Los precios de las acciones y de las materias primas cayeron ayer casi en todo el mundo ante los rumores de que China pondría freno a su crecimiento económico, una medida que provocaría una disminución de la demanda global de cereales, petróleo y metales.
Las secuelas de la marea amarilla llegaron a la Argentina casi al mismo tiempo que el ministro chino de Agricultura, Han Changfu, aterrizaba en la región: la soja se derrumbó 90 pesos hasta los 1.270 pesos, la Bolsa porteña 3,74% y los bonos en promedio perdieron en promedio un 0,6%.
En un escenario global en el que los gobiernos —como quedó demostrado en esta semana en la cumbre del G-20— buscan evitar guerras de monedas, comerciales y de exportación de desempleo, la incertidumbre también provino de Irlanda en torno a su capacidad de pago de sus deudas soberanas.
Con todo, la Bolsa china tuvo la mayor caída en 14 meses: 5,2%. El Dow Jones perdió 0,8%, el S&P500 cayó 1,2% y el Nasdaq 1,5%. En Europa, Londres cedió 0,5% y París 1,1%. En Asia, el índice Nikkei de Tokio bajó 1,38% y las acciones en la Bolsa de Hong Kong retrocedieron 1,93%.
Las acciones de materias primas fueron afectadas por la posibilidad de que el gigante asiático anuncie una suba de tasas de interés para contener la inflación. El índice de materias primas Reuters-Jefferies CRB cerró con una baja de más de un 3%, su mayor pérdida diaria en casi 19 meses, en medio de una amplia liquidación de futuros de productos básicos.
El gobierno chino busca contener la inflación, en particular en los alimentos, los cuales más que duplicaron el ritmo promedio de los precios en ese país: 4,4% en octubre. Se trató de la quinta alza mensual consecutiva de este rubro desde el pasado junio, así como la más pronunciada.
A la realidad interna se suman ahora las preocupaciones en torno a un plan de Estados Unidos para inyectar 600 mil millones de dólares a su economía mediante la compra de bonos del Tesoro, lo que se teme daría lugar a flujos masivos de capital especulativo hacia los países emergentes, China entre ellos, y a la vez agravaría el problema de la inflación.
En paralelo, el rumor de un alza de las tasas también puede leerse justamente como una señal en el cierre ayer de la cumbre del G-20 a los reclamos externos, sobre todo de Estados Unidos, para que revalue su moneda y ayude reducir los desequilibros comerciales.
El Banco Popular de China (Central) aplicó recientemente medidas con vista a frenar esa tendencia y absorber la liquidez en el mercado, incluido un incremento de 0,25% en sus tasas de referencia de préstamo y depósito a un año.
De esta manera, la Bolsa porteña y los títulos públicos argentinos se vieron arrastrados por el ánimo global y, en menor medida, a lo que surga de las negociaciones en torno al presupuesto y a una toma de ganancias tras las fuertes utilidades de los últimos meses.
Los títulos Par en dólares perdieron el 1,4% y los Discount en igual moneda retrocedieron un 2,4%. “Los bonos a largo plazo son los más ofrecidos. Ahora el gran vendedor es el Ansés y por eso los compradores se toman todo el tiempo antes de realizar una operación”, dijo Rubén Pascuali, operador de Mayoral Bursátil.
Los bonos argentinos acumulan un alza en torno al 25% desde mitad de año, período en el cual la Bolsa trepó casi un 50%.
La Capital