Por Dan Molinski y John Lyons.- China ha prometido prestarle US$20.000 millones a Venezuela, dijo el fin de semana su presidente Hugo Chávez. Esto pone de relieve la ambición con la que el gigante asiático está tratando de estrechar sus lazos con países productores de petróleo en el mundo en desarrollo.
El préstamo, descrito por Chávez como el mayor que China le ha concedido hasta ahora a un país extranjero, subraya la mayor importancia del petróleo en el cóctel energético de China, y lo lejos que está dispuesto a ir para asegurar su suministro. En su día, China era un exporta¬dor de petróleo. Ahora es el tercer mayor importador del mundo.
El presidente venezolano, un abierto opositor a Estados Unidos en América Latina, lleva años quejándose de que EE.UU. sigue siendo el mayor comprador de su crudo. Este préstamo representa un impulso a sus esfuerzos de diversificar las ventas del quinto mayor exportador de petróleo del mundo más allá de las refinerías estadounidenses.
Este crédito llega en un momento clave para Chávez, cuya popularidad está bajo presión en medio de un deterioro de la infraestructura del país, que ha llevado a numerosos apagones energéticos y otros problemas. El presidente dijo que el dinero será utilizado para construir nuevas plantas eléctricas, autopistas y proyectos similares. El crédito será pagado con petróleo venezolano.
Ambos países también formarían una empresa conjunta para desarrollar un yacimiento petrolero en la región oriental del Orinoco.
China está estrechando sus relaciones con países productores de materias primas en todo el mundo, con el objetivo de alimentar su rápido crecimiento. Pero su sed insaciable de petróleo es su mayor prioridad. Pese a que China opera mayormente a partir de carbón, la demanda de petróleo ha aumentado en los últimos años. El suministro de crudo es ahora una prioridad, según la Agencia de Información so¬bre la Energía de EE.UU. (EIA por sus siglas en inglés).
“A China ya no le preocu¬pa tanto si irrita a EE.UU.”, dice Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue, un centro de estudios con sede en Washington. “Creo que seguirán siendo muy agresivos a la hora de invertir en lugares como Venezuela”.
Los grandes bancos estatales de China son un arma importante. Al conceder generosos préstamos, China puede seducir a los proveedores de petróleo a que firmen acuerdos de entregas a largo plazo a precios previamente negociados y a que se abran a las empresas chinas. En los últimos años, ha firmado acuerdos por miles de millones de dólares con países como Rusia y Kazajstán. El año pasado, China anunció un acuerdo de petróleo a cambio de crédito de US$10.000 millones con Brasil, en parte para ayudar a explorar los gigantescos hallazgos de crudo en alta mar que fueron descubiertos el año pasado y que podrían convertir a Brasil en un protagonista de peso del sector petrolero mundial.
La destreza con la que el gobierno comunista logre comunicarse y negociar los términos de estos préstamos con mandatarios extranjeros en capitales como Caracas y Brasília podría reducir el papel de las grandes petroleras en un momento en que gran parte de las reservas mundiales de crudo están en manos de empresas estatales como la venezolana PDVSA o la brasileña Petrobras.
Si se tiene en cuenta el crudo pesado, Venezuela cuenta con las segundas mayores reservas de petróleo del mundo después de Arabia Saudita. Sin embargo, el país no es un territorio que se han disputado las petroleras recientemente. Exxon se retiró del país después de que el gobierno de Chávez cambiara los términos de acuerdos petroleros existentes. Royal Dutch Shell y BP declinaron participar en una reciente ronda de licitaciones de Venezuela para ofrecer contratos de desarrollo de sus sus reservas.
Las importaciones de China de naciones latinoamericanas como Venezuela y Brasil siguen siendo pequeñas frente a sus importaciones totales. La distancia geográfica encarece unos acuerdos que no obstante ofrecen otros beneficios: China a menudo busca vincular los préstamos a contratos con sus compañías de servicios petroleros, un sector que el país asiático está tratando de desarrollar.
A la postre, los consumidores estadounidenses se pueden beneficiar, afirman expertos. Ya que la mayoría del crudo mundial se vende en el mercado spot (de entrega inmediata) internacional al mayor postor, la disposición china a extender créditos a los productores petroleros debería aumentar la oferta y evitar que sigan subiendo los precios.
Boris Segura, economista para América Latina de RBS Securities, dijo que los términos eran básicamente una promesa para comprar crudo a una fecha futura. Segura indicó que ni Venezuela ni China ofrecieron detalles sobre cómo se repagarían los fondos ni otras condiciones, excepto para decir que Venezuela ofrecería petróleo.
Chávez ya ha recibido, y gastado, unos US$8.000 millones de China en los últimos años, que el país sudamericano ha estado pagando con crudo. Chávez indicó el mes pasado que quería incrementar el programa de créditos por petróleo.
Venezuela necesita los fondos chinos para reactivar su debilitada economía, que el año pasado se contrajo 3,3% debido en parte a la caída de los precios del crudo.
Los problemas de Chávez están aumentando en anticipación a las importantes elecciones legislativas de septiembre. Los analistas dicen que Chávez necesita el dinero chino para engrasar la maquinaria electoral después de que en los últimos meses la elevada inflación, la recesión económica, los apagones eléctricos, la escasez de agua y el aumento de los índices de criminalidad han reducido el apoyo popular.
-José de Córdoba en la Ciudad de México contribuyó a este artículo
La Nación