Por Eliana Gilet / Sputnik .- Este martes el 1 de septiembre culminan las audiencias en el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia, del primer juicio que se lleva en Argentina por un caso de contaminación ambiental por petróleo en la Patagonia. Desde el Observatorio Petrolero Sur esperan que pueda discutirse el modelo extractivo que dio inició a este crimen.
El Observatorio Petrolero Sur junto a la Fundación Ecosur se sumaron como amicus curiae en el juicio, es decir, como una tercera parte en el litigio para ofrecer su opinión como amigos de la Corte, según está previsto en la figura legal.
El juicio se abrió por el derrame de 300 metros de hidrocarburo ocurrido en las costas de Caleta Córdova el 27 de diciembre de 2007, durante las maniobras de carga de petróleo crudo de la monoboya de la empresa Termat —Terminales marítimas patagónicas S.A.— al buque-tanque Arturo Illia nombrado así por un expresidente argentino, propiedad de la empresa Antares Naviera.
“El juicio es importante para dilucidar la responsabilidad de los acusados por el derrame, pero no involucra a las grandes cúpulas empresariales que también deberían estar ahí. Por eso, además del juicio por la responsabilidad de las personas físicas, nos interesa que se discuta el modelo que ha generado este tipo de crímenes ambientales“, dijo a Sputnik Hernán Scandizzo, periodista e investigador argentino, Coordinador del Observatorio petrolero Sur.
Un juicio por Zoom
A pesar que el derrame ocurrió 13 años atrás, el juicio comenzó hasta agosto del año en curso. Scandizzo explicó que los abogados que ejercen la defensa de los imputados —el capitán del buque-tanque y otro personal de la nave, así como el encargado de seguridad de la empresa que participa desde Buenos Aires a 1-800 kilómetros de la sala de audiencias— buscaron que las audiencias testimoniales, que culminan este 1 septiembre, no se llevaran a cabo.
Argumentaron que, a pesar de los años transcurridos, no habían tenido posibilidad de revisar el expediente completo, debido a las restricciones de movilidad ocasionadas por la pandemia del nuevo coronavirus. Sin embargo, los jueces actuantes Juan Guanziroli, Ana María D´Alessio y Juan Giménez no hicieron lugar al pedido de dilación de las audiencias como tampoco a un intento previo que buscó cerrar la causa argumentando su prescripción.
“En las testimoniales de esta semana hubo declaraciones de testigos y de los imputados; que al culminar, el Tribunal definirá la fecha para el dictado de la sentencia”, apuntó el coordinador del OPSur.
Es interesante notar como en algunos casos, como el encargado de seguridad de la Naviera, brindaron su testimonio por medio de la plataforma Zoom.
En las testimoniales, los acusados negaron su responsabilidad en los hechos, argumentando que su maniobra de carga del crudo fue “normal sin derrame”, y que se enteraron después del hecho, cuando apareció la mancha de petróleo en la costa, pero que no saben de dónde salió.
“Este es el argumento con el que se están moviendo, que el petróleo nomás apareció, pero el material derramado es del tipo Escalante que se obtiene de la cuenca del golfo de San Jorge, que es del tipo que se extrae en Comodoro Rivadavia, por lo que está claro de dónde salió”, apuntó Scandizzo.
A pesar de las declaraciones de los operadores de las empresas privadas involucradas —ya que el juicio no incluyó a ninguno de los puestos gerenciales o directivos de las misma— está claro que el petróleo derramado estuvo almacenado en los tanques de la empresa Termat, dueña de la monoboya donde el buque-tanque de la Naviera Antares cargó el material tóxico.
“Lo que se está definiendo en el juicio es cómo ocurrió el derrame: si la manguera de carga del buque no tenía fisuras, tiene que haber ocurrido durante la carga, en el barco”, explicó Scandizzo.
Privatización y daño ambiental
Aunque Comodoro Rivadavia festejó en 2007 sus primeros cien años de haber iniciado su expotación petrolera en la Argentina, la actividad extractiva se intensificó con la ola privatizadora de las antiguas empresas estatales que vivió el país durante la década de 1990.
“La Argentina pasó de ser un país con petróleo a un país petrolero que lo llevó a exportar masivamente gas y petróleo al exterior. Con el incremento de estas exportaciones del golfo de San Jorge también se incrementó la aparición de fauna empetrolada (aves y pingüinos entre los principales) debido a una mayor presencia de crudo en el mar”, señaló la fuente.
Explicó que la población de la zona se habituó a convivir con la presencia de hidrocarburos en el mar, al punto que si se meten a bañarse en la playa, deben frotarse luego la piel con aceite de cocina para quitarse los restos del tóxico de la piel.
“Los vecinos explican que los derrames son habituales cuando se realiza el procedimiento de carga de crudo, porque el buque-tanque va descargando en el mar el agua de lastre que tiene restos de hidrocarburos; lo que sucede habitualmente es que las mareas y el viento lo diluyen mar adentro, pero esta vez volvió e impregnó siete kilómetros de costa, lo impregnó todo”, explicó Scandizzo respecto al derrame que está siendo juzgado como una violación a la ley argentina de residuos peligrosos.
“No sabemos qué alcance vaya a tener la sentencia y cuánto va a tardar en quedar firme, pero es importante que este juicio abra un debate a nivel social que deje firme que no es normal que haya crudo en el mar”, concluyó.