El programa de uso racional de energía sólo utilizó el 15% del presupuesto
Mientras las garrafas sociales desaparecen en los barrios más humildes y las industrias son obligadas a frenar su producción por falta de gas, el programa del uso racional de energía del Ministerio de Planificación parece dormir su sueño invernal.
Pero prioridades son prioridades. El ministro ya ordenó pagos de transferencias por $ 1681 millones para el transporte aerocomercial, de $ 2435 millones para el automotor y de $ 1512 millones para el ferroviario. En esa caja, la de los subsidios, la ejecución está al día.
En lo que va del año, y con un presupuesto total de $ 112 millones, la cartera de Planificación Federal sólo ejecutó $ 17 millones para hacer más eficientes los hogares e industrias. En otras palabras, a casi siete meses del comienzo de 2010, se usó sólo el 15% de los fondos aprobados por el Congreso para paliar la crisis energética.
La situación se repite en otras áreas estratégicas del Ministerio de Planificación Federal, como los programas destinados a potabilizar el agua, construir escuelas, prevenir inundaciones o desarrollar vías productivas y fuentes de energía en las provincias.
El Programa de Desarrollo Energético Provincial, por ejemplo, sólo ejecutó el 38% de los $ 782 millones que le asigna el presupuesto. Consuelo kirchnerista: Santa Cruz fue el distrito que más fondos utilizó del programa ($ 27,9 millones), casi el doble que la provincia de Buenos Aires y miles de veces más que la Capital, donde se gastaron 251.000 pesos.
Entre enero y julio, De Vido utilizó tan sólo $ 549.000 del programa de Desarrollo de Infraestructura Vial Productiva, aunque los legisladores le asignaron $ 96 millones para agilizar la producción. Le quedan cinco meses para usar ese dinero, que bien podría ser reasignado para otros fines con la sola firma del jefe de Gabinete.
En el caso de vías navegables y la formulación de políticas portuarias, en lo que va del año sólo se ejecutó el 34% de los $ 268 millones presupuestados. La principal beneficiaria de los $ 92 millones gastados fue, nuevamente, Santa Cruz, que recibió $ 33 millones, seguida en segundo lugar por la Capital Federal, con $ 29 millones.
Las aulas del programa Más Escuelas, Mejor Educación tuvieron más y mejor suerte, pero no tanta. El ministerio lleva gastados $ 278 millones sobre los $ 711 millones presupuestados, menos del 40 por ciento.
Peor es la subejecución para obras de agua potable y alcantarillado, esenciales para elevar los índices sanitarios de la población. El Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento podría haber usado en estos meses $ 1141 millones asignados en el presupuesto, pero hasta hoy dedicó $ 361 millones, el 31%.
No ha utilizado hasta ahora ningún peso de los asignados al Programa Atención del Estado de Emergencia por Inundaciones. Cuenta con fondos asignados por $ 781.000.
La Nación