Por el freno en la economía, la demanda de gasoil cae por primera vez en siete años

Durante los primeros nueve meses de 2009 el consumo se redujo un 9% con relación al mismo período del año pasado. La retracción del sector agropecuario y la caída de la actividad industrial son las principales razones del descenso.

Si hay un indicador que sirve para medir el comportamiento de la actividad económica de la Argentina es el consumo de gasoil. El combustible llega hasta el corazón del interior del país de la mano de actividad agropecuaria (es uno de sus principales insumos) y, al mismo tiempo, tiene una alta incidencia en la actividad industrial y en el transporte.
La caída de la actividad económica se reflejó en el comportamiento de la demanda anual del combustible, que se redujo por primera vez en siete años.
El consumo cayó un 9% durante los primeros nueve meses de 2009, tras pasar de 10,39 millones de metros cúbicos (m3) en el mismo período de 2008 a 9,45 millones en 2009, según datos de la Secretaría de Energía, que dirige Daniel Cameron.
“La menor cosecha de soja y trigo por la sequía y la falta de confianza de los productores en el régimen de retenciones del Gobierno provocaron una fuerte caída de la demanda en el interior del país”, explican directivos del sector de refinación, liderado por YPF con más de un 50% de las ventas, e integrado además por Petrobras, Esso y Shell, que acaparan entre un 12 y un 13% del mercado cada uno.
Durante los años anteriores de fuerte crecimiento del PIB el gasoil ganó un importante terreno en el segmento industrial como energético de reserva frente a las restricciones del sistema eléctrico. “Pero este año, por la caída de la actividad, las empresas archivaron buena parte de sus electro-generadores, con lo cual redujeron el uso de gasoil”, indicaron desde otra refinadora.
POR PRIMERA VEZ
La caída del consumo de gasoil es la primera en siete años, es decir, desde que en 2002 terminó la era post-convertibilidad. Desde ese entonces, la demanda de gasoil, que explica cerca de dos tercios del mercado de combustibles, se incrementó un 35%: pasó de 7,67 millones a 10,39 millones el año pasado.
La expansión obedeció, por un lado, al exponencial crecimiento de las ventas de autos cero kilómetro, muchos de los cuales son turbodiesel. Se patentaron más de dos millones de vehículos desde 2003 a la fecha, según Adefa, la cámara que nuclea a las automotrices.
Por el otro, fue producto de la extensión de la superficie sembrada con productos agropecuarios, que desde la devaluación de la moneda, en 2002,  creció en más de un 30 por ciento.
Por último, también se debió al desarrollo industrial, que recurrió al gasoil para asegurar su suministro eléctrico, y al parque de centrales térmicas, que en los últimos años pasó a generar con el combustible buena parte de su potencia frente a la escasez de gas natural.
Aun así, la demanda del combustible nunca terminó de cerrarles a las refinadoras. Sucede que las destilerías trabajan casi al máximo de su capacidad (por encima del 95%), por lo que durante casi todos los años tuvieron que importar el producto para cubrir la demanda local. Eso les implicó hacerse cargo de costos que no pueden solventar con los valores del mercado local (el precio ronda hoy los $ 2,70), bastante menos que lo que cuesta en Brasil, Chile o Uruguay.
Fuente: El Inversor Energético & Minero