El aumento de la producción y el manejo político de precios de los combustibles, entre otros factores, le permitieron transformarse en el nuevo líder.
Si el torbellino de la crisis económica mundial de fines de 2008 y principios de 2009 llegó a Brasil como una pequeña ola, como acostumbra decir el presidente Lula da Silva, para la principal empresa brasileña se aplicó una máxima de la sabiduría china: una crisis es lo mismo que una oportunidad. Usando las mejores estrategias para mantener el equilibrio financiero, la estatal petrolera Petrobras conquistó el primer lugar en el Ranking de Las 500 Mayores Empresas de América Latina de AméricaEconomía, superando en sus ventas de 2009 a gigantes que por años habían estado adelante, como la mexicana Pemex y la venezolana Pdvsa.
Y todo indica que Petrobras no dejará de crecer. En los 20 segundos que toma leer el párrafo anterior, la petrolera brasileña habrá invertido unos US$ 28.400. El nuevo plan de inversiones lanzado en junio, que cubre el período de 2010 a 2014, será de US$ 224.000 millones, o US$ 44.800 millones al año. Eso significa que Petrobras invertirá en promedio US$ 122,7 millones al día en los próximos cuatro años. Ninguna empresa de la industria petrolera en el mundo tiene este ritmo de inversiones.
Para financiar esta expansión, Petrobras planea realizar en septiembre una me gaoferta de acciones, la que, según cálculos de mercado, podría llegar a un valor de entre US$ 50.000 millones y US$ 80.000 millones. Eso convertiría a esta emisión de acciones en una de las mayores transacciones en la historia.
Según los analistas financieros consultados, el secreto del desempeño de Petrobras durante la crisis estuvo en una mezcla que reunió el aumento de la producción, los precios de sus principales combustibles (gasolina y diésel) y un mercado interno relativamente estable.
Así, Petrobras logró registrar ventas de casi US$ 105.000 millones en 2009. Eso fue un crecimiento de 14%, a pesar de las fuertes oscilaciones que sufrió el precio del petróleo durante el año. En julio de 2008, el precio de barril de crudo llegó casi a US$ 150, su máximo nivel en la historia, pero sólo seis meses después se había desplomado a US$ 40 por barril.
FÓRMULA NO EXENTA DE CRÍTICAS
La forma en que Petrobras manejó sus ingresos en momentos de contracción y poco crédito marcó la diferencia con sus competidores mundiales.
En 2009, las grandes compañías petroleras privadas como Exxon, Chevron y Shell sufrieron fuertes caídas, viendo sus ganancias caer a la mitad de las de 2008. Las petroleras de tamaño medio, como BP, también sufrieron un bajón, aunque fue menor. La empresa brasileña, en cambio, creció.
“Petrobras tiene una posición única. Cuando el precio del petróleo baja mucho, gana dinero vendiendo gasolina”, dice Pires Adriano, director del Centro Brasileño de Infraestructura (CBIE), que es un fuerte crítico de la estrategia de la compañía estatal de mantener inalterables los precios internos.
Las críticas apuntan principalmente a que Petrobras no ha traspasado a los consumidores brasileños la reducción de los precios que han experimentado el diésel y la gasolina en los mercados internacionales. Y, de la misma manera, la petrolera no saca todas las ganancias que pudiera tener cuando el valor del crudo está alto. “De esta manera, Petrobras actúa como un brazo del gobierno federal, porque hace políticas para combatir la inflación por medio de una empresa que tiene capitales abiertos”, afirma Adriano.
Sin embargo, la empresa no ve nada de malo en ello. Los ejecutivos de Petrobras admiten que sí están bajo la influencia de intereses gubernamentales, pero que ello es normal considerando que el Estado es el accionista mayoritario de la empresa. Los dirigentes argumentan, además, que tampoco han dejado de atender los intereses de sus accionistas privados, ya que la compañía es muy rentable y logra con su política de precios crear una suerte de colchón que viene en rescate de las arcas en tiempos de vacas flacas.
Fue eso lo que sucedió durante la crisis. Por un lado, Petrobras mantuvo los reajustes mensuales para productos derivados como el combustible para la aviación, la nafta y el aceite combustible. Por otro lado, congeló los precios del diésel y la gasolina en una banda en torno a los US$ 70 el barril. “Innegablemente, la política de precios es lo que más llama la atención del ejercicio que tuvo la compañía en 2009”, dice Gustavo Gatass, analista financiero del banco de inversiones UBS Pactual.
