*Por Juan Ignacio Di Plácido
La semana que culminó el Domingo 25 de Mayo, con los festejos patrios en la Plaza frente a la casa de gobierno, seguramente será recordada como la “Semana anti-imperialista”. No por los festejos referentes a la conmemoración de la Revolución de 1810, sino porque en menos de cinco días, se desarrollaron tres jornadas, marchas, movilizaciones contra los estandártes del modelo extractivista implantado en nuestro territorio nacional con aval del Estado.
El día miércoles 21 de Mayo, considerado el “Día mundial Anti Chevron”, se llevaron a cabo no sólo en la Capital Federal, sino también en Zapala, Neuquén, movilizaciones evidenciando la postura de un grueso de la sociedad que se opone al ingreso de este pulpo petrolero internacional y transnacional en nuestro país. El gobierno le permite acceder de la mano del convenio YPF-Chevron, firmado el 16 de Julio de 2013, para que se exploren en conjunto los yacimientos de petróleo y gas no convencional en la zona de Vaca Muerta, Neuquén. Con los antecedentes sufridos en Ecuador, donde la petrolera ex Texaco derramó más de 103 millones de litros de crudo, contaminando 63 millones de litros de agua y 480 mil hectáreas incluyendo selva amazónica, siendo condenada por el gobierno ecuatoriano en 2011, la postura social frente al ingreso de Chevron en nuestro territorio tiene fundamentos sólidos y consistente.
Con la técnica del “Fracking” o fractura hidráulica a la cabeza, la multinacional Chevron se esconde detrás del discurso del autoabastecimiento energético, amenazando nuestros recursos naturales, como la tierra, el agua y el aire a su vez, atacando gravemente la soberanía nacional.
En simultáneo e interconectadamente a esta temática, el día Jueves 22 de Mayo, en Malvinas Argentinas Córdoba, se desarrolló una marcha encabezada por las asambleas que se agrupan en el acampe frente a la planta de Monsanto en la localidad cordobesa. El “Grupo de Madres del barrio Ituzaingó anexo” en conjunto con la “Asamblea Autoconvocadxs” y la “Asamblea Malvinas lucha por la vida” se acercaron a la municipalidad para ser atendidos por el Intendente Arzani, quién se encontraba adentro del palacio custodiado por cientos de policías e infantería. Los referentes de la lucha tuvieron la posibilidad de entablar una conversación con el mismo, quién “no dio ninguna respuesta política”.
Del mismo modo, el Sábado 24 de Mayo, en Plaza San Martín del barrio de Retiro, frente a las oficinas que la multinacional Monsanto posee en la calle Maipú 1201, en Capital Federal, se llevó a cabo una jornada en la que se pudo apreciar una radio abierta con presencia de disertantes sobre Soberanía Alimentaria, Salud e Impacto Biológico, Extractivismo y Alternativas, en el marco de un evento en nombre del recientemente fallecido Dr. Andrés Carrasco, quién supo poner a la ciencia al servicio de la comunidad y no de la corporación.
Unas 500 personas aproximadamente se reunieron desde la soleada mañana para adherir a la lucha del pueblo en Malvinas Argentinas, a 18 años de que se firmase la resolución 167, por el secretario de Agricultura Felipe Solá, autorizando a la multinacional Monsanto a producir y comercializar la semilla transgénica de soja con uso de glifosato. Hoy en día más del 60% de nuestro territorio está sembrado con soja modificada genéticamente.
Proyectando el plan estratégico agroindustrial y agroalimentario 2020, se estima que la superficie sembrada con soja transgénica se extendería en un 27%, de 33 millones de hectáreas a 42 millones. Esta embestida del “progreso” contiene implícitos daños al ecosistema, sumado a incipientes desalojos de comunidades y pueblos originarios de sus ancestrales propiedades naturales. Los desmontes necesarios para que la tierra se acondicione a la soja, son daños ambientales irreversibles.
Este fanatismo por la soja (transgénica) a su vez, acorrala a la ganadería exclusivamente a los sistemas de engorde a corral, donde los animales modifican su aparato digestivo a fuerza de medicamentos, convirtiéndose de herbívoros a omnívoros, dando como resultado un producto contaminado por el uso de productos químicos.
Los casos de Chevron y Monsanto son los grandes emblemas del modelo extractivista que se desarrolla en nuestro territorio, y disparan cuestionamientos con respecto al autoabastecimiento energético y a la soberanía alimentaria, focos claves en la política a nivel nacional y mundial.
La planta de procesamiento y secado de semillas de maíz que se instaló en Malvinas Argentinas Córdoba, de similares características a la de Rojas, Provincia de Buenos Aires, es una de las plantas más grandes de la firma a nivel mundial, instalada en el epicentro geográfico de nuestro país, se encuentra bloqueada desde el 18 de Septiembre pasado por la gente que conforma el acampe. Según declaraciones de un miembro referente de la “Asamblea Malvinas luchas por la vida”, con quién estuvimos hablando de lo que se viene a futuro, se hizo hincapié en el fútbol como herramienta de distracción, ya que el mundial próximo será el escudo perfecto para usar como pantalla ante las distintas problemáticas sociales que se vienen defendiendo en el acampe. Lucas Vaca finalizó la charla pidiendo “atención, porque lo que se viene es fuerte”, en cuanto al avance de la multinacional Monsanto en nuestro país.
*Movimiento Las Flores