EL RASTRO: Sus números básicos siempre resultan la mejor «huella», junto con el cúmulo de paciencia y el seguir pensando el negocio como de largo plazo. Mantenerla equilibrada ya resulta una virtud.
Por Carlos Fontana
Pesos más, pesos menos, observar el saldo final de este semestre, cotejado con el de 2008, resulta una estampa ya vista antes.
Lo que indica que la sociedad no ha podido salir de un estancamiento en sus resultados, a pesar de que algunos cambios se produjeron dentro de su cuadro. Si se comienza por ver su total de ingresos, puede imaginarse una mejoría apreciable, por cuanto obtuvo $ 56 millones más, el 22% respecto del otro año. Ciertos incrementos tarifarios -de 2008- hicieron la diferencia. Pero lo que pudo tomar con una mano lo tuvo que dejar por la otra, en función de incrementos de costos (el gas en boca de pozo, más remuneraciones y cargas en alza). Se habían convenido mejoras por el aumento -justamente- de costos que debía regir, pero quedó en el largo suspenso habitual. Despachó un volumen el 4% inferior a los distintos segmentos, debido a temperaturas invernales mayores a la media. De tal modo se fue construyendo su cuadro semestral, donde la mayor utilidad bruta se diluye a continuación y para quedar en total operativo algo inferior a 2008.
En la cifra ordinaria, casi a la par con el pasado, llegando a línea final con leve pérdida de $ 483.000, apenas por arriba de los $ 313.000 del ejercicio anterior. Poco frío, pero mucha bruma en lo que hace a disposiciones y cuadros tarifarios forjaron una alianza indeseada, causal de verla anclada en una posición muy similar, tras un año de labor. Simple y difícil.
Ambito Financiero