La empresa responderá si acepta invertir $ 11.100 millones de utilidades, algo improbable. Baratta y Eskenazi se volverán a ver tras las reversiones de Santa Cruz y Chubut
Por Pablo Fernández Blanco | Cronista Comercial
Un momento de máxima tensión entre funcionarios y empresarios se vivirá esta semana en Puerto Madero. El jueves -es el día elegido hasta el momento, aunque se evalúa también el miércoles- se cruzarán miradas los principales ejecutivos de YPF y miembros de los ministerios de Planificación y de Economía por primera vez desde la reversión de áreas petroleras de la empresa que ordenaron las provincias de Chubut y Santa Cruz el miércoles pasado.
Será en la reunión de Directorio que la compañía convocó para esta semana en su torre de Puerto Madero. Allí se tratará uno de los temas que despertó mayores rispideces entre ambos lados del escritorio: la distribución de utilidades de la compañía.
Habrá definiciones con respecto a los temas que se trataron en la reunión anterior. Durante el encuentro del 9 de marzo Roberto Baratta, coordinador del Ministerio de Planificación, a cargo de Julio de Vido, y director en la empresa por parte del Estado, se opuso a la aprobación de las memorias y estados contables del ejercicio 2011 de la empresa. El motivo: el Gobierno consideró que “no reflejan ni exponen adecuadamente la situación económica financiera de la compañía”.
Además, reclamó la constitución de una reserva voluntaria para “inversiones, exploración y explotación de hidrocarburos” en el país integrada por los dividendos aún no distribuidos de 2010 y los de 2011. En total, las ganancias de la empresa en ese período fueron de casi $ 11.100 millones.
A pesar del voto en contra del Estado, YPF aprobó su balance por mayoría. Sin embargo, los ejecutivos de YPF decidieron posponer la decisión con respecto al destino de los dividendos hasta una futura reunión, que se concretará esta semana. Si bien en el mercado descartan que la empresa acepte de plano el reclamo del Gobierno, podría abrir una puerta de negociación en medio de una situación muy conflictiva.
Serán de la partida Sebastián Eskenazi, timonel local de YPF en representación del Grupo Petersen, el accionista minoritario, y Antonio Brufau, presidente de la española Repsol, la mayor propietaria de la ex empresa estatal. Hasta el momento, Brufau no confirmó si asistirá en persona o conducirá el cónclave por videoconferencia, como sucedió en la reunión de directorio del 8 de marzo.
Además de Baratta, es muy probable por el lado del Gobierno también sean de la partida el secretario de Energía, Daniel Cameron, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof. Será una situación extraña: Baratta y Cameron estuvieron en el escenario el último miércoles en Caleta Olivia, al norte de Santa Cruz, aplaudiendo al gobernador de esa provincia, Daniel Peralta, y a Martín Buzzi, su par de Chubut, en el acto en el que anunciaron la reversión de cinco áreas petroleras a la empresa por supuesta falta de inversión. Fue sólo siete días después de haberles enviado una intimación.
Habrá un puñado de espectadores de lujo: Mario Blejer (ex titular del Banco Central) y Carlos de la Vega (titular de la Cámara de Comercio) como directores independientes; veedores de la CNV -el propio presidente del regulador bursátil, Alejandro Vanoli, podría acercarse junto a sus veedores- y abogados de ambos lados.
Un grupo de 11 abogados trabajaron durante la semana pasada en Madrid para elaborar las respuestas legales de YPF a la rescisión de concesiones por parte de Chubut y Santa Cruz, así como también a eventuales nuevas quitas. Está listo el pedido de medidas cautelares y se avanzó en una estrategia legal más amplia.
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