La defensa contra los cargos por presunto fraude, corrupción, sobrefacturación y evasión fiscal desvía recursos previstos para el desarrollo de vastos yacimientos marítimos
Esta puede ser la peor crisis en la historia de Petrobras, dijo el presidente de la compañía, y se produce justo cuando la petrolera estatal brasileña acelera el desarrollo de los potencialmente vastos yacimientos en aguas profundas.
La semana pasada se seleccionó a los miembros de una comisión investigadora parlamentaria que intentará determinar si son ciertas las acusaciones de fraude, corrupción, sobrefacturación y evasión impositiva que se le hacen a la empresa.
La investigación, que comenzará con las audiencias el mes próximo, corre riesgo de complicar los esfuerzos del gobierno para establecer las muy esperadas nuevas normas para regular una de las pocas grandes reservas petroleras sin explotar del mundo. Algunos analistas ubican a Brasil en la cúspide del nuevo boom petrolero.
Las acusaciones contra Petrobras y el ANP –el ente gubernamental regulatorio para el petróleo y el gas– incluyen fraude en las licitaciones para reparar torres de exploración; graves irregularidades en los contratos en el área de construcción; sobrefacturación en la construcción de la refinería Abreu e Lima, en el estado de Pernambuco; desvío de regalías; una disputada cuenta por impuestos por 4.300 millones de reales (u$s 2.300 millones) e irregularidades presupuestarias.
“Petrobras es un aparato político del presidente Lula. Queremos investigar, revelar los hechos y castigar a los responsables”, dijo Alvaro Dias, el senador opositor que pidió la investigación.
Petrobras niega las acusaciones y los seguidores de Lula da Silva dicen que la investigación tiene motivaciones políticas. “No hay problemas con los contratos de Petrobras. No hay sobrefacturación. Sólo algunas divergencias entre los criterios técnicos usados por la compañía y los parámetros empleados por la Corte Federal de Auditores”, ha dicho la empresa.
La investigación se produce en un mal momento, ya que en los próximos cinco años Petrobras planea invertir u$s 28.900 millones en los yacimientos pre sal en aguas profundas. “La compañía está comenzando el desarrollo de los yacimientos pre sal, que son técnicamente complejos, y preparar su defensa ya desvía recursos gerenciales de ese esfuerzo”, señaló Gareth Chetwynd, de la revista de petróleo y gas Upstream.
El martes pasado, José Sergio Gabrielli de Azevedo, presidente de Petrobras, le escribió a la comisión investigadora y le prometió toda la cooperación. También le escribió una carta a los empleados en la que dijo que esta es “la mayor crisis” en la historia de Petrobras.
Pero la decisión de José Sarney, presidente del Senado y ex presidente de Brasil, de darle luz verde a la comisión es criticada como un intento de distraer la atención de las acusaciones de corrupción dirigidas contra él y otros senadores. Estas acusaciones incluyen cargos de nepotismo en la adjudicación de puestos en el Senado. El diario O Estado de São Paulo ha dicho que 10% de las 662 “actas secretas” que el Senado aprobó entre 1995 y 2009 beneficiaban a la familia o los aliados de Sarney. Pero el senador niega estas acusaciones y dice que es una campaña del diario para apoyar al presidente Lula.
Con este acalorado debate político como telón de fondo, la comisión iniciará su tarea cuando termine el receso, el 6 de agosto, y tiene 180 días para informar. “Petrobras no será destruida pero puede quedar contaminada. Uno no quiere tener una mala imagen si va en busca de miles de millones de dólares de inversión”, dijo David Fleischer, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Brasilia.
Fuente: El Cronista