Más de 20 centrales sindicales y diversas organizaciones gremiales de todo el mundo dieron comienzo a una campaña contra el método de extracción de hidrocarburos mediante la fractura hidráulica. A nivel local participan la CTA Autónoma y la Federación de Trabajadores de la Energía (Fetera).
La iniciativa surgió de encuentros de esas organizaciones en la Cumbre de los Pueblos realizada en diciembre de 2014 en la ciudad de Lima, capital de Perú.
Mediante un comunicado convocaron a “la moratoria global sobre la fractura hidráulica (fracking) para la obtención de gas de esquisto (shale gas), de veta de carbón (CSG) y petróleo de esquisto (shale oil)”. Al mismo tiempo expresaron su solidaridad “con todas las comunidades, municipalidades, regiones y países que ya la introdujeron o intentan realizarlo”.
El texto analizó que “el fracking promueve ataques sobre derechos a la tierra y, la gran cantidad de agua requerida para el proceso de fractura, amenaza su disponibilidad en áreas en las que el recurso genera serios problemas de acceso al líquido para la población, en especial, en las zonas rurales pobres”.
De acuerdo con las entidades impulsoras de la campaña el fracking es rechazado por “un sinnúmero de organizaciones sociales, sindicales y personalidades en casi todas las regiones y países en los que ya se implementó o se propone”. Y es que “la experiencia recabada desde 2002 en Estados Unidos demostró que amenaza la salud y la calidad de vida de comunidades cercanas a los pozos”, explicaron.
Al respecto subrayaron que “solo en Estados Unidos existen decenas de miles de pozos de gas de esquisto” y la contaminación del agua “es el resultado más común de la utilización de ese tipo de tecnología”. También agregaron que “el uso en gran volumen de compuestos o productos químicos -muchos cancerígenos como el sílice-, es una amenaza para la salud de los trabajadores de los pozos o se los expone a las aguas residuales”.
El documentó apuntó que “la técnica del fracking se introduce como propuesta en una creciente cantidad de países. En Canadá, las comunidades indígenas lideran la resistencia, mientras en Bulgaria y Rumania los pequeños agricultores realizan acciones directas contra las empresas de gas”.
“Es preocupante también el impacto sobre el calentamiento global por el metano que se fuga de los pozos, ya que los estudios atmosféricos en los lugares de perforación mostraron elevados niveles de emisiones fugitivas, que sugieren que el gas de esquisto es peor que el carbón”, concluyeron.
Las centrales sindicales que participan en la convocatoria son las canadienses (CLC y CSN); la argentina CTA-A; la peruana y brasileña (CUT); la búlgara (CITUB); la rumana (FSIE); la filipina (SENTRO); la Internacional de Servicios Públicos (PSI) y la de Educación (EI), entre otras.
Además firman varios sindicatos: la Amalgamated Transit Union (EEUU y Canadá), Canadian Union of Public Employees (Canadá), Federação Única dos Petroleiros–FUP (Brasil), Federación Nacional de Trabajadores de Agua Potable y Alcantarillado del Perú, Federación de Trabajadores de la Energia de la República Argentina, National Tertiary Education Union (Australia), National Union of Municipal and Government Employees (Noruega), National Union of Workers (Australia), National Nurses United (EEUU), New York State Nurses Association (EEUU), Public & Commercial Services Union (Reino Unidos), University and College Union (Reino Unidos), Water Workers Union at EYATH (Grecia).