“Cuando vaya próximamente a China podremos firmar definitivamente la construcción de la usina nuclear por la cual nos van a financiar el 85 por ciento del total de la obra de esa cuarta central nuclear de la República Argentina”, aseguró ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante la inauguración de una fábrica de motos en General Rodríguez (ver página 3).
El ministro de Planificación, Julio De Vido, firmó el viernes pasado con el director de la Administración Nacional de Energía, Xu Xinxiong, un convenio de cooperación para la construcción de la cuarta central nuclear que estará a cargo de la estatal Nucleoléctrica. El acuerdo le permitirá a la Argentina obtener financiamiento a tasas bajas y plazos largos para llevar adelante la obra. La ventaja para China es que podrán proveerle al país servicios y componentes clave como la turbina de vapor y el generador eléctrico principal.
El financiamiento estará a cargo del banco ICBC y el asesoramiento en materia nuclear le corresponderá a la estatal China National Nuclear Corp. (CNNC). El objetivo del Gobierno es que el reactor tenga tecnología Candu (Canadian Deuterium Uranium), similar a la que funciona en Embalse. Será un reactor de uranio natural y agua pesada para aprovechar la experiencia y los recursos que el país tiene en esa área.
El único desarrollador de reactores de uranio natural con agua pesada es Canadá, propietario de la tecnología Candu. La Argentina ya tiene antecedentes en su uso. En 1973, le adjudicó al consorcio canadiense-italiano AECL Italimpianti la construcción de un reactor Candu de 600 MW en Embalse. Desde entonces posee la tecnología y tiene autorización para replicarla en el país cuantas veces quiera. Lo único que requiere de los canadienses son las actualizaciones y la documentación de una central de referencia.