Por Stephen Leahy. – Dos tercios de las reservas probadas de combustibles fósiles del mundo no podrán ser utilizadas sin arriesgar alteraciones climáticas peligrosas, alerta la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Evitar el consumo de esos dos tercios será el primer tema de la agenda de negociaciones climáticas anuales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se reanudarán a fines de este mes en Qatar.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sorprendió a muchos la semana pasada cuando declaró que el cambio climático sería una de las principales metas de su segundo mandato.
“La reelección de Obama asegura la continuidad con el compromiso de Estados Unidos de reducir 17 por ciento sus emisiones de dióxido de carbono para 2020 respecto de las registradas en 2005”, indicó Christina Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).
“Estados Unidos es plenamente consciente de la necesidad de aumentar sus ambiciones en términos de mitigación y financiación para ayudar a la adaptación de los países en desarrollo”, dijo Figueres a IPS.
El objetivo en materia de reducción de emisiones que se fijó Estados Unidos equivale a una disminución de tres por ciento respecto de las cifras de 1990, año base utilizado por la mayoría de los países.
Los gases contaminantes liberados a la atmósfera deberán ser en 2020 entre 25 y 40 por ciento menores a los volúmenes emitidos en 1990 para evitar que las temperaturas suban más de dos grados, según recomienda la comunidad científica.
En cambio, Gran Bretaña ya logró disminuir 18 por ciento y tiene previsto llegar a 34 por ciento en 2020.
En 2010 se llegó a un acuerdo vinculante para limitar el recalentamiento global a dos grados en el marco de la conferencia de la ONU sobre cambio climático, realizada en el balneario mexicano de Cancún, recordó Andrew Steer, presidente del World Resources Institute (WRI, siglas en inglés de Instituto Mundial de Recursos), con sede en Washington.
“No estamos ni cerca de llegar a ese punto. La situación es urgente. El cambio climático no es un problema de mañana, sino de hoy. La supertormenta Sandy fue un llamado de alerta para el pueblo de Estados Unidos”, advirtió Steer en conferencia de prensa.
Un recalentamiento global de dos grados no es un escenario seguro, pero superar esa marca es considerado peligroso. Para poder mantenerse en dos grados, la AIE calculó que la mayoría de las reservas de carbono, 22 por ciento de las de petróleo y 15 por ciento de las de gas natural deberán permanecer bajo tierra.
Dos tercios de esas reservas están en América del Norte, Medio Oriente, China y Rusia, según la publicación anual de la AIE, Perspectiva Mundial de Energía.
La temperatura a escala mundial aumentó 0,8 grados. Este año será el más caluroso de que se tenga registro en Estados Unidos y la actual sequía le cuesta miles de millones de dólares a la economía. Las pérdidas causadas por Sandy ascienden a entre 50 millones y 70 millones de dólares.
El costo que implica el cambio climático a escala mundial se estima en 1,2 billones de dólares al año. El mayor impacto lo llevan las personas más vulnerables de los países más pobres, indicó Steer.
“La historia juzgará duramente a aquel presidente que no se tome en serio la lucha contra el cambio climático”, añadió.
No se espera un gran avance en las negociaciones climáticas de la 18 Conferencia de las Partes de la CMNUCC (COP 18), que comienzan el 26 de este mes en Doha, capital de Qatar.
Las conversaciones de Doha ofrecen “una oportunidad para pulsar la tecla de reinicio”, y para Estados Unidos, de asumir el liderazgo que el mundo necesita, sostuvo Steer.
Y eso podría pasar con las declaraciones del miércoles 14 del presidente Obama en la primera conferencia de prensa en la Casa Blanca tras asumir su segundo mandato.
Obama también declaró que en las próximas semanas “buscará qué más se puede hacer para lograr avances a corto plazo” sobre este asunto.
La creación de empleo y el crecimiento económico seguirán siendo las principales prioridades, pero, agregó, si “podemos hacer eso y dejar una marca en materia de cambio climático y ser líderes internacionales, creo que es algo que tendrá apoyo del pueblo estadounidense”.
Poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles es crucial para mantener los dos tercios de las reservas bajo tierra, indicó Cliff Polycarp, del WRI.
“El mundo necesita dejar de invertir en energías que liberen grandes cantidades de dióxido de carbono y optar por fuentes renovables con bajas emisiones”, dijo Polycarp a IPS.
Este año se gastarán más de 600.000 millones de dólares en prospecciones de gas y crudo y en producción, según el estudio “Oil: The New Revolution” (“Petróleo: La nueva revolución”), de la estadounidense Universidad de Harvard.
La investigación prevé un auge de la capacidad de producción de combustibles fósiles que podría elevar el recalentamiento global del planeta a la catastrófica cifra de ocho grados, según la organización Oil Change International, con sede en Estados Unidos.
“La realidad es que la industria petrolera hace más dinero con la extracción que con la venta de gasolina a los consumidores finales”, dijo a IPS el director ejecutivo de Oil Change International, Steve Kretzmann.
Trasladar las inversiones de la industria de combustibles fósiles y sus promotores económicos a las energías con bajas emisiones de dióxido de carbono requerirá la intervención del gobierno en términos de incentivos a las alternativas renovables y de un gravamen significativo al carbono, remarcó.
Una gran cantidad de empresarios piden al gobierno eliminar los subsidios a los combustibles fósiles e imponer un impuesto al carbono, coincidió Steer, quien anteriormente había trabajado en el Banco Mundial.
“Saben que tienen los días contados y dicen que estos cambios tendrán que ocurrir más pronto que tarde”, añadió.
IPS