¡Salud compañeros! ¡Acá estamos! esta multitud que integra la Asamblea Nacional Permanente, a la que hemos llegado desde todas partes del país para demostrar que vamos seguir luchando para enfrentar a los proyectos que tiene para nuestras tierras el gran capital. Somos cada vez más los que nos sentimos responsables de manifestar para impedir que nuestro patrimonio se siga regalando con la excusa de cambio de la matriz productiva del país, un país asentado sobre el acuífero más grande del mundo que ahora le da y le cobra a sus pobladores agua intoxicada, un país que ha sido siempre productor de los alimentos que ahora tiene que importar. ¡Despierten los que aún no se sienten involucrados! ¿Hasta cuándo van a apoyar el deterioro del agua y de la tierra?
Esta gran marcha defiende a la tierra, defiende al país, defiende a todos los uruguayos. Defiende un territorio agredido por la salvaje invasión de proyectos devastadores como la gran minería a cielo abierto, el monocultivo de eucaliptos y de soja transgénica, las plantas de celulosa, el puerto de aguas profundas, el puerto multi-propósito de Puntas de Sayago, el puerto de aguas profundas de La Paloma que ya está contaminando todo, el desalojo de sus tierras de los que la trabajan, así como impuestos abusivos e indiscriminados en la contribución inmobiliaria y la entrega de los espacios públicos en la Ciudad de la Costa y en tantos otros lugares del país.
Somos pueblo, somos comunidad en cada lugar y nos convoca nuestra dignidad. Manifestamos a paso decidido y firme porque es urgente hacernos oír. Acá estamos porque:
- Los productores rurales están siendo desplazados junto a sus familias por los monocultivos y la servidumbre de paso que otorga los permisos para ingresar a sus campos para instalar futuras mega minas a cielo abierto, para la prospección, el fracking, la búsqueda de oro, etc.
- Porque se están realizando fumigaciones altamente contaminantes en zonas pobladas y ello está teniendo terribles consecuencias en la vida de todo ser viviente. Ya hay personas con consecuencias en su salud como sucede en las inmediaciones de Laguna del Cisne, en las escuelas rurales en Guichón y en otros muchos lugares de todo nuestro territorio.
- Porque la calidad y disponibilidad del agua que consumimos está seriamente comprometida, a tal punto que hoy ya hay evidencias acerca su contaminación. Los científicos lo advierten, los relatores de las Naciones Unidas también y el gobierno intenta minimizar las consecuencias, sin respetar la carta orgánica del ente estatal OSE. ¡Nos están envenenando y encima tenemos que pagarles!
- Porque lo probabilidad de contraer cáncer o padecer de malformaciones es muy superior viviendo aquí en Sudamérica que en los países desarrollados.
- Porque decimos no al fracking para extraer gas por el uso de inmensas cantidades de agua aditivada con muchos productos contaminantes, esto deteriorará e estabilizará nuestro suelo, contaminando directamente los acuíferos y creando un ambiente propicio a los temblores de tierra. Además las enormes inversiones de capital requeridas para la hidro fractura son necesariamente crecientes dado que los pozos se agotan rápidamente, requiriéndose para una producción sostenida, la continua creación de otros nuevos y más profundos. De prosperar está práctica común en EEUU y otras partes de América nuestro país quedará contaminado y lleno de agujeros.
- Porque la Ley de minería de gran porte que ya se aprobó en diputados, habilita a Aratirí y a otras empresas que se instalen en el futuro a evadir el impuesto a la renta y a no declarar utilidades, garantiza estos privilegios sin fecha de vencimiento, a tal punto que, si en algún momento el país quiere reclamar, el arbitraje y dictamen lo hace un tribunal privado internacional: pleitesía que viola de hecho y muy claramente nuestra soberanía como nación independiente.
¿Será casual que esta agresión a la tierra y despojo de nuestro territorio por parte de las mismas grandes empresas capitalistas y la misma política criminal esté ocurriendo en toda América, desde México hasta Tierra del Fuego? Miles y miles de campesinos y pueblos originarios están siendo desplazados, violentamente reprimidos y muchas veces asesinados, generando desarraigo colectivo con irremplazables pérdidas culturales; generando además una fuerte dependencia al extranjero lo que constituye para nosotros un delito de lesa nación.
Nos preguntamos qué vamos a comer cuando los suelos y el agua y la atmósfera, estén contaminados. ¿Qué futuro tendrán las nuevas generaciones?
¿Qué calidad de vida tenemos ahora cuando el veneno entra a diario con los alimentos que consumimos y el agua que bebemos?
