Repsol YPF acaba de triplicar las reservas probadas en los dos campos de la costa tarraconense que explota. Ecologistas en Acción considera que es una buena ocasión para que España se sume a la senda iniciada por Ecuador y declare que va a dejar bajo tierra ese crudo.
Lo que ha encontrado Repsol YPF asciende a sólo 6’8 millones de barriles, simplemente el 0’32% de las reservas de la petrolera. Además es un crudo de difícil acceso, a 45 kilómetros de Tarragona y a unos 2.400 metros de profundidad. La dificultad del acceso es una de las razones que explican que, ya sólo en las labores de prospección, se hayan producido dos vertidos (uno en mayo y otro en junio), por los cuales Repsol está acusada de “graves negligencias” en el diseño de la instalación por la Fiscalía. Además la compañía ni siquiera informó de las fugas.
Hay que añadir que uno de los dos pozos está participado también por Gas Natural y Cepsa al 25%, por lo tanto en este campo están implicadas todas las transnacionales españolas del sector de hidrocarburos.
Los dos pozos forman parte de los 33 bloques en los que Repsol tiene derechos mineros en el Estado español. Repsol YPF tiene otros proyectos en desarrollo en el Cantábrico (cuatro bloques de exploración denominados Ballena y el 69% del bloque llamado Fulmar) y produce gas en el campo Poseidón en la bahía de Cádiz. En el punto de mira, además, están los posibles hallazgos en aguas cercanas a las islas Canarias, paralizados desde hace años por la actividad de los movimientos sociales.
Por otro lado el Gobierno ecuatoriano, una verdadera potencia petrolera, tiene en marcha el proyecto ITT. Este campo se sitúa en la Reserva de la Biosfera Yasuní (donde Repsol tiene varios pozos abiertos), una de las áreas con mayor biodiversidad a nivel mundial. Contiene unas reservas de 850 millones de barriles de petróleo. El proyecto ITT consiste en dejar sin explotar el campo a cambio de que los estados de los países sobredesarrollados (o mejor aun, las petroleras) ingresen la mitad de las divisas que se conseguirían con la venta del crudo.
Ante todo ello, Ecologistas en Acción considera que el Gobierno central y Repsol tienen una oportunidad de oro para poner en práctica los discursos de sostenibilidad que pregonan. Ambos pueden declarar que ese crudo no se extraerá jamás, sumándose así a la iniciativa del Gobierno ecuatoriano. Desde luego, si el empobrecido país americano puede mantener bajo tierra 850 millones de barriles, la octava potencia mundial y una de las 10 primeras petroleras privadas del planeta bien pueden hacerlo con 6’8 millones.
La propuesta de Ecologistas en Acción sólo supone un pequeño gesto, pero puede empujar hacia el inicio de un mundo post-petrolero en el que progresivamente más reservas se vayan dejando intactas.
Ecologistas en Acción