El ocaso de la industria del petróleo podría estar más cerca de lo que se esperaba. El Consejo de Investigación de la Energía del Reino Unido, en un estudio realizado a partir de 500 trabajos sobre la materia, afirma que existe “riesgo significativo” de que la producción de alcance su máximo en 2020, año en que iniciaría su declive.
Los autores de este trabajo advierten que la mayoría de gobiernos no están suficientemente concienciados de la magnitud del problema. La última estimación existente, realizada por la Agencia Internacional de la Energía (IEA), señalaba que la mayoría de expertos sitúa el tope de producción diez años después, en 2030.
Sin embargo, el informe del Consejo de Investigación británico califica esta previsión de “optimista en el mejor de los casos”. Además, advierte que dada la dificultad del proceso de búsqueda de alternativas energéticas, 2030 no está tan lejos.
El estudio también apunta la posibilidad de que más de dos tercios de la capacidad de producción tengan que ser reemplazados para ese mismo año, y afirma que los diez mayores campos petrolíferos del mundo ya han iniciado su declive en términos de producción.
Debate internacional
El tema está siendo objeto de un agitado debate. Por un lado aquellos que dicen que las reservas mundiales ya han alcanzado el cénit y que no estamos suficientemente preparados para la crisis que azotará las economías en los años venideros. Por otra, las compañías y analistas energéticos que niegan que las reservas se estén agotando.
Los autores del estudio sostienen que es difícil demostrar cuál es la postura correcta ya que en la actualidad no existe un método preciso para la medición de las reservas. Los problemas nacen de “definiciones inconsistentes, la inexistencia de datos fiables y la ausencia de terceras partes revisando cifras y la consiguiente inseguridad sobre dichos datos”. Esta confusión resultante crea un riesgo evidente para los gobiernos que pueden no estar siendo correctamente asesorados en esta materia.
Parte de las dificultades llegan de los obstáculos que ponen algunos países y compañías que se niegan a divulgar la totalidad de sus reservas amparándose en las implicaciones económicas de revelar esta información. El informe añade que las mayores dificultades están en los países de la OPEP.
Fuente: El Mundo.es