Qué escribir, que no se haya escrito, de las valientes y sostenidas luchas de los pueblos del Chubut en defensa del agua y de la vida, en defensa del territorio. Qué escribir, que no se haya escrito, de la crisis económica y social de la provincia que se deriva de la dependencia petrolera. Qué escribir, que no se haya escrito, de la degradación de las instituciones democráticas de la provincia, una degradación institucional que se fue acentuando a medida que creció la connivencia de la clase dirigente con el extractivismo minero. Porque cabe subrayar que la degradación es de las instituciones, no de la democracia, porque la democracia directa, la democracia de abajo, la de los pueblos, fue creciendo y consolidándose en las luchas, en las movilizaciones, en la construcción de conocimientos colectivos y en propuestas, como la Iniciativa Popular.
Fotos de Luan-Colectiva de acción fotográfica
Hace casi veinte años que la clase dirigente intenta zonificar la provincia y, si tardaron todo ese tiempo para abrirle la tranquera a las mineras, para lograr la sanción y promulgación de la ley que las habilita, es porque la resistencia de los pueblos no les dejaba margen. Ahora la ley pasó a escondidas, pero falta mucho para que se diga la última palabra, porque los pueblos siguen en las calles, en las plazas, en las rutas, en los territorios, movilizados por el agua y la vida. Y si tienen que resistir otros veinte años, ¿quién se atrevería a asegurar que no lo van a hacer?
El gobierno de Mariano Arcioni sigue apostando a la represión, ese es quizá el signo de su gestión, meta bala. De otra manera no puede gobernar, pues llegó a Fontana 50 diciendo que estaba en contra de la megaminería. Y el gobierno nacional aprueba, no se alzan voces para condenar la cacería de manifestantes ni burla a la voluntad popular, un silencio que dice a gritos que con megaminería pretende pagarle al FMI.
Del calor de las jornadas de diciembre de 2001 se nutrieron las asambleas por el No a la Mina, esas que en 2002 comenzaron a nacer en Chubut y movilizaron la provincia y el país. A días de cumplirse 20 años de aquel diciembre, el pueblo de Chubut está en las calles defendiendo el agua, la vida, el territorio, construyendo futuro, manteniendo vivo ese espíritu de lucha del 2001. Y quién se anima a afirmar que no estarán así otros veinte años, si es necesario, como dicen en Esquel, para que la montaña siga allí.
Qué más decir desde el OPSur que perdernos en un estrecho abrazo con todes quienes construyen futuro defendiendo el agua, la vida y los territorios.