Rusia, Ucrania y la Unión Europea se están preparando para una “guerra del gas” similar a la de 2009, cuando el Viejo Continente sufrió el corte total del suministro del combustible ruso durante dos semanas, escribe hoy Kommersant.
El presidente Vladímir Putin celebra hoy una reunión con el Gobierno en la que, según una fuente citada por el diario, se podría plantear la suspensión de las exportaciones gasísticas a Ucrania debido al impago.
Al admitir esta posibilidad, otra fuente del Ejecutivo matizó a Kommersant que existen “muchas opciones”. Por ejemplo, antes de cortar totalmente el suministro, Gazprom podría optar por implantar el pago por adelantado a partir del próximo 1 de mayo.
El monopolio ruso puede hacerlo, ya que la petrolera ucraniana Naftogaz se demoró en el pago de la factura de marzo, y su deuda total asciende ya a 2.200 millones de dólares, explicó la fuente. Desde el propio gigante gasista se negaron a hacer comentarios al respecto, indica el rotativo.
De tomarse, la medida no resultaría una sorpresa para Kiev. El titular ucraniano de Energía, Yuri Prodan, advirtió ayer en Bruselas de que la subida del precio del gas “crea riesgos de que se interrumpan los suministros a Ucrania y, consecuentemente, a la UE”.
De esta forma, el ministro Prodan confirmó de facto que si hubiera cortes de suministro, Ucrania se quedaría con el gas destinado para los consumidores europeos, destaca Kommersant.
En declaraciones al periódico, un portavoz de la Comisión Europea dijo que Bruselas “confía en que Rusia respetará sus obligaciones como proveedor y que Ucrania haga lo propio respecto a las suyas como país de tránsito”.
No obstante, los Veintiocho ya han comenzado a preparase para lo peor. El comisario de Energía Günther Oettinger se reunió el martes con expertos y representantes del sector del gas para discutir un plan de acción de cara a posibles cortes del suministro. Los asistentes al encuentro también analizaron medidas para disminuir la dependencia energética de la UE, según Kommersant.
Ria Nóvosti