Por BAE Negocios .- Especialistas del Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC) realizaron un análisis del estudio publicado por el Observatorio Petrolero Sur que hace un recorrido por el contexto regional de las políticas energéticas en los países sudamericanos y el impacto de los gobiernos neoliberales sobre éstas.
El Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC) publicó un análisis realizado sobre un informe presentado por el Observatorio Petrolero Sur (OPSur) que abarca el avance, las consecuencias y el combate de la Pobreza Energética en países de América del Sur.
El OPSur se formó en el 2008 y tiene grupos de trabajo permanente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias de Neuquén y Río Negro. Su objetivo como organismo es “lograr que la producción y el consumo de energía se haga de forma justa, democrática, saludable y sustentable”, explican en su presentación.
Entre las premisas que propone, destaca como necesaria la “transición hacia otra matriz productiva y energética desde la perspectiva de justicia ambiental y social”. En este sentido, “su acción estimula y promueve la organización y participación para contrarrestar la concentración de poder, en pos del cambio social y la búsqueda de nuevas vías de desarrollo en armonía con la naturaleza”, mencionan.
En su informe “Las luces son del Pueblo”, analizan específicamente la problemática de la Pobreza Energética como fenómeno presente en América Latina. El mismo está realizado por Jonatan Nuñez y Felipe Gutiérrez Ríos, quienes que existe entre la energía, su acceso popular y el flagelo del empobrecimiento energético.
Enfocadas sobre este informe, Cristina Alejandra Paredes Navarro y Belén Ennis formularon un análisis en el que relacionan los datos brindados con la situación política y social de Sudamérica: “En el contexto regional las realidades políticas comparten los padecimientos del avance neoliberal sobre los pueblos y las consecuencias que esto trae aparejadas. Según estiman los investigadores del OPSur, ‘alrededor de 21,8 millones de personas carecen de acceso a la electricidad’ en América del Sur. En este sentido, agregan que ‘si bien las condiciones son muy heterogéneas en distintos países, la evidencia indica que la disparidad se agudiza en los sectores rurales y las periferias urbanas'”, destacaron.
Asimismo toman los datos de los autores Núñez y Gutiérrez que señalan que “aunque no se registran encuestas desagregadas de alcance continental, múltiples indicadores nacionales revelan que la brecha de género en el acceso a la energía es un fenómeno recurrente”. De este modo, “los hogares encabezados por mujeres son especialmente vulnerables”, acotan el reporte de OPSur.
Es por ello que, según el informe, “la falta de energía, las malas condiciones de acceso, las dificultades de pago de las tarifas y la morosidad endémica de millones de personas son algunos de los elementos que ponen de relieve las consecuencias de un modelo energético que reproduce las desigualdades del sistema económico y social en el que vivimos. Ante esta realidad, en toda América Latina, han surgido diversas experiencias que postulan el acceso a la energía como derecho humano y luchan por su defensa”.
En esa línea, las especialistas de la OETEC resaltan: “Se trata, en efecto, de una importante contribución al análisis regional o latinoamericano de la pobreza energética y de la falta de acceso a la energía como un incumplimiento de los derechos sociales consagrados de nuestros pueblos. Tras comparar y tomar los procesos políticos, sociales y económicos de Uruguay, México y Argentina, ambos autores, evalúan las realidades de las naciones mencionadas y acotan las diferencias vitales con los parámetros que desde Gran Bretaña se toman para calificar el sector energético, las políticas sociales y el acceso a la energía”.
“Desde el OETEC, tal como ya fuera expuesto, insistiremos en que cuando hablamos de energía, servicios públicos, derechos y desarrollo humano, cuando nos referimos a la vinculación entre política energética y Estado, debemos prestar especial atención a los números que arrojan los indicadores de Pobreza Energética. Superar este flagelo, es decir, hacer posible que los servicios públicos energéticos de calidad y confiables lleguen a todos y todas, es el primer paso para empezar a caminar”, analizaron desde la OETEC.