Cristina seduce a Neuquén con fondos para represa postergada

Está parada por falta de créditos desde 2010. Moneda de cambio por el aval a Chevron.

Antonio Rossi.- Los funcionarios que responden al ministro de Planificación, Julio De Vido dicen que es “pura coincidencia”.

Pero, por los protagonistas y el momento elegido para lanzarla al ruedo, no queda casi ninguna duda de que se trata de una “moneda de cambio” para que la administración neuquina avale el acuerdo que firmaron la restatizada YPF y la multinacional Chevron.

El gobierno nacional le acercó al gobernador de Neuquen, Jorge Sapag un nuevo esquema de financiamiento para poner en marcha la construcción del complejo hidroeléctrico Chihuido, que está frenado desde hace más tres años por la falta de fondos.

La propuesta que busca reactivar una inversión de US$ 1.560 millones proviene de China y en caso de concretarse implicará un cambio sustancial en la composición del consorcio adjudicatario de la obra que encabezan dos compañías cercanas al Gobierno: Electroingeniería–de Gerardo Ferreyra–y CPC, la constructura de Cristóbal López, el empresario con múltiples negocios en casinos, el sector petrolero y la producción de alimentos.

Con la venia del Gobierno, el grupo constructor consiguió reemplazar el financiamiento originario del BNDES de Brasil por una nueva estructura crediticia de la empresa Gezhouba y el Banco de Desarrollo de China (CDB).

Según los datos obtenidos por Clarín, la financiación en juego comprende el 85% de la obra y se encuadraría en los convenios crediticios de “Estado a Estado” vigentes entre Argentina y China.

Tras un largo y polémico proceso licitatorio, la central hidroeléctrica Chihuido fue adjudicada a mediados de 2010 al consorio de Electroingenería, CPC, Rovella Carranza, Hidrocuyo y la brasileña OAS. En ese momento, las autoridades eligieron al ganador priorizando “la mayor proporción de financiamiento privado” que habían arrimado los oferentes.

Pese a que las ofertas de los grupos liderados por Pescarmona y Roggio habían sido más bajas, la obra quedó para Electroingeniería y CPC que propuso financiar el 66% del proyecto con créditos del BNDES y el Banco de Córdoba.

Pero, por incumplimientos de la Nación y la provincia ese financiamiento no se terminó de armar y dejó a la obra en la nebulosa.

La variante china entró a tallar a principios de 2013, luego de que el BNDES confirmara que ya no le interesaba la obra. Si se aprueba el nuevo esquema, la brasileña OAS quedará afuera y el control del consorcio lo tomará Gezhouba.

Apuntalada por los fondos del CDB y asociada con Electroingeniería, Gezhouba está a punto de adjudicarse otra millonaria obra hidroeléctrica: las represas santacruceñas Condor Cliff y La Barrancosa, rebautizadas “Néstor Kirchner y Jorge Cepernic”.

Clarín