El presidente brasileño, Luiz Lula da Silva, promulgó la ley que establece la reducción del 38,9% de emisiones de gases efecto invernadero pero vetó un artículo que limitaba el uso de combustibles fósiles.
La norma, que fija una reducción de gases de entre el 36,1 y 18,9% hasta 2020, había sido anunciada por Lula da Silva durante la Conferencia sobre Cambios Climáticos celebrada hace dos semanas en Copenhague.
El ministro de Medio Ambiente, Carlos Minc, dijo que Brasil decidió asumir un compromiso para mitigar la generación de gases pese a que en Copenhague no se llegó a un acuerdo para imponer cotas obligatorias de carbono.
La ley será reglamentada en febrero y establecerá incentivos como la eliminación de impuestos para las empresas de transporte e industrias que reduzcan la generación de carbono.
Lula da Silva vetó un artículo en el que se estipulaba como política de Estado el impulso a las energías limpias y la gradual reducción del uso de combustibles fósiles.
Dicho veto fue recomendado por el ministro de Minas y Energía, Edison Lobao.
El director de la ONG Greenpeace, Sergio Leitao, criticó la eliminación de ese artículo y dijo que con ello se demuestra que el gobierno opta por utilizar el petróleo de las grandes reservas halladas en los últimos años antes que estimular las fuentes de energía no contaminantes.
Para el ambientalista Leitao hay una contradicción entre las promesas de Lula en Copenhague y el veto a ese artículo.
“Brasil acostumbra adoptar un buen discurso en el escenario internacional, como ocurrió en Dinamarca (hace dos semanas)” pero luego “lamentablemente, la práctica no coincide con el discurso”, declaró Leitao.
En tanto Mario Mantovanni, de la ONG ecologista SOS Mata Atlántica, dijo que la sociedad civil deberá ser la responsable de que la ley sancionada por Lula sea aplicada.
“La sociedad deberá movilizarse y exigir una economía de bajo carbono, una economía del siglo XXI” declaró Mantovanni.
Fuente: Ámbito.com