Un joven emprendimiento incubado en la FAUBA finaliza la obra de un biodigestor de alta capacidad en Carlos Tejedor, que generará energía y fertilizantes a partir de los desechos de animales y servirá para vender excedentes a la red eléctrica local.
Pese a ser un emprendimiento muy joven, incubado en la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), Biogás Argentina ya está realizando proyectos de gran escala, con la construcción de una planta para producir biogas y biofertilizante, y comercializar energía. Mientras finaliza la obra, sus integrantes esperan los resultados de la línea de financiamiento EBT Empretecno, presentada con el apoyo del Programa UBA Emprende, para montar un laboratorio y seguir creciendo.
Actualmente, Ezequiel Weibel y Martín Pinos, responsables de Biogás Argentina, trabajan en un campo de 280 hectáreas ubicado en Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires, donde se produce sorgo y maíz para abastecer a un rodeo vacuno de 1000 cabezas. Allí, en los próximos dos meses esperan terminar la construcción de un reactor anaeróbico (con una capacidad de 500 m³) y una platea de hormigón para los corrales donde se alimentan 500 novillos pesados.
Weibel señaló que “el objetivo es producir biofertilizante y biogás a partir del estiércol vacuno y el silo de sorgo y maíz. Y, a mediano plazo, vender el excedente a la red de energía eléctrica”. Según afirmó, los beneficios inciden sobre la economía y la ecología del campo: “Por un lado, creamos dos unidades de negocio, con la venta de energía y del biofertilizante. Además, la aplicación de biofertilizante aumenta de la calidad de los suelos y el uso de la bosta con el biodigestor permite disminuir el impacto ambiental que se genera en los corrales (un factor destacado porque la explotación está ubicada a sólo 2,5 kilómetros del pueblo)”.
Pinos agregó: “Al realizar una enmienda orgánica con el biofertilizante producido en el biodigestor, aumentará la receptividad del campo y, a largo plazo, se podría llegar a prescindir de la fertilización convencional. A su vez, es una oportunidad de negocio para la venta del excedente del biofertilizante producido y de energía eléctrica a la red. Por lo tanto el productor aumentaría la rentabilidad del campo, sin crecer en escala”.
“Hace unos tres meses que están viviendo en mi campo, supervisando y realizando las tareas a la par de la empresa constructora y mirando cada detalle para que las cosas salgan bien”, dijo Luis Antonio Urdangarin, dueño del establecimiento, quien conoció a Weibel y Pinos en la edición 2012 de Expoagro, cuando Biogás Argentina expuso sus novedades en el stand de la FAUBA, junto a otros emprendimientos de IncUBAgro e Incubacen, las incubadoras de empresas de base tecnológica de las facultades de Agronomía y Exactas de la UBA, respectivamente.
Weibel explicó que si bien esta tecnología es aplicable en el campo y en la industria (en frigoríficos o industrias lecheras, por ejemplo), cada explotación requiere un biodigestor diferente, pensado y concebido para ese establecimiento en particular. “Por el momento es para innovadores, para productores que ven una oportunidad en problemas como la falta de energía eléctrica, la disminución del rendimiento de los cultivos o contaminación ambiental. Con el tiempo la tecnología se irá masificando”.
En 2013, Weibel y Pinos se presentaron al Empretecno – EBT, y esperan contar con esta línea de financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, instrumentada a través del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC), para constituirse formalmente como un empresa referente en la construcción de biodigestores, montar una oficina y un laboratorio. Esta herramienta entrega hasta 2,5 millones de pesos, no reintegrables.
“Estamos orgullos de ser uno de los emprendimientos seleccionados por UBA Emprende, Incubagro e Incubacen para la presentación. Ellos nos están asesorando en diversas líneas de financiamiento y en la formulación del proyecto y nos facilitan herramientas para sacar el proyecto adelante y constituir nuestra empresa. Gracias a estas instituciones no pudimos lanzar al mercado”, aseguraron.
Por su parte, Urdangarin sostuvo que, a la hora de evaluar los potenciales proveedores para realizar la construcción de la planta en su campo, privilegió la elección de una empresa joven, porque se trata de una tecnología nueva, con poca historia en el país. Y también se inclinó por un proyecto originado en la UBA: “Me merece mucho respeto como institución educativa y como generadora de proyectos innovadores. Estimo que lo mejor es llevar adelante el proyecto con gente seria que este comprometida con el proyecto y creo que no me equivoque con la elección”, finalizó.