En una jornada de movilizaciones masivas y simultáneas, se multiplicaron las voces para el grito colectivo: no a las petroleras en el mar.
Por OPSur .- Fueron miles las personas que salieron a las calles a lo largo de la Costa Atlántica argentina este 4 de enero. La lista es larga, las acciones fueron diversas. Marchas, volanteadas, programas de radio, murales, festivales artísticos, charlas virtuales, abrazos al mar y todo tipo de intervenciones en redes sociales. En la provincia de Buenos Aires hubo movilizaciones en Mar del Plata, Necochea, Bahía Blanca, Santa Teresita, San Bernardo, Villa Gesell, Mar del Sud, Miramar, Valeria del Mar y Santa Clara; mientras que en CABA hubo una concentración frente a las puertas del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable (MAyDS). En Río Negro y en Chubut la convocatoria por la defensa de los territorios se replicó en localidades como Las Grutas, Gral. Conesa, El Cóndor, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia. Y en puntos tan distantes entre sí, como Ushuaia y Rosario, se movilizó y se informó sobre los proyectos petroleros, sus impactos y las alternativas.
Con la efervescencia de las actividades que sucedieron mes a mes, durante el último año, el proceso judicial fue también un importante protagonista. En la actualidad el inicio de exploración sísmica en los bloques 100, 108 y 114 de la Cuenca Argentina Norte (CAN) está frenado por dos recursos extraordinarios federales. Los presentaron las organizaciones Naturaleza de Derechos y la Asociación Argentina de Abogados/as Ambientalistas, y deberán resolverse en instancias superiores. Sin embargo, casi en paralelo, a inicios de diciembre, el MAyDS sí autorizó a YPF, Equinor y Shell la perforación del Pozo Argerich-1 en aguas ultraprofundas del bloque CAN 100. Es decir que no se puede realizar exploración sísmica en él, pero sí perforar un pozo exploratorio. Esta autorización se suma a la audiencia pública virtual convocada por el mismo Ministerio e YPF con vistas a autorizar actividades de exploración sísmica en otro bloque de la misma cuenca, el CAN 102. fronterizo con Uruguay.
En este panorama de avanzada de proyectos y de fuerte consenso político a favor de los hidrocarburos, el posicionamiento de organizaciones de las comunidades costeras, y la confluencia con amplios sectores del rico movimiento socioambiental en Argentina y otros países, robusteció un debate con varias aristas y permitió avanzar en la unión en la defensa de los territorios.
Al cumplirse el primer aniversario del Atlanticazo, consultada por el OPSur, Fernanda Génova, de la Asamblea por un Mar Libre de petroleras, destacó este año transcurrido como un proceso de construcción colectiva amplio, que no está centrado en Mar del Plata, sino que implica a otras ciudades costeras y del interior. Resaltó que esto permitió tejer una red de comunidades que sostienen la decisión de seguir resistiendo en la calle y con acciones judiciales, en unidad con todos los territorios que resisten a la voracidad extractivista.
Montserrat Gayone, de la Coordinadora Socioambiental de Bahía Blanca y de la CTA, subrayó la importancia del primer año del Atlanticazo. “Para nosotros fue un ejemplo, y nos sacudió y nos hizo reflexionar y reconocer que tenemos mar. Que Bahía Blanca, Ingeniero White, la localidad de Cerri, somos comunidades costeras que hemos disfrutado del mar, tanto para recrearnos como para la pesca, durante décadas. A partir de 1970 empezamos a perder espacios y en los ‘90 directamente fuimos excluidos del puerto y de la costa. Fuimos desposeídos de nuestro mar (por el emplazamiento de uno de los polos petroquímicos más grandes del país)”. En diálogo con OPSur subrayó que Bahía Blanca es un ejemplo de lo que hacen las compañías nacionales y transnacionales cuando empiezan a apoderarse de los bienes y servicios de una comunidad.
Sin pozos perforados, sin exploraciones sísmicas iniciadas y con una convocatoria en el centro de la ciudad de Necochea, es como resume este año transcurrido Juliana Orihuela, una de las referentas de la Asamblea por un Mar Libre de petroleras de Necochea-Quequén, a la hora de pensar el Atlanticazo. Un año ganado y un año que recién empieza, dice, pues las licitaciones de bloques de la Cuenca Argentina Norte, en aguas profundas y ultraprofundas del Atlántico, abarcan miles de kilómetros cuadrados y fueron concedidas por varios años.
Este escenario de profundización del modelo fosil tuvo un capítulo especial en la región costera de Río Negro, en el Golfo San Matías, que fue habilitado para actividades hidrocarburíferas por las autoridades provinciales al modificar de la ley provincial 3308. Según Fabricio Di Giacomo, de la Multisectorial de Defensa del Golfo San Matías, durante todo el año, pero principalmente desde agosto de 2022, la convocatoria al Atlanticazo fue una herramienta fundamental para informar, visibilizar y aunar esfuerzos en una lucha conjunta que atraviesa la gran diversidad de las costas argentinas amenazadas por el avance petrolero y por otros proyectos extractivos de gran impacto territorial.
El protagonismo del movimiento socioambiental en el Atlanticazo de enero de 2022 fue otra expresión de su crecimiento, como también lo fueron otros hechos políticos de trascendencia nacional y regional como el Mendozazo (2019) y el Chubutazo (2021), de los que fue artífice. A un año de aquel 4 de enero, el movimiento socioambiental mantiene la fuerza para seguir poniendo en discusión decisiones políticas que, lejos de allanar el camino hacia la transición energética justa y popular, promueven la dependencia de los combustibles fósiles, cargan sobre las comunidades costeras los riesgos ambientales de proyectos de energías extremas y las exponen a transformaciones socioeconómicas y territoriales que no siempre han sido virtuosas, impactos que pueden verse en Comodoro Rivadavia, la Capital Nacional del Petróleo, o Añelo, la capital nacional del fracking.