Por Jorge Sapag.-
Cuando asumí mi primera gestión como gobernador de Neuquén, en diciembre de 2007, la realidad energética provincial era crítica. La economía neuquina depende en más de un 70% del gas y del petróleo, tan necesarios para la Nación.
En 2007, las reservas de gas y de petróleo tenían un horizonte de sólo ocho años. Neuquén llevaba ya mas de 10 años de constante declinación de la producción, motivada por múltiples causas y en particular por el envejecimiento de los yacimientos. Neuquén produce aún hoy casi el 50% del gas de la República, el 22% del petróleo y el 22% de la energía hidroeléctrica.
En 2008, con la crisis internacional, fueron despedidos más de 3000 trabajadores del gas y del petróleo. Gestionamos ante el gobierno nacional y la Presidenta estableció los regímenes de Gas Plus y Petróleo Plus, con incentivos de precios en valores en boca de pozo para la producción. Desde la gobernación instrumentamos, entre otras, dos medidas: la creación de la empresa pública provincial Gas y Petróleo del Neuquén (GyP), para salir a buscar nuevos inversores en campos petroleros sin producción, y sancionamos la ley provincial 2615, que permitió la extensión por 10 años de los plazos de las concesiones para facilitar y obligar a más inversiones.
Lo hicimos en el marco de las dos leyes de hidrocarburos que establecen la facultad del plazo y del poder concedente en cabeza de las provincias argentinas y en virtud del dominio provincial que ordenó la reforma de 1994 a la Constitución Nacional.
En 2009 y 2010 la provincia realizó tres rondas públicas de inversión Nuevos Horizontes con áreas hasta entonces marginales, con total éxito. Previeron el 100% del riesgo y que la inversión estuviera bajo la responsabilidad del oferente. Y que se debía reservar el 10% de la asociación a la empresa en cuya cabeza estaba la titularidad de los derechos, esto es GyP, como condición para el ingreso al 90% de los derechos sobre las áreas. Nuestras predicciones sobre buenas perspectivas en Vaca Muerta y Molles resultaron, gracias a Dios, certeras. Hoy la Cuenca Neuquina, que abarca parte de las provincias de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza, está calificada como una de las más importantes en gas y petróleo no convencional del mundo.
En 2012, por la ley nacional de soberanía hidrocarburífera, se recuperó el 51% de las acciones de YPF para el Estado Nacional (26%) y para las provincias (25%).
¿Cuál es el cuadro de situación a la fecha? En seis años de trabajo en la provincia se amplió el horizonte de recursos de gas y de petróleo para el país de 8 años a más de 100 años. Se puso de manifiesto la potencialidad de Vaca Muerta, en una provincia con infraestructura para la inversión y con experiencia. En el primer cuatrimestre de 2014 se incrementó la producción de petróleo y se frenó la caída de la producción de gas por primera vez en 15 años.
Neuquén tiene la normativa más moderna de cuidado ambiental y en los 400 pozos ya perforados con tecnologías no convencionales no ha habido un solo evento de daño ambiental, con controles estrictos y severos.
A la fecha, el 20% de la producción de petróleo neuquino es no convencional (Shale Oil) y el 10% del gas también (Tight Gas). Esta nueva era histórica en el gas y en el petróleo debe consolidarse con millonarias inversiones. Sólo la inversión de YPF con Chevron en el área Loma Campana, donde hoy están perforando 23 equipos, representará 16.600 millones de dólares y 12.000 nuevos puestos de trabajo. Para lograr el autoabastecimiento se necesitan otros cinco desarrollos (clusters o factorías) de estas características, que es el primero en América latina.
GyP, desde 2008, es una herramienta para la inversión y el desarrollo. Es socia de YPF y de casi todas las compañías (24) que operan en la provincia en 54 áreas. Ha traído a la provincia importantes inversores, como Wintershall, Total, Shell, Exxon, EOG, entre otras. Con todas ellas se han invertido ya US$ 1000 millones en exploración, otros 1000 millones se están invirtiendo este año, y otros 1000 millones en los dos próximos años; más las futuras inversiones en los pilotos y desarrollos.
GyP es complementaria, no competidora de YPF, y para poder lograr el objetivo común de desarrollar los hidrocarburos no convencionales estas empresas no deben pretender ser exclusivas ni monopólicas, ya que necesitamos capitales y tecnología de todo el mundo para concretar este anhelo.
¿Cuáles son hoy nuestras responsabilidades frente a una matriz energética que depende en un 90% del gas y del petróleo? ¿Cuáles son ante la falta y fuga de divisas por importaciones de energía por más de 14.000 millones de dólares? ¿Cuáles son para lograr el autoabastecimiento? ¿Cuáles son para ser elegibles como país de inversión en lugar de México, Argelia, Polonia, Colombia, China y EE.UU., que también tienen yacimientos no convencionales?
Hablar un idioma común entre los tres niveles de gobierno (nacional, provincial y municipal), generar consensos sociales y políticos, crear un ambiente estable, viable y creíble de inversiones en el campo energético y procurar el desarrollo de fuentes de trabajo diversificadas con una distribución equitativa de la renta del gas y del petróleo entre todos los sectores: Nación, provincias, municipios, trabajadores, empresas operadoras, empresas de servicios y de la sociedad en su conjunto.
La soberanía de la Nación se sustenta en cuatro pilares: educación, trabajo, alimentos y energía, junto con la necesaria consolidación del federalismo. Un federalismo no de subordinación ni de desintegración. Un federalismo de provincias fuertes y autónomas integradas a una Nación soberana, en una relación de justicia y equidad