Miguel Galuccio, CEO de YPF, advirtió la semana pasada, durante su presentación en la 19° Conferencia Industria organizada por la UIA en el Sofitel de Los Cardales, que la economía argentina depende cada vez más de los precios del gas natural licuado (LNG, por sus siglas en inglés), que para peor se incrementaron de forma pronunciada en los últimos cinco años (pasaron de promediar los US$ 9 por millón de BTU en 2008, a superar los 16 dólares en la actualidad).
Sin embargo, la importación de gasoil para producir energía -este año se importarán cerca de cuatro millones de metros cúbicos- es todavía más onerosa. El derivado de petróleo que se trae del exterior se paga por arriba de los US$ 23 por MMBTU. Por eso, en los despachos del Gobierno están estudiando alternativas para reducir la importación del combustible. De hecho, la semana pasada, el ministro de Economía, Axel Kicillof, anunció que a partir del 1° de enero será obligatorio mezclar un 10% de biodiesel con el gasoil que consumen las generadoras eléctricas.
En esa misma línea, una de las posibilidades que está explorando YPF es importar LNG desde Uruguay, que se apresta a lanzar la construcción de una planta regasificadora frente a las costas de Montevideo que estará operativa a fines de 2015. Directivos de la petrolera bajo control estatal viajaron a Uruguay hace dos semanas para reunirse con ejecutivos de Ancap, la petrolera estatal uruguaya, y UTE, la empresa generadora de energía, a fin de darle forma a un pre-acuerdo para que YFP importe un porcentaje del gas que llevará a través de buques metaneros a Uruguay. Así lo aseguraron a El Inversor Online fuentes cercanas a Ancap.
En rigor, la planta que construirá la francesa Gas de France (GDF),ganadora de la licitación realizada por el gobierno de José Mujica, tendrá capacidad para inyectar 10 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) de gas. En total, si se contempla la demanda de la central térmica que está siendo montada en Punta Tigre, en las afueras de Montevideo, el consumo total de gas de Uruguay ascenderá a 4,6 MMm3/d.
Eso quiere decir que habrá alrededor de 5 MMm3/d del fluido disponibles de la terminal regasificadora de Puntas de Sayago, cuya construcción comenzará en enero, según el cronograma de GDF. La idea que barajan en YPF apunta a asegurar un porcentaje de esa capacidad de regasificación ociosa, con vistas a complementar la oferta de gas de los buques regasificadores instalados en Bahía Blanco y Escobar.
“Nosotros cobraríamos un fi por la utilización de la planta y el transporte del gas. La idea que se habló es que YPF se encargue de compran sus propios cargamentos de LNG”, explicó un directivo de Ancap, que pidió la reserva de nombre. Desde la petrolera presidida por Galuccio evitaron realizar comentarios al respecto. La Argentina y Uruguay están conectados a través del gasoducto Cruz del Sur, que funciona bajo la órbita de TGS. Aún así, desde Uruguay advirtieron que las negociaciones aún se encuentran en una etapa germinal.
Hace algunos años, Enarsa, la empresa estatal de energía, que estaba bajo la órbita del ministro de Planificación, Julio De Vido, y Ancap estuvieron cerca de cerrar un proyecto para construir una terminal de LNG en las costas de Piriápolis, pero finalmente el proyecto quedó truncado por el escaso impulso del gobierno argentino, que prefería impulsar la construcción de una planta junto con la venezonala PDVSA en el puerto de Bahía Blanca, aunque ese proyecto tampoco llegó a concretarse.
Por eso, Uruguay se lanzó a instalar por su cuenta la terminal. La inversión total de la iniciativa GDF-Suez será de US$ 1.225 millones y contempla la construcción de una terminal con capacidad de almacenamiento de 263.000 m3 de LNG y un volumen de regasificación de 10 MMm3/d del hidrocarburo.