“LOS HALLAZGOS NO DEBEN SER SOLO PARA HACER CRECER LOS BALANCES”
El ministro de Planificación les apuntó a las empresas que especulan patrimonialmente con el descubrimiento de hidrocarburos no convencionales, pero que demoran las inversiones para ponerlo en producción. Los números de Repsol YPF.
Por Raúl Dellatorre.- Que en el país se descubran nuevos recursos hidrocarburíferos es una muy buena noticia, pero que se pongan en explotación para que resulten en beneficio de la economía es mucho mejor. Es lo que se desprende de las palabras de Julio De Vido, ministro de Planificación, que al ser consultado ayer sobre los recientes descubrimientos de gas y petróleo “no convencional” en subsuelo patagónico, le reclamó a la empresa concesionaria (Repsol YPF) la rápida puesta en producción de los yacimientos encontrados. El funcionario pidió “una rápida puesta en valor del combustible, para que no sólo sirva para hacer crecer el (valor de) balance de las empresas”.
“Este descubrimiento es producto de políticas acertadas del Gobierno y, en este caso, también de la provincia, estimaciones serias indican que nos encontramos ante 200 trillones de pies cúbicos, que es algo así como multiplicar por 10 las reservas de gas y petróleo en la Argentina”, enfatizó De Vido. Sin embargo, remarcó que la buena noticia fue seguida por cierto cono de sombra, dada “la demora” de la empresa para entrar en la puesta en producción de gas y petróleo. Un aporte que Argentina necesita con urgencia para evitar un cuello de botella energético en su desarrollo.
De Vido aludió, además, a que dichos descubrimientos “no sólo sirvan para hacer crecer el valor de las empresas”. Esta referencia está directamente relacionada con la forma en que se mide el valor de las empresas petroleras en el mundo. Además del volumen de sus operaciones (facturación) y de sus utilidades (por año, en relación con el capital aportado), una empresa petrolera “rankea” por el volumen de reservas con que cuenta en las áreas bajo explotación. Esto es una medida de su potencial de facturación y utilidades futuras.
Cuando una empresa está negociando la venta de parte de su paquete accionario, o de una filial, la valorización que le brinde un hallazgo de reservas puede resultar en una diferencia significativa. Precisamente, éstos son tiempos de cambios en la propiedad patrimonial de Repsol y sus filiales. A los sucesivos traspasos de tramos del paquete minoritario de YPF al grupo argentino Petersen (controlado por la familia Ezkenazi), el grupo controlante de la petrolera española (La Caixa) ha producido en los últimos tiempos sucesivas compras y ventas de acciones de la empresa madre del grupo. Los últimos movimientos han sido la readquisición de un 10 por ciento del capital que anteriormente le había vendido al consorcio también español Sacyr Vallehermoso (el último 20 de diciembre), para casi inmediatamente revender a “inversores privados” la mitad de ese paquete a un precio superior.
Ayer De Vido dejó planteada la inquietud porque los anuncios de hallazgos grandilocuentes no se correspondan con la puesta en producción de los mismos en tiempos razonables. Repsol YPF hizo en octubre de 2009 el primer anuncio sobre futuras inversiones en la exploración de hidrocarburos no convencionales. En mayo de 2010 anunciaba la inversión de diez millones de dólares en la formación Vaca Muerta, en el yacimiento Loma La Lata, prometiendo 300 millones más en caso de resultar satisfactoria. Desde entonces se sucedieron los descubrimientos exitosos, pero las inversiones prometidas para poner los yacimientos en producción se demoran. El presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, se ocupó a fines de diciembre último de pinchar las expectativas. “En Argentina hay un potencial colosal en gas y petróleo no convencional, pero se necesita mucha plata”, se atajó durante el último Congreso Mundial del Petróleo, en Doha, Qatar. El último descubrimiento anunciado por Repsol en Neuquén, a principios de noviembre, representa reservas probables por 927 millones de barriles de crudo, cuyo valor de mercado hoy oscilarían en aproximadamente 80 mil millones de dólares como mínimo. Los planes de inversión de YPF para 2012, según sus propios directivos, vuelven a privilegiar la continuidad de la búsqueda exploratoria por sobre la puesta en producción de lo ya descubierto. De Vido –y no sólo él– parece tener motivos para irritarse.
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