Néstor Núñez (AIN, especial para ARGENPRESS.info)
Las realidades están ahí, y no deberían escapar para alguna gente, sobre todo aquella que escucha el sonar de las campanas sin saber si tocan pascuas o a rebato.
Veamos un sonado ejemplo. El precio del petróleo avanzó a finales de octubre por insistentes reportes en las bolsas de un aumento en la demanda de gasolina en los Estados Unidos, noticia que incluso hizo a los inversores soslayar el severo declive de la confianza del consumidor en el mayor usuario mundial de energía.
El hidrocarburo avanzó incluso a pesar de que el dólar estadounidense se fortaleció frente a otras monedas, lo que inevitablemente encarece las materias primas valuadas en el billete verde para los poseedores de diferentes divisas.
El citado informe, atribuido a la Master Card Spending Pulse, mostró que la demanda de gasolina en EE. UU. subió 5,1 por ciento respecto a los niveles de hace un año, y fue superior 0,1 por ciento con respecto a los anteriores siete días.
No obstante, vale recordar que las existencias norteamericanas de gasolina habían descendido previamente a cuenta de que las refinerías disminuyeron su ritmo de procesamiento por lo incosteable de enfrentar los altos inventarios de hidrocarburo.
Hasta ahí todo bien. Sin embargo, lo raro, sospechoso y controvertido ocurriría apenas unas horas más tarde, cuando el miércoles 28 de octubre el precio del petróleo se iba a la baja por lo que la prensa calificó de “sorpresivo aumento en los inventarios de gasolina en los Estados Unidos”.
¿En qué quedamos entonces? Como preguntaría un cubano corriente: ¿se peinan o se hacen papelillos?
Lo cierto es que detrás de todo este enredo de chismes, noticias a medias, suposiciones y cuentas que no dan e influyen de manera directa en los mercados, están los señores de la especulación energética, los cuales provocaron el caos de los precios récord en julio de 2008, y de los valores mínimos apenas cinco meses después.
Se trata de los personeros y grupos alentados por las ayudas millonarias que las grandes metrópolis, y esencialmente los Estados Unidos, pusieron en manos de los impulsores del desastre para “salvar al capitalismo”.
Lo denunciaban con extrema acuciosidad los más altos directivos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), cuando recientemente en Londres rechazaron de forma conjunta el “exceso de especulación” en los mercados del crudo, y reclamaron “una mejor regulación y una mayor transparencia.”
Ellos confirmaron sin muchas vueltas que si los tahúres de las bolsas persisten en sus manejos, no sería nada raro la vuelta al caos petrolero global, lo que, por demás, haría añicos los legítimos esfuerzos en favor de la recuperación global.
De acuerdo a datos locales, los inventarios estadounidenses de crudo subieron menos de lo esperado la semana pasada debido a un aumento de las importaciones, pero las existencias de gasolina registraron un sorpresivo crecimiento.
La noticia resulta contradictoria y a la vez denuncia los juegos especulativos en los mercados energéticos, toda vez que en la jornada precedente el precio del crudo subió porque se dijo que el consumo de gasolina se había incrementado en EE. UU. y, por tanto, era de suponer una baja en las existencias.
Fuente: Argenpress.info