No a la guerra: El petróleo, una vez más, detrás de intervención en Siria

Ecologistas en Acción repudia la guerra civil en Siria, el uso de armas químicas por cualquier contendiente y la intervención bélica extranjera en el conflicto en forma de ataques, soldados o venta de armas. Una vez más, como en cualquier guerra, la principal víctima es la población civil, más de cien mil personas muertas, en su mayoría mujeres y niños.

Ecologistas en Acción denuncia que las razones para intentar justificar los distintos grados de intervención extranjera en la guerra Siria, desde el posible bombardeo de EE UU, hasta la venta de armas a los distintos bandos por EE UU, países de la UE o Rusia, pasando por la presencia de milicianos chiítas, no persigue la paz ni la eliminación de armas químicas, sino la defensa de sus distintos intereses en Siria.

Entre estos intereses destaca el control del petróleo. A diferencia de Irak, Siria solo es un pequeño productor de petróleo, sin embargo es un territorio clave en esta región fundamental para el control del grifo de crudo. Durante años, el Gobierno sirio ha sido aliado de Irán, Rusia y Hezbolá, lo que le ha situado como uno de los países más refractarios a los intereses de EE UU y la UE en la región.

Uno de los aspectos en los que se plasma la alianza sirio-ruso-iraní es que se está construyendo el mega-gas-oducto Irán-Irak-Siria, que cuenta con financiación ruso-iraní, para exportar el gas a Europa. Este gasoducto es parte de una lucha estratégica para ver por qué países pasa el suministro energético a Europa y, por lo tanto, tienen poder de controlar dicho suministro. Este gasoducto era una alternativa al Nabucco, que pasaba por Turquía y que, a día de hoy, está parado. También al Arab Gas Pipeline, que recorrería Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Israel. Por lo tanto, el control de Siria tiene que ver también con el control de las rutas de gas hacia Europa.

Pero el elemento central detrás de la probable intervención de EE UU ha sido la negativa del Gobierno de al-Asad a secundar las actuaciones de EE UU en la región, como la guerra de Irak o el bloqueo a Irán.

Como indicador de que el petróleo está detrás del conflicto, la guerra civil en este pequeño productor ha empujado el petróleo al alza (está cerca de los 120 dólares el barril), y eso a pesar de que continúa la debilidad del crecimiento mundial y a que China está mostrando los primeros síntomas de la crisis económica en la que probablemente entre.

Para Ecologistas en Acción, la solución al nudo gordiano de toda la región pasa por avanzar hacia un mundo postpetrolero en el que los combustibles fósiles se dejen bajo tierra. Solo el afianzamiento de una genuina cultura de paz, la desmilitarización de todo el Oriente Medio, la resolución pacífica de los contenciosos y la restitución de los derechos y libertades para todos los países en conflicto, permitirán que cesen las masacres y la opresión.

La organización ecologista rechaza firmemente la posible implicación de las Fuerzas Armadas de España en este conflicto, así como la implicación de nuestro país con las bases de Rota y Morón.

La intervención en Siria no es la solución, ni las armas químicas la causa

30 de agosto de 2013

Ecologistas en Acción señala que lo que está detrás de la probable intervención de EE UU y alguno de sus aliados en Siria no es el posible uso de armas químicas por el Gobierno de al-Assad, sino desembarazarse de un enemigo en la zona. El Gobierno baatherista es aliado de Irán, Hezbolá y, en menor medida, Rusia. Además, la solución al conflicto sirio dista de ser una intervención militar, lo que hacen falta son medidas de apaciguamiento.

La organización pacifista recuerda que la política de EE UU en la región desde el estallido de la Primavera Árabe ha sido contradictoria frente a las revueltas populares. Por un lado ha apoyado los intentos de derrocar los Gobiernos que no le eran funcionales (Libia, Siria). Por otro ha dado el visto bueno para que su principal aliado árabe (Arabia Saudí) ayudase a la represión de las revueltas en lugares como Barhein y Yemen, situación que además ha permanecido opaca a los grandes medios de comunicación. Finalmente, en países como Egipto ha financiado al ejército, que ha sido el brazo ejecutor último de la caída de Mubarak y, posteriormente, del Golpe de Estado. De este modo, el gigante americano en lo que no ha sido contradictorio ha sido en la defensa de sus intereses en esta región clave a través del apoyo a sus aliados y/o de la lucha contra quienes no le siguen políticamente.

Por otra parte el argumento del supuesto uso de armas químicas por parte del régimen sirio suena demasiado similar al de las armas de destrucción masiva usado para justificar el ataque a Irak una década atrás. La organización ecologista condena el uso y la tenencia de estas armas, pero no solo en Siria, sino también en EE UU y el Estado español. En el caso español el centro principal de almacenamiento y experimentación es el de La Marañosa (en la Comunidad de Madrid). Por su parte, EEUU usó municiones incendiarias con fósforo blanco y otras con uranio empobrecido en Irak, ambas pueden ser consideradas armas químicas.

Finalmente, está el argumento humanitario: la necesidad de parar una guerra fratricida. Ecologistas en Acción se suma a la urgencia de alcanzar este objetivo. Sin embargo discrepa en que la mejor forma de avanzar hacia una Siria en paz sea apoyando mediante un bombardeo aéreo a una de las partes en conflicto. En el mejor de los casos esa opción dejará un país dividido entre vencedores, vencidos y una mayoría de la población, especialmente mujeres, que serán víctimas de unos y otros.

Siempre que se llega a una situación de confrontación bélica desde los poderes establecidos se argumenta que la única salida es el uso de la violencia. Sin embargo, antes se han dejado pasar años sin poner en marcha imprescindibles medidas preventivas como una educación y sanidad de calidad, una redistribución de la riqueza o un empoderamiento de la sociedad.

Incluso en las situaciones de guerra abierta todavía son posibles medidas pacíficas que permitan una salida menos cruenta al conflicto. Entre ellas hay algunas obvias como un embargo de armas, el despliegue de personal mediador y de interposición, el apoyo a los sectores sociales proclives a salidas pacíficas al conflicto o el desvío de la financiación desde las organizaciones contendientes a las que persiguen una Siria pacífica.

En definitiva, se trata de usar la misma lógica que empleamos en nuestra vida cotidiana en la que, ante una pelea, lo que hacemos es intentar separar a los contendientes.

Ecologistas en Acción