Por Nora Bär – Hace tres meses, Gustavo Bianchi trabajaba como consultor para empresas petrolíferas de la Argentina, Estados Unidos, Colombia y Ecuador cuando recibió una llamada del ingeniero Miguel Galuccio, que poco antes se había convertido en titular de YPF.
“Cuando escuché lo que quería hacer, los ojitos se me pusieron de todos colores”, bromea Bianchi, para ilustrar el entusiasmo que lo lleva a trabajar siete días por semana en un proyecto sin precedente: el desarrollo de una empresa de soluciones tecnológicas para la exploración y extracción de petróleo, entre otras líneas de investigación, y cuyo directorio integran YPF y el Conicet. El paquete accionario se divide en 51 y 49%, respectivamente.
La idea de crear YPF Tecnología SA surgió de conversaciones entre Galuccio y Lino Barañao, titular del Ministerio de Ciencia y Tecnología (Mincyt), y cobró forma rápidamente. “Desde hace un tiempo, el Conicet puede ser accionista en empresas de base tecnológica, y éste es el primer caso en el que hacemos uso de esa posibilidad”, explica el ingeniero Santiago Sacerdote, vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del Conicet e interlocutor de Bianchi en el directorio de la nueva compañía.
“El acuerdo es doble -precisa Sacerdote-. Los diversos institutos y grupos de investigación del Conicet podrán involucrarse en los proyectos que proponga YPF, muchos de los cuales serán presentados al Mincyt para su financiación y equipamiento [por ejemplo, con el aporte de fondos sectoriales]. En ese caso, los científicos que participen podrán seguir en la carrera del investigador. Por otra parte, la empresa absorberá becarios posdoctorales que integrarán los equipos ya formados y que cuando terminen podrán ingresar. También invitaremos a algunos doctores que no pudieron incorporarse a la carrera, especialmente para desarrollar ciertas líneas tecnológicas de interés.”
Con el aporte de los recursos humanos altamente calificados del Conicet, YPF Tecnología dispondrá de físicos, químicos, matemáticos, bioquímicos, ingenieros mecánicos, geofísicos… para hacer investigación en upstream (producción y exploración) y downstream (refinerías petroquímicas). “También queremos desarrollar energías renovables -explica Bianchi-; en Comodoro Rivadavia, ya estamos trabajando en la mareomotriz: colocamos dos boyas para medir la velocidad de las corrientes marinas y del viento, el ph del agua. Además, junto con el INTA y la Universidad de Luján estamos poniendo sensores en el Norte para medir radiación solar.”
La sede estará en un predio de cinco hectáreas cedido por la Universidad Nacional de La Plata, en un bosque cercano a las refinerías, donde se construirá un edificio de 10.000 m2 en el que trabajarán alrededor de 250 doctores y becarios.
Se espera que el proyecto edilicio esté finalizado en marzo para empezar en abril con la edificación. Los primeros 5000 metros deberían estar listos para marzo de 2014, y la segunda etapa, un año más tarde.
La compañía tiene ya una decena de proyectos en cartera: tecnología para la explotación de yacimientos no convencionales de petróleo (como Vaca Muerta), para mejorar la eficiencia de los recursos maduros (algo que en la jerga se conoce como “recuperación terciaria”), energías renovables y de mejora ambiental.
“Estamos explorando «el mundo Conicet» y recorriendo el país para descubrir grupos de investigación que tienen conocimiento para aportar, y nos estamos encontrando con soluciones tecnológicas en las que no habíamos pensado que son negocios posibles”, cuenta Sacerdote.
Bianchi (53) es químico y doctor en ciencia de los materiales. Tras once años en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), entre 1994 y 2000 fue director del Centro de Tecnología Aplicada de YPF (época en la que conoció a Galuccio) y, luego, vicepresidente de Ingeniería y Tecnología de la empresa de servicios petroleros San Antonio-Pride.
“Tenemos el tercer reservorio del mundo en recursos no convencionales después de China y los Estados Unidos [el año que viene se perforarán unos 170 pozos], pero necesitamos desarrollar tecnología para explotarlos -asegura-. Queremos ser líderes en esta área. Estoy convencido de que podemos hacerlo.”
Y concluye Sacerdote: “Es una oportunidad para no sólo aprovechar los recursos, sino también desarrollar una tecnología única en el mundo, sin antecedente, y si tenemos éxito, exportarla”.
La Nación