Según la última certificación de reservas del país vecino
Las existencias gasíferas certificadas en Bolivia ascienden actualmente a los 10,45 trillones de pies cúbicos, lo que permite a la nación gobernada por Evo Morales garantizar por más de 10 años su abastecimiento interno, sus planes de industrialización y sus compromisos de exportación a la Argentina y Brasil.
Buena noticia para la Argentina. Mientras impulsa el desarrollo a gran escala del shale gas de Vaca Muerta –lo que implicará un largo lapso de captación de inversiones, incorporación de tecnología y formación de recursos humanos–, el país sabe quepodrá contar con el aporte gasífero de Bolivia durante la próxima década. Así se desprende de la última certificación de reservas llevada a cabo en el Altiplano.
Encargado por la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), el relevamiento estuvo a cargo de la empresa canadiense GLJ, la cual cuantificó en 10,45 de trillones de pies cúbicos (TCF, por sus siglas en inglés) el total de existencias gasíferas probadas dentro de la vecina nación. La cifra representa un incremento de 0,53 TCF en relación con los 9,92 TCF relevados por la agencia Ryder Scott a fines de 2009.
El anuncio fue hecho público por el presidente Evo Morales. “Tenemos garantizadas nuestras reservas de gas natural hasta el año 2025, tanto para el mercado interno como para los mercados de la exportación y la industrialización”, sostuvo el mandatario en rueda de prensa.
Según los viejos datos de Ryder Scott, Bolivia disponía de 209,81 millones de barriles de reservas probadas de petróleo (con 98,22 millones probables y 192,22 millones posibles) y de 9,92 TCF de existencias probadas de gas natural (con 3,71 TCF probables y 6,27 TCF posibles). El sondeo de GLJ, en tanto, certificó la presencia de 211,45 millones de barriles de reservas probadas de crudo (con 72,25 millones probables y 80,37 millones posibles) y 10,45 TCF de existencias probadas de gas (con 3,5 TCF probables y 4,15 TCF posibles).
“Estoy seguro de que próximamente mejoraremos aún más estos números, puesto que actualmente se están realizando exploraciones en 47 áreas de los departamentos de Tarija, Chuquisaca, Santa Cruz, Cochabamba y La Paz. Asimismo, han arribado empresas como la rusa Gazprom y la argentina YPF, que hoy están buscando hidrocarburos en nuestro territorio junto con otras que ya venían haciéndolo, como la francesa Total, la española Repsol, la británica BG y la brasileña Petrobras”, aseguró Morales, quien también resaltó el rol de YPFB, a la cual calificó como “una de las mayores petroleras latinoamericanas en la actualidad”.
Potencial inexplorado
Casi un 50% del territorio boliviano –unos 536.000 kilómetros cuadrados (km²)– tiene potencial hidrocarburífero. A decir del vicepresidente Álvaro García Linera, de ese porcentaje sólo se ha explorado parcialmente entre un 35% y un 30%. “En suma, todavía hay un amplio margen territorial por explorar”, precisó.
Aunque en los últimos tiempos Bolivia ha ampliado considerablemente su actividad exploratoria, el funcionario cree que dichos esfuerzos aún son insuficientes. “Sabemos que tenemos muchísimas más reservas y lo sabe también la industria. Estamos estratégicamente ubicados en una formación geológica que ha generado amplios reservorios de gas y petróleo. No sólo somos un país gasífero, también somos un país petrolero. La riqueza está bajo nuestra tierra. Esta generación la va a encontrar y la va a utilizar en beneficio de todos los bolivianos”, indicó.
A su entender, Bolivia ya no se encuentra en la etapa de soñar o de proyectar para las generaciones posteriores. “Por eso estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance como Estado para explorar e industrializar nuestros recursos con un profundo componente soberano.
Ésa es la prioridad nacional para superar la pobreza y generar las vanguardias científico-tecnológicas y la masa crítica pensante que nos convertirán en una potencia continental durante las próximas décadas. Seremos una potencia económica, social, cultural y política”, pronosticó.
En su opinión, el atraso es muy grande. “Para mañana es la industrialización, pero para ayer es la exploración. Hay que destrabar los obstáculos que nos impiden avanzar en esa dirección”, sostuvo.
En ese sentido, añadió, no importará cuáles sean los esfuerzos necesarios para levantar la nación. “Tenemos la obligación de triplicar nuestro Producto Bruto Interno (PBI) en los próximos 10 años. Así nos convertiremos en un lugar de encuentro de las economías regionales de mayor crecimiento del mundo”, manifestó.
Respaldo eléctrico
Pero Bolivia no se conforma con ser el principal proveedor de gas natural para la Argentina, sino que también tiene previsto suministrar electricidad al cada vez más demandante mercado local. En concreto, pretende destinar al país una parte de la energía eléctrica que produzca Termoeléctrica del Sur, planta que hoy está construyendo en el Gran Chaco, dentro del departamento de Tarija. Así lo anticipó el ministro boliviano de Hidrocarburos y Energía, Juan José Sosa, quien participó del lanzamiento de la obra.
“El consumo interno de Tarija es de 50 megawatts (Mw), pero con esta central se generarán 160 Mw, por lo que podríamos exportar alrededor de 110 Mw a la Argentina o a otro mercado que lo requiera. Seguramente podremos hacerlo antes de fin de año”, puntualizó.
En el mismo complejo, además, la nación del Altiplano instalará una megaplanta separadora de líquidos que estará entre las tres más importantes de toda Latinoamérica. Según datos de YPFB, tendrá una capacidad de procesamiento de 32,19 millones de metros cúbicos (m³) de gas natural por día, con los que podrá producir diariamente unas 3.144 toneladas métricas (Tnm) de etano, 2.247 Tnm de gas licuado de petróleo (GLP), 1.044 barriles estándar de isopentano y 1.658 unidades de gasolina natural.