La irrupción del gas no convencional

En este Informe Especial, Tecnoil presenta un exhaustivo análisis del panorama mundial del gas no convencional, de “puño y letra” de un destacado especialista del sector: Roberto Brandt.
Este sólido trabajo, sustentado en cifras y datos actualizados, abarca, por un lado, la descripción de los recursos globales de gas y su distribución geográfica, y en segundo lugar, la situación específica del gas no convencional, que incluye el gas de esquistos -shale gas-, el metano de lechos de carbón -coal-bed methane- y el gas de arenas compactas de baja porosidad (tight-sand). Estos recursos son cinco veces más abundantes que el gas convencional, pero más costosos y con mayores dificultades de exploración y explotación.
Brandt ofrece indicadores que ayudan a comprender esta “revolución silenciosa” -con epicentro en Norteamérica- y el impacto que viene generando en los flujos comerciales y precios del mercado del gas en los últimos años. El ritmo de expansión de estos desarrollos dependerá, entre otras variables, de la evolución de los costos y las posibilidades de optimizar las técnicas de producción, con miras a evitar una declinación demasiado acelerada de los yacimientos.

Panorama internacional del gas no convencional


En los últimos años, la exploración, producción y compra/venta de yacimientos con recursos de gas no convencional ha adquirido un creciente dinamismo, y ha comenzado a impactar sobre los flujos comerciales y precios del gas en el mercado internacional en general, y en América del Norte en particular.
La Argentina no ha permanecido ajena a esta tendencia, y muestra un interesante desarrollo en actividades vinculadas al gas no convencional, especialmente en formaciones de arenas compactas (tight-sand gas) y gas de esquistos (shale gas), y con perspectivas iniciales promisorias en la Cuenca Neuquina.
El presente artículo intenta describir la situación internacional del gas no convencional, a partir de indicadores que contribuyan a evaluar la significación de esta “revolución silenciosa” y si sus efectos podrían ser duraderos.
Por Roberto Brandt
Disponibilidad y abastecimiento mundial de gas natural
El gas natural es un recurso energético abundante a nivel mundial.
Los Gráficos 1 y 2 muestran que, a fines de 2009, el nivel de reservas comprobadas de gas natural asociado a la utilización de tecnologías “convencionales” equivalía a 63 años de producción. Adicionalmente, la introducción de diversas tecnologías “no convencionales” permitirá incrementar ese horizonte de reservas en forma significativa, como se comentará en la sección siguiente.
La distribución geográfica de dichas reservas y de la producción es, sin embargo, disímil. El 53% de las reservas mundiales de gas está concentrado en Rusia (23,7%), Irán (15,8%) y Qatar (13,5%), mientras que el 43,1% de la producción se origina en Estados Unidos (20,1%), Rusia (17,6%) y Canadá (5,4%).
La evolución reciente de las reservas y la producción también ha sido muy dispar. En materia de reservas, se observa una creciente tendencia a la diversificación -expresada en una mayor participación relativa de países como Australia, Brasil, China, Egipto, Estados Unidos, Kazajstan y Turkmenistan-, mientras que al nivel de la producción se registra un fuerte crecimiento de América del Norte, precisamente por la irrupción de la “revolución del gas no convencional”. En Estados Unidos, la producción de gas no convencional -que hace algunos años tenía escasa relevancia- superó los 300 bcm en 2009, representando el 50% de la oferta interna de gas natural. En Canadá, la extracción de gas no convencional se cuadruplicó en los últimos 20 años. Australia también ha mostrado una gran actividad, reflejada en fusiones y adquisiciones corporativas de importancia.
Cabe destacar que, en la mayoría de los casos, la declinación de la producción de yacimientos operados con métodos no convencionales ha sido mucho más acelerada que la que se observa en la extracción convencional, por lo que subsisten algunos interrogantes clave, cuya resolución (o no) será determinante para ir la contribución futura del gas no convencional.
Este desarrollo se ha dado en un contexto de creciente “desacople” de los precios del gas y del petróleo, como se puede observar en el Gráfico 3. En efecto, hasta el año 2005, los niveles de precios de ambos hidrocarburos eran relativamente similares, a equivalencia calórica, y presentaban una estricta correlación en su evolución. A partir del año 2006, si bien se ha mantenido una razonable correlación, se comenzó a profundizar la competencia entre distintas formas de gas, lo cual redundó en una mayor volatilidad de los precios. Precisamente, el gas no convencional -que se podía producir a precios de indiferencia (“break-even”) situados entre los 5 y 7 US$/MMBTU- impactó fuertemente sobre los flujos comerciales de gas natural licuado (GNL) en América del Norte, derivando en caídas de precios y reprogramación o demoras de diversos proyectos de construcción de terminales.

