Por Fernando Cabrera.- “La expansión de Vaca Muerta define un escenario difícil para los territorios”. Así lo expuso Martín Álvarez Mullally, investigador del Observatorio Petrolero Sur, en una charla organizada por el Centro de Estudiantes de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), en la que disertaron también el geógrafo Javier Grosso, la socióloga Belén Alvaro, la werken del lof Campo Maripe Lorena Maripe y el concejal del PTS Esteban Martiné.
Foto: Martín Álvarez Mullally
En la charla, analizaron el panorama de Vaca Muerta a contracorriente del habitual relato mediático. La historia de la explotación, el frenético consumo de agua, la multiplicación de sismos, la contaminación inmanejable, las transformaciones en las formas de vida, las peleas del pueblo mapuche y la necesidad de construir alternativas, fueron algunos de los ejes de las exposiciones.
Vaca Muerta hoy
“Durante los últimos tres gobiernos Vaca Muerta fue la mayor apuesta energética del país”, dijo Álvarez Mullally y señaló también la existencia de un consenso empresario sobre esa explotación. Por otro lado, aseguró que “la inestabilidad, que es una constante en el mercado fósil, se profundiza en los proyectos no convencionales porque requieren de inversión permanente y sufren una caída muy acelerada de la extracción”. También destacó la complejización continua del fracking: “Los pozos pasaron de tener entre seis y diez fracturas, a unas 60 en la actualidad, con un horizonte de 100”. Finalmente, subrayó que se multiplican los impactos y sus costos económicos no son asumidos por las compañías petroleras.
Según Álvarez Mullally, los precios altos derivados de la guerra en Ucrania conforman una nueva situación energética global. Este contexto habilita al gobierno nacional para proponer a Vaca Muerta como un polo exportador. Con ese horizonte, desde los gobiernos nacional y provincial proponen expandir la infraestructura: el gasoducto de Néstor Kirchner, la ampliación en el puerto de exportación de crudos, el acuerdo entre YPF y Petronas para instalar una planta de gas, el mejoramiento de la vía férrea que vincula Neuquén con Bahía Blanca y la posibilidad de instalar un nuevo puerto petrolero en la costa rionegrina. Estas inversiones tendrán como correlato la multiplicación de pozos de fracking en Vaca Muerta y, con ellos, una serie de consecuencias socioambientales. “Va a haber conflictos sociales y ambientales, un sostenido aumento de la desigualdad y un aumento de los incidentes laborales”, anticipó el investigador.
Impactos ambientales
Al exponer, el geógrafo Javier Grosso dimensionó lo que implica la explotación: “A un pozo le inyectan 5500 camiones de arena y unos 100 millones de litros de agua con químicos”.
Para Grosso hay una relación directa entre el fracking y los sismos. “Entre el 17 de abril y el 9 de mayo hubo 35 sismos en la localidad de Sauzal Bonito. Recientemente Tecpetrol confirmó que en ese tiempo hicieron 62 fracturas en tres pozos, para los que inyectaron 312 millones de litros de agua y 40 mil toneladas de arena”.
Foto: Lucas Castillo (La Izquierda Diario)
Por otro lado, señaló que Vaca Muerta es una gran emisora de gases de efecto invernadero tanto por la combustión de los hidrocarburos como por las pérdidas de metano de todo el proceso extractivo del gas.
Destacó también la problemática utilización del agua. “De los 100 millones de litros inyectados mezclados con químicos un gran porcentaje vuelve a la superficie y eso no puede ser puesto en contacto con el ciclo hidrológico”, sostuvo. “El 10% de ese líquido podría reutilizarse, pero a las empresas los mil litros de agua les cuestan 5.6 pesos. Por eso el agua que vuelve a la superficie se abandona en pozos sumideros”. Desde 2012 se inyectaron al subsuelo 30 millones de metros cúbicos, unos 20 estadios de la Bombonera.
Por último, Grosso señaló que los “basureros petroleros” son otra gran problemática ambiental. “En Añelo no paran de crecer y no tienen capacidad de procesamiento. Los empresarios reconocen públicamente que no dan abasto. Entonces acumulan montañas y montañas de basura petrolera”.
Vivir en territorios fracturados
Belén Alvaro es socióloga, docente de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNCo y hace seis años investiga lo que sucede con los barrios rodeados de pozos de fracking en la localidad de Allen, Río Negro.
