"El precio del gas en la Argentina tendrá que subir"

El director de Wintershall, Ties Tiessen, anunció que invertirán 200 millones de euros en los proyectos que tienen en el país, pero no evalúan otro nuevo; no les interesa explorar en Malvinas

Por Carlos Manzoni.- La empresa Wintershall, la mayor productora de gas y petróleo de Alemania, arrojó una mala y una buena noticia para la Argentina, donde está presente desde 1978: la primera es que presagian un aumento de las tarifas locales de gas, y la segunda, que invertirán 200 millones de euros en el país en los próximos tres años.
El encargado de las operaciones para la producción de petróleo en todo el mundo, Ties Tiessen, explicó que esa es una de las condiciones que permiten a su compañía asegurarse un retorno de lo que desembolsa -el 6% de lo que invertirá globalmente-, según se informó en la conferencia anual celebrada en esta ciudad.
Simpático y con aire de actor de cine, este abogado que integra el directorio de Wintershall y ocupó anteriormente la gerencia general en Libia, destacó que el precio del gas no puede caer más bajo en la Argentina, y que por eso afirma que subirá en los próximos tres años.
Aunque la compañía es especialista en exploración off-shore , Tissen comentó a LA NACION que no tendrá operaciones en las Malvinas. “La única manera de saber si hay petróleo allí es hacer un pozo, pero se corre el riesgo de perder todo. Les deseo suerte a quienes lo intenten, pero nosotros no jugamos a la lotería”, señaló.
-¿Cuánto invertirán en la Argentina?
-Invertiremos 200 millones de euros. Luego de negociaciones muy duras, el Gobierno nos extendió las concesiones hasta 2027. Esto era algo que nos interesaba mucho, y por eso nos vamos a quedar en la Argentina. Todo depende mucho también de si encontramos algo o no.
-¿Le preocupa la inestabilidad política y económica que hay en el país?
-Vemos que en un año y medio habrá elecciones, que ahora hubo cambios en el Congreso y que hay cierta volatilidad política, pero nada de eso nos irrita ni nos hace pensar que es algo dramático.
-¿El Gobierno les garantizó condiciones como para que ustedes decidieran esta inversión?
-Tenemos un buen consorcio con Total y Panamerican Energy en Tierra del Fuego, donde pensamos que sobra gas como para trasladar a Chile. En Neuquén extendimos las licencias hasta 2027, y eso nos da una perspectiva más larga para que tight gas [un fluido que está en las arenas y que es más caro de extraer] se pueda desarrollar, que también está apoyado por el sistema Gas Plus del Gobierno. Además, se nos garantizó un precio mínimo para las explotaciones más costosas.

-¿Cómo se garantiza el retorno de la inversión? ¿Van a pedir aumentos de tarifas?

-Sí. Los acuerdos que se acercan a precios más altos son aquellos en los que interviene el sistema Gas Plus. Dicho esto, pensamos que el precio del gas local va a aumentar, porque el valor del gas se está pareciendo al del petróleo, que tiene una cotización mundial. Se va a formar un precio mundial del gas al que la Argentina se deberá ajustar. Quizá no sea ya, pero ocurrirá en los próximos tres años.
-¿Negoció con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno?
-Sí, claro. También he conversado con Julio De Vido y con Daniel Cameron. Hemos tenido negociaciones muy duras con ellos, pero nunca dejamos de negociar.
-Pero usted está acostumbrado a negociar con los rusos, que no son precisamente blandos?

-Es verdad. [Risas.] Hablamos con todos los gobiernos.
-¿La Argentina ofrece las mismas garantías que otro s países?

-Debe hacerlo. En Noruega se les devuelve el 78% de lo invertido a aquellos que exploran y no encuentran nada. En los Países Bajos apoyan con precios razonables a los que se ocupan de campos pequeños.
-¿Gas Plus no es equivalente a esas garantías?

-Es más que una compensación a empresas que hacen inversiones difíciles. El mensaje que está detrás es que el Gobierno está con ganas de incentivar estas inversiones.
-¿Miran nuevas concesiones para expandirse?

-Somos expertos en explotación difícil, pero por ahora no tenemos ningún proyecto más en la Argentina. Debemos tener cuidado, manejar bien los recursos y concentrarnos en lo que ya tenemos.
-¿Cuándo piensan empezar a producir petróleo y gas propios en la Argentina?

-No puedo decir fechas exactas, pero primero debemos evaluar las extensiones que tendremos, porque sólo si se tiene una idea de la dimensión del terreno se puede empezar a trabajar. Siempre hablamos de plazos de ocho años para empezar a sacar el hidrocarburo. Si nos dan la concesión en Mendoza, tardaremos unos cuatro años, porque ya tenemos una buena infraestructura allí.
-¿Por qué se traba la concesión de Mendoza?

-Llevamos años negociando, y siempre se demora por alguna razón de procedimiento. Hemos gastado millones de euros allí con la esperanza de que esa concesión salga de una vez. Parece que el primer paso lo tiene que dar el gobierno central. Esperaremos.
-¿No temen que le den esa concesión a otra empresa?

-No creo? Por lo menos, que yo sepa, no hay nada de eso. Hicimos varios estudios, por lo que tenemos una gran ventaja en el momento de explorar. Se me hace que tienen otros asuntos que atender. Mientras tanto, atenderemos el resto de nuestros proyectos. Trabajo no nos falta.
-¿En la Argentina se atienen a las normas ambientales europeas o a las locales, que son más laxas?

-Siempre lo básico son las leyes nacionales de los países a los que vamos, pero además están las reglas internas de Wintershall.
-¿Les interesa hacer exploración o ff-shore en Malvinas?

-Estamos activos en off-shore en el Mar del Norte y también en el Sur, pero nuestras mayores habilidades se dan en aguas no tan profundas. Nos manejamos mejor con plataformas clavadas en el suelo marino. Cuando comenzó la tecnología de aguas profundas, intentamos dos proyectos en Brasil (con Exxon y Shell), y los dos resultaron pozos secos. Decidimos no dedicarnos a aguas profundas. Por eso no nos interesan las Malvinas, pero seguiremos off-shore en Tierra del Fuego.
La única forma de saber si hay algo allí es hacer un pozo, y eso es mucho riesgo. Le deseamos mucha suerte a quien lo intente, pero nosotros no vamos a jugar a la lotería allí.
La Nación