No es sequía, es saqueo

Por Coordinadora Antiextractivista .- A ocho años de la firma del acuerdo Chevron-YPF, las asambleas, y organizaciones socio-ambientales y políticas, seguimos enfrentándonos al avance del fracking en nuestro territorio. Aquel acuerdo avanzó masivamente con la explotación de hidrocarburos no convencionales.
Hoy vivimos las consecuencias de esta técnica extractiva en nuestros cuerpos y en nuestros territorios: basureros petroleros como Comarsa y Treater; sismos como en Sauzal Bonito; muerte de trabajadores en los pozos como los ocho compañeros que fallecieron entre 2018 y 2019. Incontables consecuencias socioambientales como derrames e incendios en las locaciones. Además, están fracturando en los barrios populares en Neuquén y Plottier, en áreas naturales protegidas, en territorios comunitarios mapuce, en zonas de producción frutihortícola. ¡Están saqueando nuestro territorio!
En un contexto en el que el gobierno provincial está declarando la emergencia hídrica, las campañas institucionales se destinan hacia el pueblo para reducir el consumo cotidiano, mientras nada se dice sobre la cantidad que las empresas petroleras usan para el fracking. Mucho menos se habla del rol de la extracción de combustibles fósiles en la crisis climática mundial, elemento fundamental en la sequía que se expresa en nuestros ríos.
La violencia de esta actividad también se ejerce sobre los cuerpos de las mujeres, lesbianas, travestis y trans.
Las consecuencias sociales y económicas se suman a los impactos ambientales. El caso más extremo nos lo mostró a fines de julio de este año la explosión de la escuela de Aguada San Roque en la que fallecieron tres trabajadores. En la localidad, pese a estar en el centro de la explotación masiva en Vaca Muerta, no hay gas natural. En la provincia, los índices de pobreza e indigencia no paran de crecer. ¿Dónde estarían los supuestos beneficios económicos del fracking?
En el fracking no hay grieta
Todos los gobiernos nacionales han sido consecuentes con la explotación en Vaca Muerta. Por medio de diferentes argumentos sostienen políticas de avance de este tipo de extracción. Mientras el gobierno de Cristina Fernández lo fundamentaba en la crisis energética; Macri aprovechó para negociar con las trasnacionales petroleras. Actualmente, Alberto Fernández continúa con impulsos para esta actividad.
Del mismo modo, el gobierno provincial liderado por el Movimiento Popular Neuquino tampoco ha cambiado nada de la política que llevó a avalar el acuerdo Chevron-YPF reprimiéndonos a quienes ya en ese momento advertíamos de las consecuencias que hoy son visibles. Sólo aprovecha los beneficios económicos de la actividad, afectando lo menos posible a la industria y ni siquiera respetando las escasas leyes de protección ambiental que existen.
Necesitan los dólares para pagar la deuda externa ilegítima que el pueblo trabajador no ha contraído. Estamos en un momento de máxima alerta por el cambio climático a nivel global, y hasta la ONU, integrada por los principales países capitalistas, advierte sobre sus consecuencias, que ya se están expresando: sequías, inundaciones, fríos intensos, calores extremos, pérdida de biodiversidad.
En países como Francia, Alemania, Italia, Inglaterra, España y algunos estados de EE.UU, el fracking está prohibido, pero empresas como Total, Chevron, Shell, ExxonMobil, Wintershall DEA, Pan American Energy, vienen a la cuenca petrolera a perforar y seguir embolsando sus ganancias. Otras, como Equinor, pretenden además operar offshore en Mar del Plata. Siguen perforando y afectando nuestros territorios, como una expresión concreta y material del imperialismo.
Que tiemblen las petroleras, no los pueblos
Nos obligan a convivir con la contaminación, las enfermedades, los temblores, los ruidos constantes y las explosiones, que dañan a la violentan a la naturaleza.
Ante este panorama necesitamos una transición energética y productiva. No queda tiempo, los efectos de la explotación y uso de los combustibles fósiles ya los estamos observando con claridad en toda la provincia de Neuquén. ¡Esto no es progreso! Cuando el petróleo y el gas se acaben quedará un territorio devastado. No podemos darnos ese “lujo”.
La remediación de los daños que deja el fracking es imposible. ¿Cómo se remedia el vuelco de los barros que se sacan de los pozos y se llevan a los sumideros? ¿Qué se ha hecho hasta ahora con los piletones de lodo de los basureros petroleros? ¿Cómo se controlan las fracturas originadas a kilómetros de profundidad? ¿Cómo se remedian los sismos y la sequía?
La solución es de fondo: no debemos permitir que perforen más la tierra. Seguiremos resistiendo hasta que se vayan de nuestro territorio!
¡NO ES NO!
BASTA DE FRACKING
NO ES SEQUÍA ES SAQUEO
TRANSICIÓN ENERGÉTICA YA