Recordó que el Estado les transfirió US$ 1500 millones en subsidios a las empresas; en el sector se muestran optimistas con el cambio de rumbo del Gobierno
Por Pablo Fernández Blanco | LA NACION
Los organizadores del almuerzo que todos los años se realiza en el hotel Sheraton en conmemoración del descubrimiento de petróleo en la Argentina debieron modificar sus planes iniciales. Un tropel de comensales se lanzó a comprar entradas para asistir al encuentro de ayer. En total, se vendieron 1250 tarjetas -para las empresas, cada una costó $ 700-, muy por encima de las 990 del año pasado, y se debieron colocar dos cubiertos más por mesa (fueron 12, a diferencia de los 10 de la edición 2012 ). Pese a eso, mucha gente se quedó afuera.
El más de millar de almas que se reunió en el Salón Libertador tenía un objetivo: escuchar las palabras del ministro de Economía, Axel Kicillof. Los más entusiastas hasta pensaron en estrecharle la mano. Muchos lo lograron. Se llevaron un premio del que quizá no habían tomado conciencia, ya que nunca antes durante el kirchnerismo un funcionario de su talla había pisado el ámbito de los barones del crudo. Son evidencias: después de años de fricciones, algo está cambiando en el ánimo del sector petrolero.
Lejos del tono pedagógico y doctrinario que utilizó hace 12 meses en el mismo lugar (el entonces viceministro exhortó a los empresarios a no informarse por los “medios dominantes”), Kicillof repasó las medidas que tomó el Gobierno a favor del sector, reivindicó la estatización de YPF y aclaró que, en los últimos meses, desde las arcas del fisco salieron asistencias a las empresas petroleras por sumas millonarias para estimular la inversión en producción de gas. El funcionario prometió continuar en la misma senda. A cambio, pidió que las empresas se comprometan a aumentar la inversión. Kicillof pidió adelantar sus palabras debido a que después tenía una reunión con supermercadistas. Aseguró que la recuperación del autoabastecimiento energético “a precios competitivos en el corto plazo es una prioridad absoluta” para el Gobierno.
“Ha habido una batería de medidas para aumentar la producción, que han tenido muy buen resultado”, explicó. Entre ellas mencionó al denominado “plan gas”, que consiste en asegurarles un pago de 7,50 dólares por millón de BTU (la unidad de medida) a las grandes petroleras que aumenten la producción de gas. Por esa vía, reconoció Kicillof, el Estado giró a YPF y las compañías privadas US$ 1500 millones. La iniciativa comenzó a funcionar a finales del año pasado. “Hemos escuchado la voz de la industria. Por eso implementamos el «plan gas 2» (una versión similar, pero más a la medida de las compañías de menor porte). Ahora esperamos obtener un crecimiento sostenido de la producción de gas”, destacó. Más tarde en su discurso, el ministro volvió a repetirles a los petroleros que “el Gobierno trabaja estrechamente con el sector. Estamos abiertos al diálogo y a las propuestas”.
Frente a Kicillof, en la mesa central, lo escuchaban algunas personalidades del mundo petrolero. Miguel Galuccio, el presidente de YPF; Alejandro Bulgheroni, de Bridas; el vicepresidente de Axion Energy (la marca que reemplazará a Esso), Patricio Chababo, el de TGN, Daniel Ridelener; Oscar Vicente, titular de la Cámara de Exploración y Explotación de Hidrocarburos y el titular del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas, Ernesto López Anadón (la institución que conduce es la habitual organizadora del encuentro).
Durante su exposición, López Anadón destacó que la Argentina no es el único país con recursos no convencionales de hidrocarburos, como los de Vaca Muerta. “No somos los únicos. En el mundo hay cuantiosos recursos esperando por ser explorados y desarrollados, tanto convencionales como no convencionales, y los países están en puja por hacerlo. Por eso no podemos darnos el lujo de perder tiempo. Tenemos que ser los primeros en establecer esta operación fuera de las ya conocidas de Estados Unidos y Canadá”, reclamó.
En un discurso que ensalzó en varias ocasiones el rol de YPF, el titular del IAPG sostuvo: “Constantemente -remarcó- oímos decir que Argentina es un país con muchas riquezas. No hay países ricos o pobres, sino países que han sabido aprovechar sus oportunidades y otros que no”.
Expresó su convencimiento de que “en esta oportunidad que se nos presenta, la Argentina entre dentro de la lista de las que sí se aprovecharon”.
Los petroleros evaluaron con matices las palabras de Kicillof, pero en general de manera optimista. Bulgheroni, que junto a su hermano Carlos es dueño de la mayor petrolera privada de la Argentina, las calificó sencillamente como “muy positivas”.
“Fue un discurso medido, con rasgos positivos de cara a un futuro inmediato en el que el Gobierno va a seguir al sector con medidas, porque es necesario”, sostuvo, por su parte, Hernán Flórez Gómez, ejecutivo de EnapSipetrol.
Hubo, sin embargo, un puñado de disidentes compuesto por empresarios afines al libre mercado. Se quejaban de que el Estado siempre se metía en medio de la oferta y la demanda; es decir, de sus decisiones de inversión.
La Nación