Rusia y China firman un megacontrato petrolero, el mayor de la historia

Es por US$ 270.000 millones, la mitad del PBI argentino. La firma estatal petrolera rusa Rosneft suministrará crudo durante 25 años.

En una espectacular jugada comercial, Rusia firmó un megacontrato con China para suministrarle hidrocarburos durante los próximos 25 años. El convenio, el mayor en la historia del sector petrolero, confirma la ambición de conquista de Moscú del creciente mercado asiático. El acuerdo entre las dos potencias representa la extraordinaria cifra deUS$ 270 mil millones, equivalente a poco más de la mitad del PBI argentino.

El convenio entre la estatal Rosneft, la mayor petrolera rusa, y su par china CNPC, estipula además una colaboración mutua en la explotación de yacimientos tanto de petróleo como de gas, que incluye el preciado sector ruso del Artico. “Se trata, en los hechos, de una nueva era de cooperación. Pasamos de relaciones basadas únicamente en la entrega de materias primas a una cooperación completa en la producción y la tecnología”, destacó el presidente ruso Vladimir Putin tras la firma de este espectacular acuerdo de la industria energética en San Petersburgo.

Actualmente Rusia es el primer productor de crudo del mundo, junto con Arabia Saudita, con unos 10 millones de barriles por día. De esa cantidad, la mitad parten a la exportación. Europa recibe actualmente alrededor de las tres cuartas partes de las ventas de crudo ruso al extranjero. Pero el Viejo Continente está empantanado en una crisis económica que pesa en la demanda de energía. A eso hay que agregarle que las relaciones entre Rusia y los países occidentales son cada día más tensas, tanto por el caso sirio como por los derechos humanos.

Por eso, para los especialistas el alza de las exportaciones de crudo por parte de Rusia es el reflejo de un desplazamiento estratégico importante hacia el Este, especialmente los mercados asiáticos.

Los nuevos yacimientos lanzados para explotación por los rusos se encuentran en su mayoría en el Extremo Oriente, y el país invirtió considerablemente en infraestructuras en esta región. Rusia puso en servicio a fines de diciembre el segundo tramo del oleoducto Siberia–Pacífico, un ducto con capacidad para transportar 30 millones de toneladas por año, y a futuro 50 millones, hacia el mar de Japón. El contrato firmado ahora con China refuerza esa tendencia.

Clarín