Desde el segundo trimestre de 2015 y hasta el mismo período del 2017 -último dato oficial existente- se generó una enorme oleada de empleos destruidos en el sector petrolero, combinándose la crisis del precio internacional, el ajuste empresarial y las políticas de liberalización del mercado impulsadas por la gestión encabezada por el presidente Mauricio Macri.
Según los datos del Sistema Previsional Integrado Argentino (SIPA) del Ministerio de Trabajo de Nación, en la industria petrolera se han registrado 24 meses consecutivos de despidos, iniciándose el proceso de expulsión de obreros petroleros en mayo de 2015 y extendiéndose de manera ininterrumpida hasta abril de 2017. Recién en mayo se recuperaron 85 puestos, pero desde junio y hasta octubre retornó la destrucción de empleo petrolero.
Los casi 10 puestos de trabajo petroleros perdidos por día a lo largo de 2 años muestran una clara y preocupante política de ajuste empresario que se profundizó desde la llegada de Cambiemos al Gobierno nacional y que parece no tener fin tras los 200 telegramas de despidos que llegaron en las últimas jornadas a los yacimientos del norte santacruceño, y que podrían desbordarse en una nueva oleada de pérdida de empleo que prenuncia otras 600 posibles desvinculaciones.
La crisis internacional como excusa
La baja del precio mundial de crudo fue el principal argumento de las petroleras para iniciar a descargar el ajuste sobre los trabajadores, pero con la llegada del macrismo se desató la tormenta perfecta que complementó destrucción de empleos con flexibilización laboral.
Entre los 7.214 empleos destruidos deben considerarse esencialmente las modalidades de los despidos, las jubilaciones anticipadas y los retiros voluntarios, pero en los dos últimos casos se trató de una política impulsada por las compañías del sector que fue avalada por los sindicatos petroleros y contó con el acompañamiento del Gobierno nacional y las gestiones provinciales.
El mayor de los impactos se generó entre los obreros petroleros vinculados al sector de los servicios, totalizándose 5.820 empleos destruidos; mientras que en el área de extracción y perforación las cesantías llegaron a 1.394 puestos de trabajo. De los 64.918 puestos de trabajo que había en el petróleo durante el segundo trimestre de 2015, se pasó a 60.555 en igual período de 2016 y en el segundo trimestre del año pasado los empleos en el sector bajaron a 57.704.
Entre los períodos mencionados de los años 2015 y 2016 se produjo la mayor cantidad de despidos, destruyéndose 4.363 empleos petroleros; mientras que entre 2016 y el 2017 la cantidad fue de 2.851.
Despidos a pesar del repunte del crudo
Las compañías del sector petrolero exhibieron la baja del crudo a nivel mundial como causal para sustentar su política de ajuste, despidos, recortes de inversiones y baja de producción; pero si se compara lo sucedido con los puestos de trabajo del segundo trimestre de 2017 con los existentes en igual trimestre de 2014, se observa que el precio del barril parece no coincidir con las razones esgrimidas para la destrucción de empleo.
Durante el segundo semestre de 2014 el barril de crudo en su versión WTI promedió 100 dólares y los puestos de trabajo petroleros eran 61.308. En el segundo semestre del año pasado el petróleo cotizó en promedio a 48 dólares y los empleos descendieron a 57.704.
El trimestre en que el WTI tuvo su cotización internacional más baja fue a comienzos de año 2016, cuando promedió los 33 dólares, y en aquel trimestre los empleos eran 62.588. A pesar de haber subido 45% el precio internacional, los despidos continuaron y la contracción laboral siguió golpeando duro esencialmente en los yacimientos patagónicos.
Neuquén, la peor de todas
Los yacimientos ubicados en Neuquén han sido los que más obreros expulsaron en los dos últimos años, totalizando 3.197 empleos destruidos desde el segundo trimestre de 2015 e igual período del año pasado. En los yacimientos neuquinos la oleada de despidos, jubilaciones y retiros voluntarios tuvo mayor magnitud en el segundo año analizado, llegando a los 2.067 puestos de trabajo destruidos; mientras que en el primer año la cantidad ascendió a 1.130.
Como parte de la misma Cuenca Neuquina, en Río Negro la pérdida de empleo fue de 438 en dos años, pero vale considerar que en dicha provincia el empleo petrolero representa cerca del 12% sobre el total existente en Neuquén.
Más de 4 mil en la CGSJ
En el conjunto de la Cuenca del Golfo San Jorge, los empleos destruidos totalizaron casi 4 mil; aunque una parte corresponde a la región santacruceña que conforma la Cuenca Austral. Los yacimientos de Santa Cruz fueron los más afectados por los empleos perdidos, llegando a 2.012 despidos en dos años, de los cuales 646 fueron entre 2015-2016 y los 1.366 restantes se concretaron entre 2016-2017.
En Chubut las cesantías ascendieron a 1.936 durante los 24 meses analizados, distribuidas entre 1.005 empleos perdidos en el primer año y otros 931 en el segundo período estudiado.
Según el propio sindicalista petrolero Jorge Avila, en los yacimientos chubutenses se destruyeron 2.744, cifra que supera en 808 empleos los reflejados por las estadísticas oficiales hasta el segundo semestre del año pasado y que representan un 29% más que los oficializados.
El propio dirigente gremial enumeró que los empleos perdidos se distribuyeron de la siguiente manera: 569 telegramas de despidos, 1.680 retiros voluntarios y 495 jubilaciones anticipadas.