La previsión de un incremento en la producción de crudo de Estados Unidos está reconfigurando el comercio global del commodity y colocando en jaque a la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
Una reunión importante en Viena este viernes marcará la primera etapa de un debate dentro de la OPEP sobre el impacto de una creciente producción de crudo de esquisto en EE.UU. y si es necesario reducir la producción para elevar los precios globales del petróleo.
Miembros africanos de la OPEP que producen crudo de similar grado que el de esquisto, están sufriendo los peores efectos del auge petrolero de Norteamérica. Se prevé que la disparidad recrudezca las pugnas de poder que han dominado la OPEP en los últimos años. Irán, Venezuela y Argelia, que necesitan altos precios del petróleo para financiar su gasto interno y compensar una caída en la producción, se han enfrentado con frecuencia a los países del Golfo liderados por Arabia Saudita, que tienen la fortaleza financiera para soportar bajos precios.
La producción de EE.UU. y Canadá crecería un 21% para 2018, según la Agencia Internacional de Energía.