Pese al hermetismo con que se elabora el plan YPF, contaría con el apoyo del Gobierno y las provincias. Sus 108 concesiones serían el terreno de nuevas inversiones
Ernesto De Paola
La celebración del Día del Petróleo, que en vez de transcurrir el 13 de diciembre se anticiparía al viernes 11, daría el marco apropiado para que YPF realice un anuncio complementario de todas las novedades que encaró durante este año en el sector de la refinación, donde puso en marcha en Luján de Cuyo y La Plata inversiones por más de 750 millones de dólares.
Esas inversiones, que ubicarán a esa empresa en un posición de absoluto liderazgo en ese negocio, donde otros competidores no muestran atisbos de encarar nuevos compromisos, se verían acompañadas ahora por nuevos desafíos por asumirse en el rubro de la exploración de mayores reservas.
Si bien es cierto que YPF viene en los últimos nueve años perdiendo terreno de la producción de crudo y gas, los anuncios por difundirse estarían en línea con el desempeño de un mayor liderazgo productor y explorador.
Con 17 bloques exploratorios y 91 áreas con producción de hidrocarburos, algunas de ellas con significativos rindes de líquidos como Chihuidos de la Sierra Negra o de gas como Loma la Lata, que cubren en total más de 115.000 kilómetros cuadrados del territorio nacional, a YPF no le resultaría difícil revertir el fenómeno de la declinación de sus reservas.
En aseveración de ese vaticinio muchos expertos del sector juzgan que en el lapso transcurrido entre el 1º de julio de 1999 y febrero de 2008, en que Petersen Energía se involucró en la compra del 14,99% del capital social de YPF, su controlante peninsular (Repsol-YPF) no hizo más que privilegiar su negocio financiero al punto de haber obtenido en todo ese período utilidades netas en el país por un monto superior a u$s17.000 millones.
Con resonantes hallazgos petroleros concretados en los últimos dos años en Libia, Trinidad-Tobago, Venezuela y Brasil, que insumirán fuertes inversiones en el desarrollo de esos yacimientos, para ciertos grandes accionistas de Repsol-YPF –como Sacyr-Valle Hermoso– no ven con “buenos ojos” la propuesta del presidente Antonio Brufau de reducir la distribución de dividendos del 2009 a fin de poder aumentar los esfuerzos inversores de la petrolera.
Esa postura obedece a que Sacyr computa pasivos por 12.000 millones de euros como producto de los quebrantos experimentados en su actividad de la construcción y el sector inmobiliario.
Como contrapeso de esa postura de Sacyr, la buena relación que entabló Petersen Energía con el gobierno argentino a partir de su ingreso en YPF (14,99%) no es extraño que esa petrolera haya visto mejorar (en dólares) desde enero del 2008 el precio de venta de sus naftas en un 58% y en un porcentaje del 46% en el gasoil.
INVERSIONES. En ese contexto es que se lanzaron las ambiciosas inversiones en refinación de las que no existe memoria en dos décadas.
En un reciente congreso de refinación organizado por el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas en Mendoza, otros competidores de YPF, como Esso y Petrobras, comunicaron su intención de encarar la modernización de sus plantas de Campana y Bahía Blanca, respectivamente.
También trascendió que Petrobras se habría embarcado en desprenderse de su destilería de San Lorenzo, a fin de concentrar sus inversiones en la refinería de Bahía Blanca en la que ya invirtió casi u$s40 millones en la expansión de sus instalaciones de alije de crudo como fase anticipatoria de una modernización de esa planta, que hoy procesa 30.000 barriles diarios de crudo.
Fuente: El Argentino