La demanda de crudo gira hacia los países emergentes, encabezados por China, Oriente Medio y África
La energía, como si fuera un termómetro de la economía global, demuestra que el mundo está cambiando y gira hacia el Sur y el Este. Estados Unidos y Canadá se han convertido en los grandes productores de petróleo del mundo, mientras que los países emergentes copan la demanda, según los últimos datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Esto seguirá siendo así durante los próximos cinco años, según las previsiones de la agencia, que destaca la revolución en los países de Norteamérica a través de las nuevas formas de extracción de petróleo de esquisto.
«Las nuevas tecnologías aplicadas en Norteamérica posibilitan extraer recursos hasta hace poco inaccesibles, como el petróleo de esquisto, lo que permitirá a esta región aumentar considerablemente su suministro», afirmó a Efe la directora de la AIE, Maria van der Hoeven. Entre Estados Unidos y Canadá aumentarán en 3,9 millones de barriles al día hasta 2018. O lo que es igual: satisfacerán casi dos tercios del suministro total que necesitan los países que no pertenecen a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Europa, en fuera de juego
Este giro mundial también ha puesto patas arriba la demanda energética, ralentizada en los países más desarrollados, afectados por la recesión económica que golpea a sus países. La AIE afirma que primera vez en la historia los países de fuera de la OCDE serán líderes en consumo de petróleo. Este dato apunta a las potencias emergentes, encabezadas por China, Oriente Medio y África, que serán «a partir del segundo trimestre de 2013 en los principales consumidores del mundo», como explicó a Efe el director de industria petrolera y mercados de la AIE, Antonie Halff.
Una revolución que amenaza con dejar en fuera de juego a Europa, más reticente a la utilización de las técnicas modernas de extracción de gas y petróleo no convencional, ante su posible impacto medioambiental. Van der Hoeven fue clara: «Esto es muy preocupante para Europa», a quien instó a «darse cuenta de que se están produciendo cambios globales en el mapa energético, en gas, en petróleo, en productos y en demanda». Es la energía, el termómetro y la causa de los cambios económicos globales.