técnica de perforación llamada “fracking”. Alianzas glocales por la justicia climática están conformadas por comunidades de base a los dos lados del ducto: el norte y el sur están uniendo sus manos.
Algunos capítulos se refieren a los fundamentos jurídicos internacionales para detener la extracción en parques nacionales y territorios indígenas, los mecanismos económicos para mantener el crudo en el subsuelo y la economía política de la Iniciativa Yasuní. El informe explica nuevas formas radicales de interacción política y ecológica.
Patrick Bond, catedrático de estudios de desarrollo en el Centro para la Sociedad Civil (Universidad de KwaZulu-Natal, en Sudáfrica) dice “En Durban, la próxima lucha es para cerrar el mayor complejo de refinación de petróleo de África como parte de una desintoxicación general, y para prevenir la perforación en el mar. Ejemplos inspiradores provienen de Ecuador, del Delta del Níger, Francia y otros lugares de resistencia parcialmente exitosos”.
“Dejar el crudo en el subsuelo no se traduce en pérdidas, sino en ahorros. Debemos aprender a ahorrar. El petróleo bajo tierra, sigue siendo nuestro. Debemos aprender a no explotar todos los recursos que tenemos, simplemente porque los tenemos.” Concluye Nimmo Bassey, coordinador internacional de Oilwatch y miembro de Amigos de la Tierra Nigeria.
LEE EL INFORME AQUÍ (en inglés)
Agencia Ecologista