 Recursos de gas no convencional


La Society of Petroleum Engineers define los recursos no convencionales como “el gas presente en ciertas formaciones desde las cuales es dificultoso producirlo sin recurrir al uso de técnicas especiales de terminación o estimulación”.
El Gráfico 4 exhibe una clasificación de los principales recursos “convencionales” y no convencionales, según su potencial (mayor en la base del triángulo, y menor a medida que se asciende). Se puede apreciar que los recursos asociados a las tecnologías más desarrolladas en la actualidad – para la producción de gas de esquistos (shale gas), metano de lechos de carbón (coal-bed methane) y gas de arenas compactas de baja porosidad (tight-sand gas)- son bastante significativos (motivo por el cual aparecen del medio hacia la base del triángulo del gráfico). En el caso de los hidratos de gas (gas hydrates, en la base del triángulo) el potencial es muy vasto -en particular en el Mar Artico-, pero algunos aspectos tecnológicos aún se encuentran sujetos a estudio y validación.
Al abordar la cuestión de la disponibilidad de gas no convencional, conviene recordar que “recursos” y “reservas” son conceptos técnico-económicos, por lo que las estimaciones disponibles están estrechamente asociadas a la tecnología disponible y a los precios vigentes al momento de la “medición”. Como, en el caso del gas no convencional, se están aplicando tecnologías novedosas que aún están en desarrollo, las estimaciones disponibles sobre recursos son muy divergentes. Para el presente artículo, se utilizarán como referencia las estimaciones de dos autores japoneses (Kawata & Fujita) que han trabajado este tema durante muchos años, con la expresa salvedad de que la falta de consenso metodológico entre los especialistas obliga a tratarlas con cautela.
En línea con lo anterior, se propone limitar al análisis al orden de magnitud de las estimaciones de recursos de gas no convencional. El Gráfico 5 permite comparar los recursos no convencionales con las reservas comprobadas “convencionales” de gas disponibles a fin del año 2009. Se observa que los recursos de gas no convencional asociados a las tres tecnologías más desarrolladas (shale gas, coal-bed methane y tight-sand gas) tendrían un orden de magnitud 5 veces superior al de las reservas comprobadas “convencionales”. A su vez, las estimaciones preliminares de hidratos de gas son de un orden de magnitud 13 veces superior al de las reservas “convencionales”. Se puede concluir, entonces, que -si bien se requerirá de varios años hasta que se consoliden las tecnologías y, de resultas de ello, se disponga de estimaciones más confiables- el gas no convencional podría hacer una contribución relevante al desafío global de abastecer una demanda de energía siempre creciente. El grado de dicha contribución dependerá también, como se mencionara, de las posibilidades de optimizar las técnicas de producción, con miras a evitar una declinación demasiado acelerada de los yacimientos.
El Gráfico 6 exhibe la distribución regional de los recursos estimados de gas no convencional. La región de mayor importancia relativa es América del Norte, seguida por los países de la ex Unión Soviética y China. América Latina dispondría de un potencial significativo, parte del cual ya está siendo desarrollado en Argentina. Cabe destacar que Estados Unidos y Canadá han implementado políticas de Estado de incentivos fiscales y tributarios que explican, en parte, el fuerte crecimiento registrado por la producción de gas no convencional. Con relación a la escasa importancia relativa de estos recursos en Europa, podría ser atribuible a la alta densidad poblacional -y la consiguiente mayor exigencia en materia de permisos de paso y servidumbres-, que genera restricciones inevitables para tareas exploratorias o extractivas de cierta complejidad.
Por último, corresponde reiterar que la oferta adicional de gas no convencional ya ha tenido un fuerte impacto sobre el mercado de GNL, en particular en los Estados Unidos, donde se ha asistido a un proceso sostenido de sustitución de importaciones, que redundó en el desvío de cargamentos hacia Europa y en fuertes caídas y fluctuaciones de precios. En algunos casos, el GNL ha quedado restringido a un uso estacional (para “peak shaving”), lo cual hubiera sido impensable antes de la aparición de la “revolución del gas no convencional”.
Conclusiones
A modo de síntesis se puede concluir que:
a) Las reservas mundiales de gas convencional y no convencional son abundantes, y su evolución reciente está caracterizada por una creciente diversificación geográfica, por lo que la oferta no debería constituir una restricción en el corto y mediano plazo.
b) Los recursos de gas no convencional registran una expansión sostenida, cuyo ritmo futuro dependerá de la consolidación de las nuevas tecnologías y de la evolución de los costos. Uno de los mayores desafíos a resolver es el de la declinación más acelerada de los yacimientos explotados con técnicas no convencionales. En algunos casos puntuales -como el argentino- la exploración y producción de gas no convencional también deberá afrontar y superar potenciales restricciones logísticas (de disponibilidad de equipamiento, camiones, etc.).
c) El epicentro de la “revolución del gas no convencional” está en América del Norte. Estados Unidos ya abastece el 50% de sus requerimientos internos de gas natural con oferta asociada al uso de estas nuevas tecnologías, y Canadá ha cuadruplicado su producción de gas no convencional en 20 años.
d) El precio de indiferencia (“break-even”) para el gas no convencional se ha situado, en general, entre los 5 y 7 US$/MMBTU.
e) El desarrollo del gas no convencional ha tenido un fuerte impacto sobre los flujos mundiales del gas natural licuado, por lo cual no puede ser considerado un fenómeno regional (de América del Norte y Australia) o coyuntural.
Por el contrario, parece haber alcanzado la suficiente entidad como para ejercer una influencia duradera, si bien -como siempre- la tecnología y los precios tendrán la última palabra.
Roberto Brandt
El especialista Roberto Brandt es licenciado en Economía (Universidad de Buenos Aires) y Master en Economía de la Energía (Universidad de Grenoble). Actualmente se desempeña como consultor independiente en temas energéticos. Fue ejecutivo senior de BG Group, director general de Metrogas, asesor de la Secretaría de Energía y funcionario de YPF. El autor tiene una prolongada actuación en diversos organismos energéticos internacionales, incluyendo el Consejo Mundial de Energía (WEC), el Consejo Mundial de Petróleo (WPC), la Unión Internacional de Gas (IGU) y la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE).
Tecnoil