MAYOR PRODUCCIÓN
Otro rasgo que caracterizó el desempeño de Petrobras fue que aumentó su producción en Brasil. La producción diaria creció 5% el año pasado, llegando a un promedio de 2,5 millones de barriles al día.
“El ritmo de crecimiento de la producción de Petrobras fue el mayor entre todas las petroleras del mundo y crecerá aún más con el presal (nombre que tienen los enormes yacimientos descubiertos en las costas de Rio de Janeiro)”, dice Helder Pinto, miembro del Instituto de Economía de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ). “Esto traerá ganancias directas para Petrobras y también la necesidad de contar con más recursos para invertir en el desarrollo de estas reservas”.
El nuevo plan de la empresa prevé acelerar aún más el ritmo, con un crecimiento promedio de 9,4% al año hasta 2014. El foco estará principalmente en la franja de pre-sal Bacia de Santos la que paulatinamente entrará en operaciones durante los próximos cinco años. Se espera que en 2014 ya produzca unos 214.000 barriles diarios, un volumen que saltaría a 1,08 millón de barriles diarios hacia 2020.
EL DESAFÍO DEL ÉXITO
El pre-sal es un capítulo aparte en la historia de éxito de Petrobras. Esas reservas petroleras explican gran parte del valor que la empresa ha ganado y que le ha servido para marcar la distancia con sus competidores.
En 2009, el valor de mercado de Petrobras llegó a US$ 193.000 millones, pero este año deberá aumentar exponencialmente con el proceso de capitalización planeado para septiembre. Desde el descubrimiento de las megareservas en el área de pre-sal a fines de 2006, Petrobras pasó de ser una petrolera mediana a una de las mayores promesas de producción y exportación de crudo en el mundo. Sólo la reserva de Tupia, en Bacia de Santos, contiene unos 5.000 a 8.000 millones de barriles de petróleo y es considerada uno de los mayores descubrimientos de los últimos 30 años.
Y parece que Tupi es la punta del iceberg escondido debajo de una espesa capa de sal localizada a unos 300 kilómetros de la costa y a más de 3.000 metros de profundidad. Los descubrimientos pueden catapultar a Brasil a las grandes ligas de países productores.
RECAUDOS
Actualmente es el 17º productor más grande del mundo y, según estimaciones de analistas, con estas reservas podría saltar a los primeros cinco puestos. Ante tal perspectiva, Brasil decidió cambiar su legislación respecto de las exploraciones petroleras en nuevas áreas. En vez de usar el sistema de concesiones, el gobierno quiere que Petrobras sea el principal operador en estos yacimientos nuevos, mientras que las empresas privadas se encargarían de la exploración.
En otras palabras, el gobierno continuará siendo el propietario de las reservas y será el que, en última instancia, definirá qué hacer con ellas y a qué ritmo las quiere desarrollar.
El proyecto, que aún se está discutiendo en el Senado, es visto por algunos como una amenaza para el futuro de Petrobras, ya que los analistas y expertos del sector temen que la compañía no tenga las espaldas suficientes para llevar a cabo las inversiones que se requieren.
Sólo considerando las áreas que ya tiene bajo su alero, Petrobras necesita inversiones de exploración y producción que ascienden a casi US$ 119.000 millones entre 2010 y 2014. Para los yacimientos de pre-sal se calculan otros US$ 33.000 millones en los próximos cinco años. Para reforzar su actual estructura, la empresa ya ha elevado en más de 70% sus inversiones en refinamiento y abastecimiento y 51% en gas y energía.
La empresa no ha hablado mucho acerca de su estrategia internacional, ya que la comisión de valores brasileña impone un período de silencio antes de la emisión de títulos. Pero se sabe que Petrobras no sólo apuesta a la enorme demanda china por petróleo para vender su creciente producción de crudo.
“Tenemos claro que los países en desarrollo impulsarán la demanda en los próximos años, pero también sabemos de la tendencia de que Europa sigue siendo una región deficitaria en diésel”, afirmó José Sergio Gabrielli, presidente de Petrobras, al difundir el nuevo plan de inversiones de la empresa.
Sea como fuere, Petrobras se encuentra en una situación que es la envidia de muchos de sus rivales: cuenta con reservas de crudo gigantescas, un mercado interno que no para de crecer, mercados asiáticos con un apetito voraz por petróleo, y países industrializados que, tarde o temprano, retomarán su crecimiento y, por lo tanto, demandarán más crudo.
Con este escenario, no es improbable pensar que Petrobras no sólo llegó al primer lugar de las empresas más grandes de América Latina de manera temporal, sino que liderará la lista por un buen tiempo.
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