Por Félix Herrero*.- Las políticas basadas en el principio de que las rentas importantes, petrolera, minera, financiera y sojera, pueden ser remesadas libremente al extranjero, hacen crisis cuando el viento de cola de la demanda externa amaina y no se logra la inversión hacia adentro de esas grandes rentas. La ecuación se agrava en escenarios en los que la propiedad dejó de ser nacional y la renta privatizada se extranjerizó. Este fenómeno de provincialización del dominio, pero no de la renta, es el que explica que ocho de las diez provincias con petróleo no hayan tenido en 2009 superávit fiscal.
El fenómeno tiene dos facetas. La primera, los beneficios para los pocos que gestionan concesiones y sus prórrogas. La segunda, el beneficio del oligopsonio petrolero, que logra que las multinacionales no sean controladas en su operación y en el destino de los beneficios, aunque todos sepan que se trata de rentas extraordinarias. Estas firmas lograron que el petróleo deje de ser considerado estratégico para ser un bien de simple comercio. Estados Unidos distingue, según sus propias necesidades planetarias, a los bienes necesarios para toda su actividad nacional en estratégicos, bélicos, y esenciales o necesarios para toda su economía. Entre los primeros se clasifica al petróleo crudo y el gas natural.
Para ubicarse en la realidad argentina y mundial, resulta de interés comparar el PIB argentino, así como los de las provincias con petróleo, con las utilidades anuales de, por ejemplo, la ExxonMobil o de la primera petrolera china, para comprobar las diferencias entre un Goliat gigante frente a los David que no aciertan con sus hondazos. Con razón los países terminaron por nacionalizar su petróleo. Según publicó el Financial Times de Londres, el 85% del petróleo mundial pertenece a estados nacionales o a petroleras estatales, o 92% según el Journal de petróleo y gas de los Estados Unidos. Con respecto al dominio, solamente dos países, Canadá y Argentina, tienen la figura de propiedad provincial.
El viejo método de conocimiento que dice que “por los frutos los conoceréis”, o la economía de los resultados de la escuela de negocios de Harvard, muestra que en Argentina hay provincias petroleras con déficit fiscal. El emirato de Dubai, el que no tiene petróleo ni gas, fue el que quebró y Abu Dhabi, el emirato más petrolero es el que evitó su colapso financiero.
Dominio sin renta
En el derecho privado existen separados la propiedad y su usufructo. Cuando esta propiedad no recibe el beneficio, se dice que es nuda propiedad, es decir una propiedad desnuda, vacía de usufructo. En términos del petróleo, se trata de dominio público y su renta pública, pero si se manifiesta la separación de dominio y renta, en casi todas las situaciones se exhibe la presencia del sistema concesional antiguo, no vigente en el mundo.
El dominio público (public domaine) es un derecho real de las propiedades públicas naturales y de las propiedades de la comunidad (regantes, derechos de autor vencidos, etc.). Una definición apropiada de dominio público es la que dice que la propiedad pública es aquella cuyo dominio pertenece a la Nación (o a las provincias, las municipalidades, según la organización institucional). Es decir, aquellos bienes que estando situados dentro del territorio nacional, pertenecen a todos sus habitantes.
Para remediar la ausencia de renta petrogasífera provincial se prorrogan concesiones no concluidas para tapar agujeros fiscales de hoy que significan hambre para mañana: Santa Cruz acaba de prorrogar 10 años a las concesiones petrogasíferas recibiendo el valor de dos años y medio de su déficit fiscal actual (más 3 puntos porcentuales a la clásica regalía de doce por ciento del valor en boca de pozo). Es como perder el futuro por los trastornos presentes.
(*) Abogado y economista especializado en energía.
La Mañana Neuquén