Como si fuera poco, los grandes laboratorios hacen su negocio redondo, tanto con los antídotos para las plantaciones de los transgénicos con los que nos invadieron como con la fabricación de los medicamentos para intentar de paliar las afecciones en nuestra salud.
Para poder llevar adelante este siniestro plan de entrega de nuestros bienes naturales se presentan leyes como la de Aratirí y la de Directrices Nacionales de Ordenamiento Territorial, mediante las cuales se otorga un cheque en blanco para que la Administración Pública, por sí y ante sí, restrinja o cercene los derechos del ciudadano común. Vida, libertad, igualdad ante la ley, seguridad jurídica, trabajo, propiedad, cultivo, industria, comercio, salud pública, medio ambiente, etc., ya no serán regulados por la voluntad soberana de la Ley y conforme a intereses generales, -como manda la Constitución, sino que van a depender del exclusivo arbitrio del Poder Ejecutivo en acuerdo con Aratirí.
La consecuencia de esta extranjerización de la economía significa, además de pérdida de soberanía, al crecimiento de la pobreza de los uruguayos, obligados a sobrevivir en los cantegriles, sin tierra para vivir, marginados en nuestro propio país y amenazados por la quita de nuestros medios de trabajo, como es el caso de los clasificadores.
Son cómplices los representantes políticos que mienten y manipulan; los grandes medios de comunicación ocultan y desinforman a la población y usan otros poderes del estado para CRIMINALIZAR LA PROTESTA Y LA LUCHA, como lo hicieron en la Paloma, o en el ingreso a las barras mientras se discutía la ley de minería de gran porte, fichando compañeros ya que no solo les pedían la cédula sino todos sus datos personales y luego al ser desalojadas las barras era solo ese grupo de compañeros los custodiados!!!
El hombre y la mujer del campo y el hombre y la mujer de la ciudad tienen derecho a saber lo que está pasando, a escuchar razones, a reflexionar sobre ellas, a debatirlas y compararlas, a manifestar su opinión y a exigir el cumplimiento de la Constitución y de la Ley. Si ello no ocurre, y todo queda reducido a pactos confidenciales ya acordados en los escritorios de ciertas elites, no seremos Democracia ni República. No seremos ciudadanos, seremos súbditos. Y peor aún, de convertirse en ley los citados proyectos, tampoco serán ciudadanos nuestros hijos, nietos y bisnietos. Ese derecho a saber lo que está pasando se transforma en nuestro primer deber para con el porvenir.
El que calla otorga
“Nada podemos esperar si no de nosotros mismos“
Estamos aquí hoy, porque somos pueblo soberano y exigimos ser escuchados y, respetados en nuestros derechos. Nosotros decimos la tierra no se vende, es un bien común; ella no nos pertenece, nosotros pertenecemos a ella.
¡Sí a la vida!
¡No al saqueo de nuestros bienes naturales!
¡No a los puertos de saqueo!!
¡Si a los puertos turísticos y de pesca artesanal!
¡Sí a un Uruguay libre de monocultivos y de transgénicos!
¡Sí a todas las actividades productivas que respeten los ecosistemas!
¡Paremos las fumigaciones ya!
¡Si a los departamentos organizados como Tacuarembó, Treinta y Tres, Lavalleja y Rivera que juntas firmas para tratar de impedir las prácticas de saqueo extractivistas de Megaminería a Cielo abierto!
¡Si a la conservación de la naturaleza y a un verdadero desarrollo sustentable!
¡Sí a los que lograron evitar la construcción de un estadio en el Parque Roosevelt y que siguen defendiendo de la inversión privada a ese pulmón de la Ciudad de la Costa!
¡SI A LOS TRABAJADORES RURALES Y LOS PRODUCTORES FAMILIARES AFINCADOS EN LA TIERRA!
¡SI AL REGRESO DE LA FAMILIA RURAL A SU MEDIO!
¡SI A Y LA PARTICIPACIÓN REAL DE LAS COMUNIDADES LOCALES EN el control y decisión a todo lo que afecte su calidad de vida!
¡Reafirmamos la defensa de nuestro territorio!!!
¡Comunidad somos nosotros! ¡Pueblo somos nosotros!
Por eso, con voz fuerte y firme convicción decimos a todos los Uruguayos: es tiempo de defender lo nuestro sin claudicar a los más sagrados principios que no solo nos harán realmente libres e independientes, sino que pueden significar nuestra supervivencia ante la amenaza de exterminio de todos nuestros bienes naturales.
« No venderé el rico patrimonio de los orientales al vil precio de la necesidad» dijo Artigas
¡Solo el pueblo defiende al pueblo!!
¡No claudicamos!, ¡La lucha sigue!
¡LA TIERRA NO SE VENDE SE DEFIENDE!