La UIA destacó que la capacidad de generación del sistema eléctrico nacional se incrementó un 15 por ciento desde enero de 2008, a partir del impulso del Gobierno a la construcción y ampliación de centrales. Sin embargo, también advirtió que el acceso efectivo a la energía se encuentra condicionado por la oferta de combustible y por el sistema de transporte, por lo que a pesar de las mejoras subsisten algunos problemas, sobre todo en aquellos sectores que utilizan al gas natural como insumo esencial
De todas formas, el invierno no parece haber afectado en términos globales a la industria, que viene registrando tasas chinas de crecimiento. Entre los especialistas resaltan la necesidad de un programa más consistente de uso racional de la energía, tanto a nivel residencial como fabril.
Según el informe del departamento de Infraestructura de la UIA, desde principios de 2008 se incorporaron 3607 megawatts al parque de generación eléctrica. “Tenemos potencia. El Gobierno ha hecho un plan que incorporó capacidad de generación”, resaltó a Página/12 Alberto Calsiano, autor del documento. El especialista destacó el trabajo en la represa Yacyretá, donde se aumentó la altura máxima para contención de agua. Ello requirió invertir en infraestructura para evitar las usuales inundaciones en las ciudades paraguayas próximas a la frontera. Con cada metro que se eleva la altura del agua, se incorporan 200 megawatts de energía. También resaltó las obras en las centrales termoeléctricas de San Martín y Belgrano.
“La ampliación del parque de generación permitió ir resolviendo parcialmente problemas de suministro en varias provincias, como Catamarca, Chaco, La Rioja, Formosa, Corrientes, Entre Ríos, La Pampa, Buenos Aires, entre otras”, indica el documento. Sin embargo, advierte que “prácticamente la totalidad de la oferta agregada es de origen térmico y utiliza gas natural o el combustible líquido alternativo (gasoil)”. Este factor es relevante porque la demanda de gas en épocas invernales suele exceder a la oferta, con lo que es necesario recurrir a la importación, fundamentalmente desde Bolivia. “Representa un especial problema para la industria petroquímica y la del acero, que utilizan gas directamente como insumo”, explicó Calsiano.
Página/12