Alvaro contó que al abordar el tema la bibliografía latinoamericana proponía que “una actividad con estos grados de violencia produce mínimamente una crisis en la reproducción de la vida. Y, entonces, había que hablar con quienes estaban destinadas culturalmente a la reproducción, es decir las corporalidades feminizadas”.
La investigación concluyó que “hay una transformación social de la vida a partir de una intensificación del tiempo y las tareas de cuidado y una transformación del uso de la tierra, el agua y el aire. Lo notan las vecinas que llevan toda una vida viviendo ahí. Están comprando el agua, leña, alimentos porque la tierra dondechevron plantaban cambió”.
Sostuvo, además, que existen “despojos múltiples” y “una fragilización de la vida por una apropiación desigual de bienes y de la potencia colectiva”. Pero aun así las vecinas “siguen produciendo lo común, lazos de comunalidad y de soberanía alimentaria, en la medida que pueden”.
Alvaro agregó que el “extractivismo no es novedoso” y advirtió que “estamos apretando el acelerador en un momento de una exponencial crisis planetaria que se nos viene encima”.
Defender la vida y el agua
Lorena Maripe es werken del lof Campo Maripe, territorio en el que se instaló el primer gran proyecto de fracking en el país, el del acuerdo entre Chevron e YPF. “Somos los testigos de toda esta mentira que se ha vendido desde que se anunció Vaca Muerta, desde la firma del pacto Chevron-YPF y la represión de aquel día”, expresó y aseguró que no se han cumplido las promesas y que sólo padecen las consecuencias.
“Vivimos de la crianza de los animales desde hace seis generaciones y, a causa de la llegada de la industria extractiva, los animales que se criaban libres tuvieron que ser criados a corral y eso disminuyó mucho su número”, explicó a la vez que advirtió sobre los cambios en el clima, en el agua y la aparición de la contaminación y los sismos.
Foto: Lucas Castillo (La Izquierda Diario)
Maripe recuerda que antes vivían tranquilos en sus territorios. “Si entran a tu casa sin permiso y a romper todo, obviamente vas a defender lo que es tuyo”, expuso y dijo que por ese motivo están permanentemente concientizando sobre lo nocivo que es el fracking: “Junto a otras comunidades nos moviliza defender la vida y defender el agua. No vamos a parar mientras tengamos vida de defender nuestros derechos y nuestro proyecto de tener un Kvme Felel (Buen vivir)”.
Más allá de las resistencias
“La deuda con el FMI está siendo aprovechada para lanzar una ofensiva extractivista con foco en Vaca Muerta pero que va más allá con el avance en el offshore, la minería, el hidrógeno, el litio en el norte, el trigo transgénico, las quemas y el sistema agroexportador”. Así lo explicó Esteban Martiné, concejal de la ciudad de Neuquén por el PTS-FITU, y uno de los analistas energéticos de La Izquierda Diario.
“No hay grietas en el mandato de que hay que exportar más para conseguir dólares que paguen la deuda externa”, sostuvo. “Ese mandato, además, de justificar la destrucción del ambiente, se basa en presupuestos erróneos: la escasez de dólares no está dada por déficit comercial, sino por la sangría de la deuda externa, por el giro de utilidades y por la fuga de capitales”, explicó. Y cuestionó la paradójica política oficial que para conseguir mayor cantidad de dólares habilita cada vez más posibilidades para que las empresas se lleven esas divisas al exterior.
Martiné resaltó los ejemplos de resistencia al avance extractivo que, tanto en Mendoza como en Chubut, lograron dar vuelta leyes aprobadas por las legislaturas. Además, destacó las luchas mapuche y subrayó la importancia de la articulación con trabajadoras del sistema de salud en los cortes que, el año pasado, frenaron la explotación de Vaca Muerta durante un mes. “Esa alianza entre quienes trabajan en salud y las comunidades le pudieron poner un límite a la multiplicación de las fracturas”, destacó.
Al cierre de su exposición el concejal esbozó algunos lineamientos para avanzar en la transición energética. “Nosotros queremos debatir la estatización del sistema energético bajo gestión de los trabajadores, de las comunidades en los territorios, de los profesionales y de las universidades”, sostuvo. “La transición no va a ser posible si la gestión corporativa está gestionada por empresas privadas que tienen como único objetivo el lucro”, subrayó. Hacia el final, Martiné alentó a que en cada región se pueda deliberar cuál es la conveniencia para desarrollar una determinada fuente de energía.