Por Pedro Rioseco*.- La transnacional petrolera Chevron pierde terreno en la demanda judicial de comunidades indígenas ante cortes ecuatorianas por causar daños ambientales en la selva amazónica y distintos tipos de cáncer relacionados con su acción contaminante.
La ratificación del acuerdo comercial con Ecuador por parte del presidente estadounidense, Barack Obama, es el cuarto fracaso consecutivo en tres años para el equipo de cabildeo de Chevron, interesado en su cancelación como “castigo” por permitir a grupos indígenas que demandaran a la transnacional.
El juicio, promovido por 30 mil ciudadanos ecuatorianos, acusa a Chevron de arrojar millones de galones de desechos tóxicos durante su operación en la Amazonia ecuatoriana entre 1964 y 1990, diezmando los grupos indígenas y generando enfermedades.
El expediente del juicio, que se espera concluya en los primeros meses del 2010, incluye que al menos mil 401 indígenas de la zona han muerto por cáncer, determinando que los daños ambientales y a las personas alcanzan la cifra de 27 mil 300 millones de dólares.
Si la transnacional petrolera hubiera logrado que se cancelaran las preferencias arancelarias, hubiera significado la pérdida de al menos 350 mil puestos de trabajo en Ecuador.
Los intentos de los cabilderos de Chevron para utilizar los acuerdos comerciales en años pasados como mecanismo de chantaje con vistas a que el gobierno andino declarara nulo el juicio, fueron rechazados también por parte de senadores y miembros del Congreso estadounidense.
En el campo legal, esa compañía sufrió varios rechazos en las cortes federales de Nueva York, en su intento de atribuir la responsabilidad de limpieza ambiental al Gobierno ecuatoriano, perdió un juicio de cuatro años y le fue negada por unanimidad una apelación.
Además, sufrió la humillación de ser rechazada por la Corte Suprema de Estados Unidos cuando pidió una revisión del caso, perdió varias mociones para demorar el juicio que lleva ya más de seis años y espera llegar a una decisión final a inicios de 2010.
Por otro lado, los demandantes han solicitado al Departamento de Estado de Estados Unidos que determine si la petrolera orquestó un posible soborno en Ecuador para destruir el Juicio, pues estaría violando así también una ley contra actos de corrupción de funcionarios extranjeros.
El representante demócrata estadounidense, James McGovern, único miembro del Congreso que ha visitado la zona del desastre, describió la contaminación de Chevron como una “terrible crisis humanitaria y ambiental” en una carta al presidente Obama.
Gran cantidad de accionistas le hicieron pasar un mal año a David Oâ�ÖReilly, presidente saliente de Chevron, cuestionando sus decisiones por violación a los Derechos Humanos, en el tema relacionado con el Caso Texaco en Ecuador.
El 31 de diciembre, O’Reilly terminó su trabajo para la compañía. Él lideró la compra de Texaco en 2001 por 31 mil millones de dólares, un activo que ahora conlleva una responsabilidad potencial de 27.3 mil millones de dólares a causa de la contaminación causada en Ecuador.
*Corresponsal de Prensa Latina en Ecuador.
Prensa Latina