Un doble derrame en el área Estación Fernández ocurrido este fin de semana pasado abrió nuevamente heridas en la localidad rionegrina. El vergel del valle norpatagónico se achica ante el avance de la pérdidas de tierras productivas. La desplanificación estatal es parte de una gestión gubernamental que ha optado por ir detrás de la jugosa renta petrolera sin medir consecuencias. Derrames, explosiones, incendios y fugas: partes de un repertorio extractivista que cada día resuena más.
Por OPSur.-
Los ediles Daniel Sánchez y Eduardo Martín presentaron ante el Concejo Deliberante un proyecto de Declaración de Emergencia Ambiental en la sesión programada para el 6 de diciembre. La iniciativa fue motivada tras el doble derrame en el pozo EFO 0355, que afectó un curso de agua natural conectado con el Río Negro. Dicha iniciativa no pudo ser tratada por no reunir los votos necesarios. El oficialismo consiguió disciplinar a una mayoría en torno al tema. El pasado agosto en un convenio tripartito entre la empresa YPF, la provincia de Río Negro y el municipio de Allen se habían aprobado en dicho recinto 93 nuevos pozos; a cambio de la promesa de obras públicas por parte de la empresa. Tras la votación, el reclamo vecinal subió los decibeles y Sánchez insistió en que revean el voto con una nueva moción, la cual corrió misma suerte.
Cuando la presidencia a cargo de Claudia Obligado intentó continuar con otros temas el público enardeció: “¿Vas a pasar a otros temas, te parece a vos que hay temas más importantes que esto que está ocurriendo?” espetó un vecino sin lograr que la funcionaria pare de hablar. Otro vecino indignado ganó la palabra de pie y levantando la voz reclamó: “Estas son cosas muy graves. Tienen que convocar al pueblo, hacer el debate en un cine, en la calle. Se cagan en la constitución, miren que no se van a cagar en las ordenanzas los que representan al pueblo. Tienen que convocar al pueblo”. Integrantes de la Asamblea Permanente del Comahue por el Agua, los sindicatos UNTER y ATE, productores/as con reconocimiento, comerciantes y organizaciones coreaban en unísono: “Vecino, vecina el fracking contamina”. Al mismo tiempo, la presidencia buscó los tres votos necesarios para levantar la sesión. “Los ambientalistas que se vayan a presentar un amparo ambiental como corresponde, tienen todas las herramientas para hacerlo” lanzó el presidente antes de retirarse.
La Declaración de Emergencia Ambiental contenida en el proyecto rechazado incluía “solicitar al gobierno local, provincial y nacional se arbitren las medidas necesarias para lograr el cese de la actividad. Hasta tanto se puedan establecer nuevos parámetros, que permitan minimizar los riesgos tanto de las zonas productivas bajo riego, como la salud de la población, que hoy convive en el mismo espacio en que se realiza dicha actividad”.